/ domingo 1 de noviembre de 2020

El Cronista Sanjuanense|Acrónimos funerarios

Para muchos pueblos las creencias sobre la vida y la muerte no son más que un portal hacia un lugar mejor, un trámite espiritual hacia la vida eterna que se alcanza con la muerte. El cadáver en sí carece de importancia al quedar su recuerdo permanente en la tierra.

Desde la antigüedad, los griegos, por ejemplo, enterraban a sus muertos a los lados de los caminos a las afueras de las ciudades para evitar epidemias, cuestión de salud pública. Marcaban la zona de entierro del difunto con una roca que señalaría el sitio de su posición, para poder visitarlo posteriormente. A lo largo de los años estas rocas se fueron volviendo más sofisticadas, hasta llegar a las de tan diferentes formas que podemos observar en cualquier panteón hoy en día. En esas lápidas encontramos nombres, fechas, epitafios y en casi todas ellas, un acrónimo.

Cuando acudimos a un cementerio, por lo regular atendiendo a una costumbre de enterrar o de llevar flores a nuestros difuntos en ciertas fechas como el Día de Muertos, rara vez ponemos atención a lo que las tumbas nos comunican, más allá de los datos personales del difunto.

Hoy me referiré a los acrónimos, algunos de los que he podido encontrar observando las tumbas de diversos cementerios. Un acrónimo es el término formado por la unión de elementos de dos o más palabras que se pronuncian como una sola, plenamente identificados con su definición. Muchos de estos acrónimos, principalmente, provienen del latín o su traducción al castellano.

E.P.D. En paz descanse – este acrónimo fue más utilizados durante el siglo XIX, sobre todo en criptas o nichos dispuestos en muros, porque en ese tiempo lo más habitual era enterrarlos así. D.E.P. Descanse en paz - es uno de los acrónimos sepulcrales más utilizados desde mediados del siglo XX. D.E.P.A. Descanse en Paz, amén - menos usado que el D.E.P. pero recurrente en sepulturas antiguas. E.P.D.A. En paz descanse, amén - tanto en la fórmula “descanse en paz” como “en paz descanse” o en cualquier otro acrónimo de cementerio traducido al castellano, la “A” final corresponde a “Amén”. No así siempre en las inscripciones en latín, como ahora veremos: Q.E.P.D. Que en paz descanse - Q.E.P.D.A. Que en paz descanse, amén – los anteriores acrónimos son menos frecuentes en sepulturas ya que se solían utilizar en textos escritos más que nada para mencionar a una persona fallecida que en una sepultura, se utiliza más las formas sin la Q inicial.

Acrónimos muy particulares son, por ejemplo, E.G.E. En Gloria esté – éste a menudo en sepulturas de párvulos (infantes menores a 6 años), por ser una fórmula más “suave” para expresar su fallecimiento. D.O.M. Deus Omnipotens Mortuus (Muerto para Dios Omnipotente) – que no debemos confundir con la traducción “Deo Optimo Maximo” (Para el más grande y mejor Dios), que también se suele encontrar en inscripciones no funerarias; y D.O.M.A Deus Omnipotens Mortuus Amen (Muerto para Dios Omnipotente, amén).

Quizá el más común es R.I.P. Requiescat in Pace (Descanse en paz). Es la inscripción latina de D.E.P. que tampoco hay que confundir con el “Rest in peace”, que tanto vemos en las tumbas de Halloween, en su caso es inglés, no latín.

De los acrónimos más difíciles de encontrar están R.I.P.A. Requiescat in Pace Aeternum (Descanse en Paz eternamente). R.I.P.S. Requiescat in Pace Semper (Descanse en paz siempre). A.E.R.I.P. Anima Eius Requiescat in Pace (Su alma descanse en paz). A.E.R.I.P.A. Anima Eius Requiescat in Pace Aeternum (Su Alma Descanse en Paz Eternamente).

Los tipos o estilos tanto de la arquitectura de los monumentos mortuorios (tumbas), lápidas, caligrafía y los acrónimos, también marcan la moda de la época, incluso los mismos cementerios, que pueden mostrar cierta majestuosidad o ser más simples y llanos. También depende del país o zona geográfica dentro del mismo, es estatus social, entre otros.

Para muchos pueblos las creencias sobre la vida y la muerte no son más que un portal hacia un lugar mejor, un trámite espiritual hacia la vida eterna que se alcanza con la muerte. El cadáver en sí carece de importancia al quedar su recuerdo permanente en la tierra.

Desde la antigüedad, los griegos, por ejemplo, enterraban a sus muertos a los lados de los caminos a las afueras de las ciudades para evitar epidemias, cuestión de salud pública. Marcaban la zona de entierro del difunto con una roca que señalaría el sitio de su posición, para poder visitarlo posteriormente. A lo largo de los años estas rocas se fueron volviendo más sofisticadas, hasta llegar a las de tan diferentes formas que podemos observar en cualquier panteón hoy en día. En esas lápidas encontramos nombres, fechas, epitafios y en casi todas ellas, un acrónimo.

Cuando acudimos a un cementerio, por lo regular atendiendo a una costumbre de enterrar o de llevar flores a nuestros difuntos en ciertas fechas como el Día de Muertos, rara vez ponemos atención a lo que las tumbas nos comunican, más allá de los datos personales del difunto.

Hoy me referiré a los acrónimos, algunos de los que he podido encontrar observando las tumbas de diversos cementerios. Un acrónimo es el término formado por la unión de elementos de dos o más palabras que se pronuncian como una sola, plenamente identificados con su definición. Muchos de estos acrónimos, principalmente, provienen del latín o su traducción al castellano.

E.P.D. En paz descanse – este acrónimo fue más utilizados durante el siglo XIX, sobre todo en criptas o nichos dispuestos en muros, porque en ese tiempo lo más habitual era enterrarlos así. D.E.P. Descanse en paz - es uno de los acrónimos sepulcrales más utilizados desde mediados del siglo XX. D.E.P.A. Descanse en Paz, amén - menos usado que el D.E.P. pero recurrente en sepulturas antiguas. E.P.D.A. En paz descanse, amén - tanto en la fórmula “descanse en paz” como “en paz descanse” o en cualquier otro acrónimo de cementerio traducido al castellano, la “A” final corresponde a “Amén”. No así siempre en las inscripciones en latín, como ahora veremos: Q.E.P.D. Que en paz descanse - Q.E.P.D.A. Que en paz descanse, amén – los anteriores acrónimos son menos frecuentes en sepulturas ya que se solían utilizar en textos escritos más que nada para mencionar a una persona fallecida que en una sepultura, se utiliza más las formas sin la Q inicial.

Acrónimos muy particulares son, por ejemplo, E.G.E. En Gloria esté – éste a menudo en sepulturas de párvulos (infantes menores a 6 años), por ser una fórmula más “suave” para expresar su fallecimiento. D.O.M. Deus Omnipotens Mortuus (Muerto para Dios Omnipotente) – que no debemos confundir con la traducción “Deo Optimo Maximo” (Para el más grande y mejor Dios), que también se suele encontrar en inscripciones no funerarias; y D.O.M.A Deus Omnipotens Mortuus Amen (Muerto para Dios Omnipotente, amén).

Quizá el más común es R.I.P. Requiescat in Pace (Descanse en paz). Es la inscripción latina de D.E.P. que tampoco hay que confundir con el “Rest in peace”, que tanto vemos en las tumbas de Halloween, en su caso es inglés, no latín.

De los acrónimos más difíciles de encontrar están R.I.P.A. Requiescat in Pace Aeternum (Descanse en Paz eternamente). R.I.P.S. Requiescat in Pace Semper (Descanse en paz siempre). A.E.R.I.P. Anima Eius Requiescat in Pace (Su alma descanse en paz). A.E.R.I.P.A. Anima Eius Requiescat in Pace Aeternum (Su Alma Descanse en Paz Eternamente).

Los tipos o estilos tanto de la arquitectura de los monumentos mortuorios (tumbas), lápidas, caligrafía y los acrónimos, también marcan la moda de la época, incluso los mismos cementerios, que pueden mostrar cierta majestuosidad o ser más simples y llanos. También depende del país o zona geográfica dentro del mismo, es estatus social, entre otros.