/ jueves 8 de noviembre de 2018

El Teatro de la República

PRIMER ACTO. CABILDEO. Como ya es tradición, con motivo del arranque de una nueva administración se pone en el banquillo de los acusados a quienes prestan servicios de asesoría y gestión parlamentaria. Los denominados cabilderos. ¿Buenos o malos? Hay de ambos. Pero en términos generales, los también llamados lobistas suman ya dos décadas participando en los recintos legislativos mexicanos. El término lobby simboliza los salones previos al recinto de la Cámara de los Comunes del Reino Unido, espacios en los que durante el siglo XVIII se dieron cita los representantes de los más importantes consorcios comerciales británicos con el fin de dialogar con los parlamentarios y obtener sus favores. Sin embargo, el nacimiento del lobbying o cabildeo como una actividad profesional se remonta a los albores del siglo XIX en los Estados Unidos de América, cuando aparecen, primero en Washington y después en diversos Estados de la Unión Americana, abogados que paralelamente a los servicios tradicionales ofrecían sus buenos oficios como intermediarios entre los particulares y los legisladores. El primer antecedente normativo del lobbying lo encontramos en la resolución adoptada en 1876 por la Cámara de Representantes norteamericana que exigía el registro de los lobistas o cabilderos ante el secretariado de dicho cuerpo colegiado. Sin embargo, no es sino hasta el año de 1946 cuando se promulga en los Estados Unidos la primera legislación en la materia denominada Federal Regulation Lobbying Act. Normatividad que en 1995 se abrogó mediante la promulgación de la Lobbying Disclosure Act. En México existen normas que regulan a quienes ofrecen servicios profesionales de gestión de causas legislativas. ¿Convendría hacerlas más rígidas? No lo pensamos así. Cerrar el Congreso de la Unión es atentar contra su naturaleza de asamblea popular. Finalmente, las decisiones se toman por mayoría y los legisladores son libres de votar en conciencia. En última instancia, pareciera que el mayor temor de algunos legisladores no es a que los compren... sino a que se vendan.

SEGUNDO ACTO. DIARREA LEGISLATIVA. En el Orden del Día de la sesión ordinaria del martes pasado se da cuenta con las Iniciativas presentadas por los legisladores en la sesión anterior. ¿Cuántas iniciativas creen ustedes que se presentaron? La friolera de 174 y todas fueron turnadas a comisiones para dictamen. Es una locura. Literalmente se está generando un embudo que terminará por atascar todo el trabajo parlamentario. ¿Dónde están las coordinaciones parlamentarias? Lo que es evidente es la ausencia de sentido común de legisladores y líderes parlamentarios. Pero como grilla mata todo… venga la grilla. Urgen unas tunas a los legisladores, a ver si así se tapan y para la diarrea de iniciativas producto de su emotiva llegada al Legislativo. Y, lo que es peor, están convencidos de que es bueno que se sature el Congreso de la Unión con tanta propuesta, muchas de las cuales son absurdas y hasta rayan en lo ridículo. Ya veremos esos ánimos en unos meses cuando tengan que dictaminarlas.

TERCER ACTO. INSEGURIDAD. México sigue muy enfermo. Desde hace décadas padece un cáncer que le extermina uno a uno sus aspectos positivos. Este jinete del Apocalipsis es la inseguridad; sus síntomas son la violencia, el dolor, la impotencia, el rencor y el miedo; y se expande aceleradamente al ritmo de la incompetencia, la frivolidad y la impunidad. Quienes vivimos sumergidos en esa neoplasia, estamos aún más enfermos, ya casi nada nos sorprende, sufrimos de indiferencia crónica, parecemos resignados a escuchar a diario cómo a familiares y amigos, cómo a vecinos y conocidos, se les asalta, se les roban sus vehículos, se les violentan sus domicilios, se les viola, se les priva de su libertad y hasta cómo se les asesina. Y pese a ello, a esa hiriente, contundente e incluyente realidad que no distingue posiciones económicas ni sociales, los gobiernos han mostrado y muestran notoria incapacidad. Parecen olvidar que la función esencial de todo gobierno que se jacte de ser democrático, es garantizar por sobre toda las cosas el derecho a la vida, a la integridad y a la libertad de los ciudadanos. Mientras los políticos mexicanos siguen concentrados en la publicidad y las encuestas.

TRAS BAMBALINAS. CARRETERAS. Viajamos por carretera a Monterrey hace unos días. Es una vergüenza el mal estado de la autopista 57 que es la columna vertebral de nuestro sistema carretero. Nos tocaron las clásicas obras mal planeadas y peor ejecutadas; retenes estériles que solo sirven para hacer tráfico y corromper; y, accidentes sin que llegara policía alguna. De verdad que en ese aspecto vamos como los cangrejos… para atrás. Y mientras, los que se van soñaron con el tren México- Guadalajara y los que llegan se desvelan con el tren Maya. Bueno sería un plan carretero serio en lugar de tanto sueño guajiro.

Notario Público 19 de Querétaro

ferortiz@notaria19qro.com

PRIMER ACTO. CABILDEO. Como ya es tradición, con motivo del arranque de una nueva administración se pone en el banquillo de los acusados a quienes prestan servicios de asesoría y gestión parlamentaria. Los denominados cabilderos. ¿Buenos o malos? Hay de ambos. Pero en términos generales, los también llamados lobistas suman ya dos décadas participando en los recintos legislativos mexicanos. El término lobby simboliza los salones previos al recinto de la Cámara de los Comunes del Reino Unido, espacios en los que durante el siglo XVIII se dieron cita los representantes de los más importantes consorcios comerciales británicos con el fin de dialogar con los parlamentarios y obtener sus favores. Sin embargo, el nacimiento del lobbying o cabildeo como una actividad profesional se remonta a los albores del siglo XIX en los Estados Unidos de América, cuando aparecen, primero en Washington y después en diversos Estados de la Unión Americana, abogados que paralelamente a los servicios tradicionales ofrecían sus buenos oficios como intermediarios entre los particulares y los legisladores. El primer antecedente normativo del lobbying lo encontramos en la resolución adoptada en 1876 por la Cámara de Representantes norteamericana que exigía el registro de los lobistas o cabilderos ante el secretariado de dicho cuerpo colegiado. Sin embargo, no es sino hasta el año de 1946 cuando se promulga en los Estados Unidos la primera legislación en la materia denominada Federal Regulation Lobbying Act. Normatividad que en 1995 se abrogó mediante la promulgación de la Lobbying Disclosure Act. En México existen normas que regulan a quienes ofrecen servicios profesionales de gestión de causas legislativas. ¿Convendría hacerlas más rígidas? No lo pensamos así. Cerrar el Congreso de la Unión es atentar contra su naturaleza de asamblea popular. Finalmente, las decisiones se toman por mayoría y los legisladores son libres de votar en conciencia. En última instancia, pareciera que el mayor temor de algunos legisladores no es a que los compren... sino a que se vendan.

SEGUNDO ACTO. DIARREA LEGISLATIVA. En el Orden del Día de la sesión ordinaria del martes pasado se da cuenta con las Iniciativas presentadas por los legisladores en la sesión anterior. ¿Cuántas iniciativas creen ustedes que se presentaron? La friolera de 174 y todas fueron turnadas a comisiones para dictamen. Es una locura. Literalmente se está generando un embudo que terminará por atascar todo el trabajo parlamentario. ¿Dónde están las coordinaciones parlamentarias? Lo que es evidente es la ausencia de sentido común de legisladores y líderes parlamentarios. Pero como grilla mata todo… venga la grilla. Urgen unas tunas a los legisladores, a ver si así se tapan y para la diarrea de iniciativas producto de su emotiva llegada al Legislativo. Y, lo que es peor, están convencidos de que es bueno que se sature el Congreso de la Unión con tanta propuesta, muchas de las cuales son absurdas y hasta rayan en lo ridículo. Ya veremos esos ánimos en unos meses cuando tengan que dictaminarlas.

TERCER ACTO. INSEGURIDAD. México sigue muy enfermo. Desde hace décadas padece un cáncer que le extermina uno a uno sus aspectos positivos. Este jinete del Apocalipsis es la inseguridad; sus síntomas son la violencia, el dolor, la impotencia, el rencor y el miedo; y se expande aceleradamente al ritmo de la incompetencia, la frivolidad y la impunidad. Quienes vivimos sumergidos en esa neoplasia, estamos aún más enfermos, ya casi nada nos sorprende, sufrimos de indiferencia crónica, parecemos resignados a escuchar a diario cómo a familiares y amigos, cómo a vecinos y conocidos, se les asalta, se les roban sus vehículos, se les violentan sus domicilios, se les viola, se les priva de su libertad y hasta cómo se les asesina. Y pese a ello, a esa hiriente, contundente e incluyente realidad que no distingue posiciones económicas ni sociales, los gobiernos han mostrado y muestran notoria incapacidad. Parecen olvidar que la función esencial de todo gobierno que se jacte de ser democrático, es garantizar por sobre toda las cosas el derecho a la vida, a la integridad y a la libertad de los ciudadanos. Mientras los políticos mexicanos siguen concentrados en la publicidad y las encuestas.

TRAS BAMBALINAS. CARRETERAS. Viajamos por carretera a Monterrey hace unos días. Es una vergüenza el mal estado de la autopista 57 que es la columna vertebral de nuestro sistema carretero. Nos tocaron las clásicas obras mal planeadas y peor ejecutadas; retenes estériles que solo sirven para hacer tráfico y corromper; y, accidentes sin que llegara policía alguna. De verdad que en ese aspecto vamos como los cangrejos… para atrás. Y mientras, los que se van soñaron con el tren México- Guadalajara y los que llegan se desvelan con el tren Maya. Bueno sería un plan carretero serio en lugar de tanto sueño guajiro.

Notario Público 19 de Querétaro

ferortiz@notaria19qro.com