/ miércoles 4 de diciembre de 2019

Una visión desde el Senado

Senador Kuri, yo también tengo otros datos; pero de Querétaro


Hace unos días escuché con atención el informe de mi compañero Senador Mauricio Kuri y quisiera realizarle algunas reflexiones a sus planteamientos, convencido de que el debate afina cualquier idea, y dudo que alguien a su alrededor se encuentre confrontando sus conjeturas.

Veo que vive invocando un pasado infame, añorando un México que su propio partido político dejó derruido, sin la mínima conciencia ni crítica ante sus yerros, que los han sacado del poder federal después de 12 largos años de ejercicio para no volver jamás.

Las palabras pronunciadas confirman también, la sospecha de gente que le tenía al menos cierto beneficio de la duda: que vive usted en un Querétaro que solo pueden ver y disfrutar algunos, pero no la mayoría y que hará todo lo que se encuentre a su alcance para que las cosas continúen así.

Ni una sola palabra en su informe les dedicó, siquiera para darles un poco de esperanza, a los 700 mil pobres que viven en la entidad, 65 mil de ellos en situación de extrema pobreza. Pobres que no creo que compartan su postura auto proclamada, una y otra vez, de que Querétaro es un ejemplo de cómo estar mejor, y una ruta clara de lo que todo México aspira ser.

Respetable Senador, vive usted en una burbuja y aunque tenga buenas intenciones, que pudiera ser, el camino que le han hecho andar también conduce al desarrollo con exclusión, y es el mismo por el que millones de mexicanos decidieron en julio del año pasado, salirse de él y cambiar de una buena vez el rumbo emprendido.

No le dedicó usted tampoco la mínima mención a todos los que sufrimos los problemas del Querétaro de verdad, a los que nos asaltan en la calles cada vez con mayor frecuencia, a los que nos roban nuestro vehículo, nuestro negocio, a los que somos extorsionados; no dirigió usted ninguna palabra de aliento a los que perdimos la tranquilidad de ayer, y que somos testigos de un inédito clima de inseguridad y violencia al ver ejecutados y suicidas como nunca antes, la descomposición social en el estado está llegado al límite señor Senador, y se va a poner peor.

No utilizó ni un segundo en su informe a los que padecemos el intenso tráfico, resignados ante la indolencia o la impericia de la autoridad; a los que vemos y sufrimos cómo se van saturando todos los servicios públicos sin distinción, lo que poco a poco va deteriorando nuestra calidad de vida, mientras mi querida ciudad capital, sin control, se desborda por doquier sin el mínimo enfoque de sustentabilidad.

Efectivamente, nuestro Querétaro se encuentra cambiando, como usted dice, pero para mal; y también como usted señala, vaya que hace falta una urgente transición que, por cierto, con paso firme pronto realizaremos, no se apresure.

Yo también Señor Senador tengo otros datos, como usted burlescamente expresó, pero no de México, pues en ellos todos los que integramos la Cuarta Trasformación de la República estamos inmersos en corregirlos, a pesar de que fueron ustedes quienes los originaron y jamás resolvieron; tengo otros datos, pero de Querétaro, al que usted y yo nos debemos y representamos. No perdamos el enfoque.

Puedo compartir el esfuerzo de diferentes administraciones estatales que fueron construyendo una atractiva vocación económica, industriosa, de pujantes registros, pero ese modelo es de claroscuros, mire usted: si bien poseemos un crecimiento de nuestro producto interno bruto por encima de la media nacional, éste se ha focalizado a ciertos grupos poblacionales y ciertos sectores de la economía estatal; si bien atraemos inversión extranjera directa, ésta es bajo condiciones leoninas que nos impone el capital privado y que nosotros permitimos; si bien generamos empleos, para nada son dignos en términos constitucionales.

Sin duda debemos continuar afinando el esquema, quizás debemos ampliarlo, pero por primera vez en la historia de nuestro estado, no continuemos olvidando a todos aquellos sectores económicos y poblacionales que no son alcanzados por los sobreestimados resultados de este método de crecimiento.

Mantener sin ajuste la tesis donde las personas que se esfuerzan lograrán salir adelante, o poniéndolo en sus palabras: “… de cómo dándole a la gente oportunidades (…) se puede triunfar”, “de familias (…) que ven con satisfacción cómo su sudor da frutos”, dejaría en la marginalidad a medio México y por lo visto, a medio Querétaro.

Y no es algo que diga yo, lo invito a estudiar a la Dra. Alice Krozer de la Universidad de Cambridge, al Dr. Joseph Stiglitz y a otros especialistas sobre movilidad social que refutan a la meritocracia, pues para ser rico hay que nacer rico, mientras que el 90% de los que nacen pobres mueren pobres, por inteligentes y trabajadores que sean. Ahí es donde deben volver a participar nuevos gobiernos con responsabilidad social, no forcemos mantener la vista únicamente en lo bonito, en lo próspero, miremos también hacia el otro lado y permitamos que nuestro trabajo propicie un desarrollo más generalizado. Le urge esta nueva visión a México, le urge esta nueva visión a Querétaro; ¿en verdad no se han puesto a reflexionar que la inseguridad que estamos viviendo en la entidad, tiene que ver también por la desigualdad social y no solo como consecuencia negativa de nuestro dinamismo económico?

Finalmente, no pude dejar de notar que gran parte de la narrativa que presentó en su discurso de informe lo dedicó para ver la paja en el ojo ajeno, el del gobierno federal, pero vaya leña la que tenemos atravesada en los ojos del gobierno queretano, caray.

Y tampoco es que ustedes nos concedieran el favor al votar y subirse en asuntos de trascendencia nacional propuestos por nosotros para pacificar el país, como la Guardia Nacional, la extinción de dominio o la prisión preventiva oficiosa a diversos delitos como la propia corrupción, entre muchas otras; pues es lo mínimo que debían hacer, aunque sea por vergüenza ante el desastre de nación que ustedes le heredaron a sus propios hijos, olvídense de MORENA y del Presidente Andrés Manuel López Obrador y tengan valor civil para reconocer que por sus acciones y omisiones el pueblo hoy les da la espalda.

Senador Kuri, yo también tengo otros datos; pero de Querétaro


Hace unos días escuché con atención el informe de mi compañero Senador Mauricio Kuri y quisiera realizarle algunas reflexiones a sus planteamientos, convencido de que el debate afina cualquier idea, y dudo que alguien a su alrededor se encuentre confrontando sus conjeturas.

Veo que vive invocando un pasado infame, añorando un México que su propio partido político dejó derruido, sin la mínima conciencia ni crítica ante sus yerros, que los han sacado del poder federal después de 12 largos años de ejercicio para no volver jamás.

Las palabras pronunciadas confirman también, la sospecha de gente que le tenía al menos cierto beneficio de la duda: que vive usted en un Querétaro que solo pueden ver y disfrutar algunos, pero no la mayoría y que hará todo lo que se encuentre a su alcance para que las cosas continúen así.

Ni una sola palabra en su informe les dedicó, siquiera para darles un poco de esperanza, a los 700 mil pobres que viven en la entidad, 65 mil de ellos en situación de extrema pobreza. Pobres que no creo que compartan su postura auto proclamada, una y otra vez, de que Querétaro es un ejemplo de cómo estar mejor, y una ruta clara de lo que todo México aspira ser.

Respetable Senador, vive usted en una burbuja y aunque tenga buenas intenciones, que pudiera ser, el camino que le han hecho andar también conduce al desarrollo con exclusión, y es el mismo por el que millones de mexicanos decidieron en julio del año pasado, salirse de él y cambiar de una buena vez el rumbo emprendido.

No le dedicó usted tampoco la mínima mención a todos los que sufrimos los problemas del Querétaro de verdad, a los que nos asaltan en la calles cada vez con mayor frecuencia, a los que nos roban nuestro vehículo, nuestro negocio, a los que somos extorsionados; no dirigió usted ninguna palabra de aliento a los que perdimos la tranquilidad de ayer, y que somos testigos de un inédito clima de inseguridad y violencia al ver ejecutados y suicidas como nunca antes, la descomposición social en el estado está llegado al límite señor Senador, y se va a poner peor.

No utilizó ni un segundo en su informe a los que padecemos el intenso tráfico, resignados ante la indolencia o la impericia de la autoridad; a los que vemos y sufrimos cómo se van saturando todos los servicios públicos sin distinción, lo que poco a poco va deteriorando nuestra calidad de vida, mientras mi querida ciudad capital, sin control, se desborda por doquier sin el mínimo enfoque de sustentabilidad.

Efectivamente, nuestro Querétaro se encuentra cambiando, como usted dice, pero para mal; y también como usted señala, vaya que hace falta una urgente transición que, por cierto, con paso firme pronto realizaremos, no se apresure.

Yo también Señor Senador tengo otros datos, como usted burlescamente expresó, pero no de México, pues en ellos todos los que integramos la Cuarta Trasformación de la República estamos inmersos en corregirlos, a pesar de que fueron ustedes quienes los originaron y jamás resolvieron; tengo otros datos, pero de Querétaro, al que usted y yo nos debemos y representamos. No perdamos el enfoque.

Puedo compartir el esfuerzo de diferentes administraciones estatales que fueron construyendo una atractiva vocación económica, industriosa, de pujantes registros, pero ese modelo es de claroscuros, mire usted: si bien poseemos un crecimiento de nuestro producto interno bruto por encima de la media nacional, éste se ha focalizado a ciertos grupos poblacionales y ciertos sectores de la economía estatal; si bien atraemos inversión extranjera directa, ésta es bajo condiciones leoninas que nos impone el capital privado y que nosotros permitimos; si bien generamos empleos, para nada son dignos en términos constitucionales.

Sin duda debemos continuar afinando el esquema, quizás debemos ampliarlo, pero por primera vez en la historia de nuestro estado, no continuemos olvidando a todos aquellos sectores económicos y poblacionales que no son alcanzados por los sobreestimados resultados de este método de crecimiento.

Mantener sin ajuste la tesis donde las personas que se esfuerzan lograrán salir adelante, o poniéndolo en sus palabras: “… de cómo dándole a la gente oportunidades (…) se puede triunfar”, “de familias (…) que ven con satisfacción cómo su sudor da frutos”, dejaría en la marginalidad a medio México y por lo visto, a medio Querétaro.

Y no es algo que diga yo, lo invito a estudiar a la Dra. Alice Krozer de la Universidad de Cambridge, al Dr. Joseph Stiglitz y a otros especialistas sobre movilidad social que refutan a la meritocracia, pues para ser rico hay que nacer rico, mientras que el 90% de los que nacen pobres mueren pobres, por inteligentes y trabajadores que sean. Ahí es donde deben volver a participar nuevos gobiernos con responsabilidad social, no forcemos mantener la vista únicamente en lo bonito, en lo próspero, miremos también hacia el otro lado y permitamos que nuestro trabajo propicie un desarrollo más generalizado. Le urge esta nueva visión a México, le urge esta nueva visión a Querétaro; ¿en verdad no se han puesto a reflexionar que la inseguridad que estamos viviendo en la entidad, tiene que ver también por la desigualdad social y no solo como consecuencia negativa de nuestro dinamismo económico?

Finalmente, no pude dejar de notar que gran parte de la narrativa que presentó en su discurso de informe lo dedicó para ver la paja en el ojo ajeno, el del gobierno federal, pero vaya leña la que tenemos atravesada en los ojos del gobierno queretano, caray.

Y tampoco es que ustedes nos concedieran el favor al votar y subirse en asuntos de trascendencia nacional propuestos por nosotros para pacificar el país, como la Guardia Nacional, la extinción de dominio o la prisión preventiva oficiosa a diversos delitos como la propia corrupción, entre muchas otras; pues es lo mínimo que debían hacer, aunque sea por vergüenza ante el desastre de nación que ustedes le heredaron a sus propios hijos, olvídense de MORENA y del Presidente Andrés Manuel López Obrador y tengan valor civil para reconocer que por sus acciones y omisiones el pueblo hoy les da la espalda.