/ jueves 19 de julio de 2018

El Teatro de la República

PRIMER ACTO. NO ES QUE EL PRI SE ESTÉ MURIENDO… SE ESTÁ SUICIDANDO. El discurso priísta es aburridamente predecible. Luego del nocaut electoral las dirigencias - que no liderazgos - salieron al paso con los lugares comunes: son tiempos de reflexión y hay que cerrar filas. Inclusive la “disidencia” propuso la instauración de una dirigencia de transición ¡compuesta por exdirigentes!, esto es, dar un salto al abismo de ese pasado que fue de hecho abrumadoramente despreciado en las urnas. La supuesta reflexión fue una mediática y controlada mesa de menos de 20 personas que si bien fueron relevantes en el pasado, desde hace más de una década han sido ajenas a las decisiones y lejanas de la militancia. Fue como ver un capítulo de “Dead Man Walking” en el que sientan a los zombies dizque a tomar las decisiones. Ex dirigentes nacionales a quienes la mayoría del electorado ni siquiera conoce. ¿Se habrán puesto a pensar en lo ridículos que se ven hablando de renovación en un colegio donde el promedio de edad debe andar arriba de los 70 años? ¿Qué película estarán viendo quienes se asumen dueños del PRI? Resultan hasta divertidas las caras de circunstancias de los integrantes del CEN tricolor en las ruedas de prensa cuando si hay algo explicable y hasta entendible de esta elección es, precisamente, la “madrina” que el electorado propinó al otrora partidazo. Como lo hemos escrito, simple y sencillamente la sociedad castigó la frivolidad, corrupción e ineficacia que los patricios tricolores no solo toleraron sino hasta vitorearon. Y aún más jocosa es la actitud. En lugar de presentar su renuncia toda la dirigencia - lo que sucede en todos los partidos del mundo cuando te dan un descontón político de esa magnitud -, solo renuncia René Juárez para irse a buscar la coordinación de la que será una famélica bancada tricolor en San Lázaro. Y por prelación accede al cargo de Presidenta del Comité Ejecutivo Nacional Claudia Ruíz Massieu, digna representante del odiado peñismo y, peor aún, del ala “virreygaray”. Y a la Secretaría General, por si esto fuera poco, llegó por la misma ruta un desprestigiadísimo Moreira ¡Hello! Es tan ilógico como cuando hace unos días Emilio Gamboa habló de refundar al partido. ¿Neta? La conclusión de esto no es que el PRI se esté muriendo… se está suicidando.

SEGUNDO ACTO. ¿CERRAR O ABRIR FILAS? Quienes equivocadamente se conducen como si fueran los propietarios del PRI, son incapaces siquiera de oler los porqués del enojo ciudadano por un lado y, concomitantemente, del apoyo a AMLO por parte de lo que fue el voto duro tricolor del otro. ¿Por qué no convocan a su reflexión a los millones de votos expriístas que esta vez lo hicimos por Andrés Manuel López Obrador? De verdad creen que la sociedad es tan estúpida como para comprarles ahora que son ellos, precisamente ellos, los Gamboas, Manlios, Osorios, atlacomulcos, gobernadores y exgobernadores y demás horda de chambistas, muchos de los cuales vienen, literalmente hablando, desde las épocas de Echeverría y López Portillo, quienes entienden lo ocurrido y tienen las fórmulas para iniciar una reingeniería de lo que ha quedado del PRI. Es ridículo siquiera pensar que quienes abusaron de los aviones y helicópteros para uso personal, se enriquecieron hasta el cansancio, agandallaron las mejores posiciones para sí e impusieron a leales y familiares en cargos y candidaturas durante décadas, serán hoy quienes modernicen al PRI. Junto con el peñismo ellos son lo más repudiado del PRI. El discurso de moda en el PRI es ese de cerrar filas. No se dan cuenta sus jilgueros que eso fue lo que aniquiló al PRI. Cerraron filas hasta cansarse. Las cerraron a las bases, a la militancia histórica y, sobre todo, las cerraron a las nuevas generaciones. Convirtieron a un partido abierto que se reciclaba en un exclusivo club de intereses cada vez más plutocrático y aristocratizado. Nunca se sentaron para que otros bailaran. Melodía tras melodía solo cambiaban de pareja sin permitir a otros participar. Lo que se debe hacer hoy es exactamente lo contrario a lo que proponen: ¡abrir filas!; dejar que el PRI se nutra de juventud. Al PRI le hace falta una diálisis de sangre nueva. Pero si la renovación pasa por la dirigencia de la dupla Ruíz Massieu-Moreira, las designaciones de René Juárez y Miguel Ángel Osorio Chong como coordinadores parlamentarios, váyanle restando otros 4 o 5 puntos al partidazo para el 2021. ¿Con qué autoridad política va a criticar Osorio la inseguridad o la ineficacia gubernamental? ¿Quién de ellos tiene la autoridad moral para señalar la corrupción luego de haber servido a esta administración?

TERCER ACTO. SE CUMPLIÓ. En estas planas el 7 de junio le dijimos a Juan José Ruíz: “… te apuesto 2 a 1 que está será la peor elección para el PRI en Querétaro, en buena medida gracias a tus torpezas”. Se cumplió. Hoy le decimos: si no dejas la dirigencia pronto, motu proprio y con algo de autocrítica y dignidad, será la peor decisión de tu carrera política. Aunque en una de esas nos equivocamos los millones de “traidores”. Jaja.

TRAS BAMBALINAS. DECORO. Hay de todo en todas partes. Celebramos el decoro de José Francisco Yunes Zorrilla, quien fuera candidato del PRI al gobierno de Veracruz. El buen Pepe Yunes asumió sin cortapisas la responsabilidad del negativo resultado en Veracruz, exculpando expresamente a la militancia, ofreció disculpas y se hizo a un lado. Calidad humana y política.

PRIMER ACTO. NO ES QUE EL PRI SE ESTÉ MURIENDO… SE ESTÁ SUICIDANDO. El discurso priísta es aburridamente predecible. Luego del nocaut electoral las dirigencias - que no liderazgos - salieron al paso con los lugares comunes: son tiempos de reflexión y hay que cerrar filas. Inclusive la “disidencia” propuso la instauración de una dirigencia de transición ¡compuesta por exdirigentes!, esto es, dar un salto al abismo de ese pasado que fue de hecho abrumadoramente despreciado en las urnas. La supuesta reflexión fue una mediática y controlada mesa de menos de 20 personas que si bien fueron relevantes en el pasado, desde hace más de una década han sido ajenas a las decisiones y lejanas de la militancia. Fue como ver un capítulo de “Dead Man Walking” en el que sientan a los zombies dizque a tomar las decisiones. Ex dirigentes nacionales a quienes la mayoría del electorado ni siquiera conoce. ¿Se habrán puesto a pensar en lo ridículos que se ven hablando de renovación en un colegio donde el promedio de edad debe andar arriba de los 70 años? ¿Qué película estarán viendo quienes se asumen dueños del PRI? Resultan hasta divertidas las caras de circunstancias de los integrantes del CEN tricolor en las ruedas de prensa cuando si hay algo explicable y hasta entendible de esta elección es, precisamente, la “madrina” que el electorado propinó al otrora partidazo. Como lo hemos escrito, simple y sencillamente la sociedad castigó la frivolidad, corrupción e ineficacia que los patricios tricolores no solo toleraron sino hasta vitorearon. Y aún más jocosa es la actitud. En lugar de presentar su renuncia toda la dirigencia - lo que sucede en todos los partidos del mundo cuando te dan un descontón político de esa magnitud -, solo renuncia René Juárez para irse a buscar la coordinación de la que será una famélica bancada tricolor en San Lázaro. Y por prelación accede al cargo de Presidenta del Comité Ejecutivo Nacional Claudia Ruíz Massieu, digna representante del odiado peñismo y, peor aún, del ala “virreygaray”. Y a la Secretaría General, por si esto fuera poco, llegó por la misma ruta un desprestigiadísimo Moreira ¡Hello! Es tan ilógico como cuando hace unos días Emilio Gamboa habló de refundar al partido. ¿Neta? La conclusión de esto no es que el PRI se esté muriendo… se está suicidando.

SEGUNDO ACTO. ¿CERRAR O ABRIR FILAS? Quienes equivocadamente se conducen como si fueran los propietarios del PRI, son incapaces siquiera de oler los porqués del enojo ciudadano por un lado y, concomitantemente, del apoyo a AMLO por parte de lo que fue el voto duro tricolor del otro. ¿Por qué no convocan a su reflexión a los millones de votos expriístas que esta vez lo hicimos por Andrés Manuel López Obrador? De verdad creen que la sociedad es tan estúpida como para comprarles ahora que son ellos, precisamente ellos, los Gamboas, Manlios, Osorios, atlacomulcos, gobernadores y exgobernadores y demás horda de chambistas, muchos de los cuales vienen, literalmente hablando, desde las épocas de Echeverría y López Portillo, quienes entienden lo ocurrido y tienen las fórmulas para iniciar una reingeniería de lo que ha quedado del PRI. Es ridículo siquiera pensar que quienes abusaron de los aviones y helicópteros para uso personal, se enriquecieron hasta el cansancio, agandallaron las mejores posiciones para sí e impusieron a leales y familiares en cargos y candidaturas durante décadas, serán hoy quienes modernicen al PRI. Junto con el peñismo ellos son lo más repudiado del PRI. El discurso de moda en el PRI es ese de cerrar filas. No se dan cuenta sus jilgueros que eso fue lo que aniquiló al PRI. Cerraron filas hasta cansarse. Las cerraron a las bases, a la militancia histórica y, sobre todo, las cerraron a las nuevas generaciones. Convirtieron a un partido abierto que se reciclaba en un exclusivo club de intereses cada vez más plutocrático y aristocratizado. Nunca se sentaron para que otros bailaran. Melodía tras melodía solo cambiaban de pareja sin permitir a otros participar. Lo que se debe hacer hoy es exactamente lo contrario a lo que proponen: ¡abrir filas!; dejar que el PRI se nutra de juventud. Al PRI le hace falta una diálisis de sangre nueva. Pero si la renovación pasa por la dirigencia de la dupla Ruíz Massieu-Moreira, las designaciones de René Juárez y Miguel Ángel Osorio Chong como coordinadores parlamentarios, váyanle restando otros 4 o 5 puntos al partidazo para el 2021. ¿Con qué autoridad política va a criticar Osorio la inseguridad o la ineficacia gubernamental? ¿Quién de ellos tiene la autoridad moral para señalar la corrupción luego de haber servido a esta administración?

TERCER ACTO. SE CUMPLIÓ. En estas planas el 7 de junio le dijimos a Juan José Ruíz: “… te apuesto 2 a 1 que está será la peor elección para el PRI en Querétaro, en buena medida gracias a tus torpezas”. Se cumplió. Hoy le decimos: si no dejas la dirigencia pronto, motu proprio y con algo de autocrítica y dignidad, será la peor decisión de tu carrera política. Aunque en una de esas nos equivocamos los millones de “traidores”. Jaja.

TRAS BAMBALINAS. DECORO. Hay de todo en todas partes. Celebramos el decoro de José Francisco Yunes Zorrilla, quien fuera candidato del PRI al gobierno de Veracruz. El buen Pepe Yunes asumió sin cortapisas la responsabilidad del negativo resultado en Veracruz, exculpando expresamente a la militancia, ofreció disculpas y se hizo a un lado. Calidad humana y política.