Con el Miércoles de Ceniza la Iglesia católica dio inicio la Cuaresma, un tiempo en el que se llama a los fieles a la penitencia y la conversión durante 40 días, donde decenas de queretanos acudieron fervorosamente a imponerse la ceniza en la Catedral y en las distintas parroquias de la entidad.
De manera presencial decenas de feligreses se dieron cita a partir de las ocho de la mañana en la Catedral de Querétaro en uno de los eventos más relevantes dentro de la religión católica, pues esta celebración es el preámbulo para la Semana Santa, donde se dedica a la preparación espiritual de la fiesta de la Pascua.
Durante 40 días, los creyentes católicos suelen realizar actividades de reflexión, predicación y agradecimiento. A lo largo de cinco domingos, más el Domingo de Ramos, las lecturas suelen giran en torno al pecado, la penitencia y el perdón.
Si bien, la pandemia por Covid-19 ha comenzado a mostrar una considerable disminución en la incidencia de casos, la Iglesia Católico implementó los protocolos sanitarios para el pleno desarrollo de este evento, por lo que en las parroquias dispusieron de varios horarios para evitar aglomeraciones.
Por segundo año consecutivo, la ceniza no se colocó en la frente como indica la tradición, sino que el eclesiástico dejó caer la ceniza sobre la coronilla de la cabeza, evitando el contacto físico. El sacerdote dice "Arrepiéntete y cree en el Evangelio" mientras que la persona responde "Me arrepiento y creo".
"Es un periodo de reflexión. Es tener un espíritu fuerte y seguir los pasos de Cristo este tiempo hasta la Pascua. Lo tomo con mucho respeto y ahora que he podido venir aquí, retomo la ceniza para pedir por mí y mi familia. Hay que orar y reflexionar estos días", indicó Macario Duarte, creyente católico.
Una a una, cada persona acudió con el sacerdote a recibir la ceniza con una oración previa. Con poco aforo en la mañana, cubrebocas y gel antibacterial, así como el tapete sanitizante, realizaron este acto sacramental, donde a decir de algunos, complementaron con una jornada de ayuno y abstinencia.
"De jóvenes eran tiempos donde no se hacía nada. Por ejemplo en Semana Santa, el Jueves Santo, no nos dejaban ni escuchar música y no se diga comer carne. Nos enseñaron que eran tiempos para pensar y hoy estamos aquí, en ayuno, y mi esposo también deja el cigarrito y su Coca, al menos estos días, que ya se agradece", mencionó Dolores Abellán, también creyente.