Las tradiciones de hacer el altar de Día de Muertos, es una de las más bonitas qué tenemos en todo el país, en Querétaro desde hace más de 60 años una familia comenzó haciendo las tradicionales calaveritas y alfeñiques de azúcar; José Luis Mendoza continúa el legado que hoy comparte con amigos y en casas de Cultura la elaboración de estos productos con tanto arraigo entre los queretanos.
Los recuerdos de su abuela salen a flote durante la entrevista que José Luis concede a Diario de Querétaro y fue la precursora este bello trabajo artesanal hace más de 60 años, "ella los elaboraba con moldes de barro, para después venderlos en Plaza de Armas, en el famoso" Todos Santos", hoy yo lo hago en el Jardín Guerrero".
"Aunque hoy se utilizan técnicas más sofisticadas, incluso se trabaja con silicones perfectos, nosotros seguimos con la tradición queretana a la "antigüita" y nuestros moldes están elaborados en barro que artesanos de San Ildefonso en Amealco, nos elaboran en dos partes y con eso iniciamos las Calaveras para después decorarlas de acuerdo la tradición", explica José Luis.
Con la finalidad de que las tradiciones no mueran el artesano queretano se ha dado a la tarea de impartir talleres por medio de la Normal del Estado, Casas de la Cultura, grupos, delegaciones y amigos de la familia quienes además de convivir, aprenden la técnica de los Mendoza.
"Esta es una tradición muy bonita que debe perdurar, colorida. Por eso invitó a todos los que toman el taller, a elaborar una calavera colorida, coqueta, divertida, pues esta es su fiesta", menciona.
La cocina, el comedor y la sala de su casa, desde el mes de julio se convierten en el taller donde se elaboran además de las Calaveras los alfeñiques qué son las pequeñas figuras de azúcar, como los cajoncitos de muerto, frutitas, Catrinas y ahora también los altares de Muerto en miniatura "nos lo piden mucho, principalmente en oficinas o casas qué sus espacios son pequeños; están diseñados con 7 pisos como lo marca la tradición y los elementos al estilo de Tolimán, que representan los siete pecados capitales".
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Para José Luis Mendoza Salazar y su esposa Toñita Montes, quien inició con esta tradición cuando se casó es un verdadero deleite, "Nos piden mucho en otros países, también en las escuelas, las maestras nos buscan para que les demos el material para que los niños hagan su propia calaverita".
