/ domingo 11 de octubre de 2020

El Cronista Sanjuanense|Atentado al virrey

A través del tiempo han ocurrido atentados contra la vida de figuras públicas de alto perfil. Estos ataques a veces fueron exitosos y otras malogrados.

El magnicidio significa el asesinato u homicidio de una persona importante en política, por su cargo y poder. Ya sean mayores o menores, no dejan de sacudir el momento en que se presentan y marcan para siempre la historia de la época.

En las primeras décadas del siglo XVIII, tiempos del virreinato de la Nueva España, gobernaba el virrey número treinta y seis, Baltasar de Zúñiga y Guzmán, primer duque de Arión y Grande de España, mejor conocido como el Marqués de Valero. Gobernó Nueva España de junio de 1716 a octubre de 1722.

Este aristócrata y político español destacaba entre la clase mayor de su época; ostentaba gran fama, sobre todo por los cargos que había conseguido, entre otros, miembro del consejo del rey y del consejo de guerra de los reyes Carlos II y Felipe V; virrey y capitán general de Navarra; virrey y capitán general de Cerdeña; virrey, gobernador y capitán general del reino de la Nueva España; presidente de la Real Audiencia de México; mayordomo mayor del rey Felipe V; presidente del consejo de Indias y miembro de la Casa de Zúñiga.

Fue el primer virrey soltero de la Nueva España. Cuando desembarcó en Veracruz tenía la edad madura de cincuenta y ocho años.

Resulta que la tarde del 16 de junio del año 1718, el virrey regresaba a su palacio después de la solemne procesión de Corpus Christi, cuando a su paso se le apareció un hombre que lo asaltó y trató de herir con su espadín. El alférez de guardia, el caballerizo mayor y varios soldados redujeron al atacante e impidieron que el virrey fuera asesinado.

El matón fue identificado con el nombre de nombre Nicolás José Camacho, un antiguo soldado que era nativo de San Juan del Río, de unos treinta años de edad. Durante el proceso criminal a este personaje, se conoció que en dos ocasiones había estado internado en el hospital para enfermos mentales de San Hipólito. Después de este atentado, tomando en cuenta su conducta incoherente durante el juicio, fue recluido por tercera vez en ese sanatorio donde se le confinó a perpetuidad. De ahí solo saldría con la anuencia del virrey.

En un cuento inspirado en este episodio, Guillermo Prieto acusó al virrey de haber querido robarse a la esposa de Camacho y que por ello el desquiciado quiso matarle en la primer oportunidad que tuviera.

Cuenta una leyenda que en acción de gracias por haber salvado la vida un día de Corpus, don Baltasar hizo construir el convento de Corpus Christi encargándoselo al arquitecto Pedro de Arrieta, genio al que le debemos, entre otras, La Profesa, el Palacio de la Inquisición y el templo de Santo Domingo, obras construidas en la Ciudad de México, y en San Juan del Río el majestuoso Puente de Piedra, nuestro Puente de la Historia.

Este convento serviría para dar cabida a hijas de caciques indígenas, quienes solo eran admitidas en instituciones religiosas, en esa época como criadas.

El virrey Baltasar de Zúñiga, mandó construir un templo justo en el lugar donde casi pierde la vida a manos del sanjuanense Camacho. Incluso, detrás del altar del templo de Corpus Chisti, fue encontrada una caja de plata que contenía el corazón del virrey, quien así los dispuso al haberse enamorado de una monja quien, al rechazar su amor, quedó muy afligido. Falleció en 1727.

A través del tiempo han ocurrido atentados contra la vida de figuras públicas de alto perfil. Estos ataques a veces fueron exitosos y otras malogrados.

El magnicidio significa el asesinato u homicidio de una persona importante en política, por su cargo y poder. Ya sean mayores o menores, no dejan de sacudir el momento en que se presentan y marcan para siempre la historia de la época.

En las primeras décadas del siglo XVIII, tiempos del virreinato de la Nueva España, gobernaba el virrey número treinta y seis, Baltasar de Zúñiga y Guzmán, primer duque de Arión y Grande de España, mejor conocido como el Marqués de Valero. Gobernó Nueva España de junio de 1716 a octubre de 1722.

Este aristócrata y político español destacaba entre la clase mayor de su época; ostentaba gran fama, sobre todo por los cargos que había conseguido, entre otros, miembro del consejo del rey y del consejo de guerra de los reyes Carlos II y Felipe V; virrey y capitán general de Navarra; virrey y capitán general de Cerdeña; virrey, gobernador y capitán general del reino de la Nueva España; presidente de la Real Audiencia de México; mayordomo mayor del rey Felipe V; presidente del consejo de Indias y miembro de la Casa de Zúñiga.

Fue el primer virrey soltero de la Nueva España. Cuando desembarcó en Veracruz tenía la edad madura de cincuenta y ocho años.

Resulta que la tarde del 16 de junio del año 1718, el virrey regresaba a su palacio después de la solemne procesión de Corpus Christi, cuando a su paso se le apareció un hombre que lo asaltó y trató de herir con su espadín. El alférez de guardia, el caballerizo mayor y varios soldados redujeron al atacante e impidieron que el virrey fuera asesinado.

El matón fue identificado con el nombre de nombre Nicolás José Camacho, un antiguo soldado que era nativo de San Juan del Río, de unos treinta años de edad. Durante el proceso criminal a este personaje, se conoció que en dos ocasiones había estado internado en el hospital para enfermos mentales de San Hipólito. Después de este atentado, tomando en cuenta su conducta incoherente durante el juicio, fue recluido por tercera vez en ese sanatorio donde se le confinó a perpetuidad. De ahí solo saldría con la anuencia del virrey.

En un cuento inspirado en este episodio, Guillermo Prieto acusó al virrey de haber querido robarse a la esposa de Camacho y que por ello el desquiciado quiso matarle en la primer oportunidad que tuviera.

Cuenta una leyenda que en acción de gracias por haber salvado la vida un día de Corpus, don Baltasar hizo construir el convento de Corpus Christi encargándoselo al arquitecto Pedro de Arrieta, genio al que le debemos, entre otras, La Profesa, el Palacio de la Inquisición y el templo de Santo Domingo, obras construidas en la Ciudad de México, y en San Juan del Río el majestuoso Puente de Piedra, nuestro Puente de la Historia.

Este convento serviría para dar cabida a hijas de caciques indígenas, quienes solo eran admitidas en instituciones religiosas, en esa época como criadas.

El virrey Baltasar de Zúñiga, mandó construir un templo justo en el lugar donde casi pierde la vida a manos del sanjuanense Camacho. Incluso, detrás del altar del templo de Corpus Chisti, fue encontrada una caja de plata que contenía el corazón del virrey, quien así los dispuso al haberse enamorado de una monja quien, al rechazar su amor, quedó muy afligido. Falleció en 1727.