Los organizadores de la primera edición del Gran Premio de Catar de Fórmula 1, que tendrá lugar el 21 de noviembre, cuentan con que se llene el aforo del circuito, indicó a la AFP un responsable catarí.
"Por supuesto, nosotros esperamos que esté lleno, porque desde que anunciamos (la carrera de) la F1, la demanda se disparó", declaró Abdelrahman al-Mannai, presidente de la federación catarí de automovilismo.
"Por una feliz casualidad", esta primera edición tendrá lugar justo un año antes del inicio del Mundial de fútbol de 2022, apuntó Abdelrahman al-Mannai.
"Tratamos de optimizar el evento y de hacer más en torno a la carrera", explicó.
El Gran Premio de Catar de F1, previsto el 21 de noviembre, reemplaza al Gran Premio de Australia, anulado a causa de la pandemia y de las restricciones sanitarias. Catar se comprometió a acoger a la F1 los próximos diez años en el circuito de Losail.
En la ceremonia protocolaria posterior a la carrera, los pilotos no podrán descorchar el champán en el podio, previno el dirigente federativo: "Nosotros tenemos nuestros valores y nuestra cultura, respetamos la cultura de los demás (...). No se usará champán o alcohol durante la ceremonia del podio, pero habrá una alternativa", precisó.
- 'Expresarse libremente' -
Los pilotos, entre ellos el británico Lewis Hamilton, séptuple campeón del mundo y muy comprometido con las causas sociales, "podrán expresarse libremente en sus plataformas" sobre los Derechos Humanos.
"No tenemos ningún problema con eso en Catar dado que son libres de decir lo que quieran", prosiguió.
Catar recibe frecuentes condenas por parte de las ONG internacionales por el trato dispensado a centenares de miles de trabajadores procedentes sobre todo de Asia para las grandes obras del Mundial de fútbol, que organizará en noviembre y diciembre de 2022.
En marzo, el pequeño emirato fue objeto de protestas por parte de jugadores de varias selecciones de fútbol -Noruega, Alemania, Bélgica, Países Bajos- en el marco de los partidos de clasificación al Mundial 2022.
Ante las críticas, Catar introdujo varias reformas de su derecho laboral, como la supresión de una "visa de salida" para empleados domésticos, la introducción de un salario mínimo (1,12 euros/1,3 dólares la hora) o la abolición del certificado de "no objeción" de los empleadores para los trabajadores que deseen cambiar de trabajo.
"Catar está desde hace un tiempo abierto (...) a las críticas. Estos últimos años Catar trabajó para mejorar la situación de los trabajadores", insistió Abdelrahman al-Mannai.
"Hemos realizado progresos considerables. Por supuesto, el sistema no es todavía perfecto", prosiguió.
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