/ jueves 29 de marzo de 2018

Tierra Adentro

El arte de la guerra…

El este viernes 30 de marzo, inician formalmente las campañas electorales para elegir Presidente de la República y Congreso de la Unión, proceso colmado de injurias, descalificaciones y hasta ofensas de uno y otros provocando el hartazgo de muchos ciudadanos que no ven en la política un quehacer ni productivo ni muchos menos ejemplar-

Los aspirantes a gobernar el país, desde el Poder Ejecutivo, por ejemplo se han enfrascado en una agolpada lucha por buscar la deshonra del adversario más que por ganar la confianza de la gente, sobre todo de los muchos hombres y mujeres tanto indecisos como “rebeldes” al sistema de partidos que impera en nuestra nación.

La alternancia política, resultado del resquebrajamiento, no tan antiguos sistema priísta, resultado del surgimiento de un conglomerado social hastiado de “más de lo mismo”, decidió en el 2000 darle “la vuelta a la tortillas” eligiendo un candidato distinto al partido vencedor por más de 70 años.

Y aunque fueron otras fuerzas sociales y políticas en México las que con mayor fuerza y convicción habían estado empujando hacia el cambio, fue “otro” el “caza goles” el que anotó el gol a favor de una opción distinta.

Así fue como en el proceso comicial del 2000 el carismático y “boqui- fácil”, Vicente Fox Quezada llega a la Presidencia de la República, incluso por encima de los viejos liderazgos e ideólogos de Acción Nacional, no había de otra, la estructura paralela que se había creado a través de los “Amigos de Fox”, con recursos poco transparentes por cierto, obligó al blanquiazul a cederle la oportunidad, oportunidad que supo aprovechar perfectamente, sin lugar a duda.

La situación política, social y económica del país para ese entonces era insostenible, el priísmo y su fórmula neoliberal, agotada y desfavorable para el grueso de la sociedad mexicana, pero bien cobijada y avalada desde el exterior, era el mejor catalizador para el cambio que reclamaba la gente de a píe. Y Fox lo aprovecho bien, aunque con magros s resultados al final de su mandato presidencial.

Tras su defectuoso desempeño, económicamente hablando, sobre todo, el panismo siguió en el Poder bajo el mandato de Felipe de Jesús Calderos Hinojosa, quién lejos de alterar positivamente la brecha de pobreza en el país, impulso políticas de alto desagrado social como su “guerra contra el crimen organizado”, que entre otras cosas deja una estela de más de cien mil muertos a lo largo y ancho del país. Por supuesto tampoco sin buenos resultados a la vista.

En este contexto, el panismo sin haber podido descomponer, destruir o al menos romper con las viejas estructuras de los gobiernos emanados del tricolor, estimula por su ineficiencia e incapacidad política a que el priísmo se reagrupa y retoma el Poder con Enrique Peña Nieto, personaje altamente cuestionado, pese a su acumulada mochila de proyectos y reformas estructurales, fuertemente apoyadas por la “oposición” partidista, del PAN y PRD, sobre todo.

Hoy a unas horas de que arranquen las campañas, las coaliciones encabezadas por José Antonio Meade Kuribreña , Ricardo Anaya Cortes y Andrés Manuel López Obrador, así como la Independiente, Margarita Zavala de Calderón, están prestos a obtener el triunfo el 1 de julio.

El primero con amplia experiencia como servidor público y hartos rezagos pendientes como funcionario; el segundo con ejemplares dotes de oratoria y preparación académica, pero con nulos triunfos como competidor político; y el tercero con sólida presencia social, pero con hartos detractores, son los tres aspirantes con mayor oportunidad de llegar al Poder Ejecutivo. Es tiempo de soñar, pero sobre todo de madurar como nación.

El arte de la guerra…

El este viernes 30 de marzo, inician formalmente las campañas electorales para elegir Presidente de la República y Congreso de la Unión, proceso colmado de injurias, descalificaciones y hasta ofensas de uno y otros provocando el hartazgo de muchos ciudadanos que no ven en la política un quehacer ni productivo ni muchos menos ejemplar-

Los aspirantes a gobernar el país, desde el Poder Ejecutivo, por ejemplo se han enfrascado en una agolpada lucha por buscar la deshonra del adversario más que por ganar la confianza de la gente, sobre todo de los muchos hombres y mujeres tanto indecisos como “rebeldes” al sistema de partidos que impera en nuestra nación.

La alternancia política, resultado del resquebrajamiento, no tan antiguos sistema priísta, resultado del surgimiento de un conglomerado social hastiado de “más de lo mismo”, decidió en el 2000 darle “la vuelta a la tortillas” eligiendo un candidato distinto al partido vencedor por más de 70 años.

Y aunque fueron otras fuerzas sociales y políticas en México las que con mayor fuerza y convicción habían estado empujando hacia el cambio, fue “otro” el “caza goles” el que anotó el gol a favor de una opción distinta.

Así fue como en el proceso comicial del 2000 el carismático y “boqui- fácil”, Vicente Fox Quezada llega a la Presidencia de la República, incluso por encima de los viejos liderazgos e ideólogos de Acción Nacional, no había de otra, la estructura paralela que se había creado a través de los “Amigos de Fox”, con recursos poco transparentes por cierto, obligó al blanquiazul a cederle la oportunidad, oportunidad que supo aprovechar perfectamente, sin lugar a duda.

La situación política, social y económica del país para ese entonces era insostenible, el priísmo y su fórmula neoliberal, agotada y desfavorable para el grueso de la sociedad mexicana, pero bien cobijada y avalada desde el exterior, era el mejor catalizador para el cambio que reclamaba la gente de a píe. Y Fox lo aprovecho bien, aunque con magros s resultados al final de su mandato presidencial.

Tras su defectuoso desempeño, económicamente hablando, sobre todo, el panismo siguió en el Poder bajo el mandato de Felipe de Jesús Calderos Hinojosa, quién lejos de alterar positivamente la brecha de pobreza en el país, impulso políticas de alto desagrado social como su “guerra contra el crimen organizado”, que entre otras cosas deja una estela de más de cien mil muertos a lo largo y ancho del país. Por supuesto tampoco sin buenos resultados a la vista.

En este contexto, el panismo sin haber podido descomponer, destruir o al menos romper con las viejas estructuras de los gobiernos emanados del tricolor, estimula por su ineficiencia e incapacidad política a que el priísmo se reagrupa y retoma el Poder con Enrique Peña Nieto, personaje altamente cuestionado, pese a su acumulada mochila de proyectos y reformas estructurales, fuertemente apoyadas por la “oposición” partidista, del PAN y PRD, sobre todo.

Hoy a unas horas de que arranquen las campañas, las coaliciones encabezadas por José Antonio Meade Kuribreña , Ricardo Anaya Cortes y Andrés Manuel López Obrador, así como la Independiente, Margarita Zavala de Calderón, están prestos a obtener el triunfo el 1 de julio.

El primero con amplia experiencia como servidor público y hartos rezagos pendientes como funcionario; el segundo con ejemplares dotes de oratoria y preparación académica, pero con nulos triunfos como competidor político; y el tercero con sólida presencia social, pero con hartos detractores, son los tres aspirantes con mayor oportunidad de llegar al Poder Ejecutivo. Es tiempo de soñar, pero sobre todo de madurar como nación.