IMPUNIDAD. Muy caro pagó el PAN, o más bien la Secretaría de Gobierno estatal de Juan Martín Granados, para quedarse con el control del municipio de Colón tras el encarcelamiento de Alejandro Ochoa Valencia. Con tal de que el panista Filiberto Tapia fuera votado alcalde sustituto, dieron al PRI la prerrogativa de “poner” en un cargo estelar a Sócrates Valdés, aquel personaje investigado por robo de materiales de construcción que pagaba el municipio de Querétaro, pero que eran entregados en casa de su esposa Antonieta Puebla cuando él era el síndico. O sea que no hay voluntad real de hacer una limpia.
AUSENTES. Ayer cuando fue detenido el famoso regidor Gabriel Olvera alias “El Gavilán”, justo cuando salía de la sesión de Cabildo, muchos le vieron a ese caso similitudes con lo sucedido en Colón y que ya le costó cárcel al exedil Alejandro Ochoa. La ESFE detectó que funcionarios y particulares se beneficiaron de la compra-venta de un terreno en Amazcala y, casualidad o no, pero justo ayer no se presentaron al cabildo ni el actual regidor y exalcalde Mario Calzada ni la regidora María Fernanda Martínez, hija de Juan Martínez “El Pelos”, principal promotor de “El Gavilán”. Nomás por “las de hule…”.
SISMO. De que el video-escándalo caló, vaya que caló dentro del PAN queretano. Tanto que ya se gestan reacomodos para dar espacios y protagonismo rumbo al 2021 a grupos como el de Armando Rivera o el de Marcos Aguilar, que ya ni ruido hacían, con tal de no abrirle la puerta a una crisis interna.
