Javier, un vendedor ambulante de la Central de Abastos desde hace 18 años acusó a empleados municipales de haberle quitado su mercancía en un par de ocasiones lo cual, afirmó, tiene un valor superior a los 140 mil pesos, hecho que lo llevó a interponer una denuncia ante la Comisión Estatal de los Derechos Humanos.
Agregó que por haberse quejado en oficinas de Comercio municipal empleados de la misma han tomado represalias al grado de que ahora no le permiten trabajar en el lugar.
“Me lo tomaron personal, porque hace tres meses me hicieron unos decomisos por no contar con el permiso adecuado y como fui a quejarme ahora no me dejan trabajar y me hostigan a cada rato”, expresó.
Incluso, mencionó que desde las 3:00 de la madrugada se paran afuera del lugar donde él acostumbra a vender, para no dejarlo realizar sus actividades, qué es vender piña melón y jícama.
Según el quejoso en uno de los operativos le quitaron mercancía con valor de 89 mil para luego realizar otro de 52 mil, misma que no fue almacenada en las bodegas que tienen en el Acceso 3 cerca del Cerro del Tambor.
Dijo que ante tal situación acudió al lugar para pagar una multa de 5 mil pesos, pero que nunca le fue regresada la mercancía que le habían recogido en la Central de Abastos.
Además, aseguró que ha realizado el trámite del permiso en tres ocasiones, igual número de veces que se le ha negado por situaciones que argumenta desconocer.
Señaló directamente a un empleado de nombre Juan Carlos Esquivel del que dice ser jefe de campo y que es con quien ha tratado y le ha dicho que "ya le pare ahí para evitar más problemas".
El hombre que se dice afectado, mencionó tener videos y audio de la forma en que ha sido tratado por los empleados municipales, quienes, reitera, lo han tomado personal con él tras haberse quejado por aquellos dos decomisos.
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Añadió que posteriormente se informó que la mercancía, que es una tonelada de sandía, nunca llegó a las bodegas del Acceso 3 y por el contrario el empleado fue a burlarse de él nuevamente.
“Vino a burlarse y me dijo... sabes en dónde está tu mercancía, está en los desayunos de las colonias, cómo la ves”, aseveró el comerciante.
Indicó que otro de los comerciantes del lugar le permite trabajar en su espacio de alguna forma “escondido”, porque los inspectores municipales lo hostigan para que no pueda trabajar, aunado a que le han negado el permiso en tres ocasiones, refirió el comerciante.