/ jueves 27 de febrero de 2020

El Teatro de la República

PRIMER ACTO. MUNDO RARO. En franca alusión a la famosa canción del inolvidable compositor mexicano José Alfredo Jiménez, podemos afirmar que la situación integral de nuestro país se ha transformado en un mundo raro. Nuestro sistema de convivencia es hoy día un universo en donde lo común es lo inédito y lo excepcional lo cotidiano. Y frente a esta realidad, el problema es que tanto los ciudadanos comunes y corrientes como los propios actores de la vida pública parecemos estar sumidos en una actitud de indolente y quizás convenenciera modorra. Desde hace un par de décadas la coherencia, la prudencia, el consenso y el equilibrio son simples referencias a un deber ser del que cada día nos alejamos más. Los excentricismos y las extravagancias se han convertido en el pan nuestro de cada día. Las declaraciones absurdas, las gracejadas, las confrontaciones y la falta de brújula en el ejercicio del poder son lo habitual. Además, el actuar político se ha trivializado en forma alarmante. En este momento podemos identificar claramente algunas disfunciones de nuestro mundo raro. Y para lograr una aproximación a este curioso microcosmos mexicano, vamos a referirnos a algunos ámbitos relevantes.

SEGUNDO ACTO. ECONOMÍA. Sucede que en la economía las condiciones del país han tenido vaivenes complejos, si bien algunos visibles y otros impredecibles, todos finalmente atendibles. En un mundo integrado los acontecimientos internacionales no predecibles - como la pandemia del Corovi-19 - impactan duramente en la economía nacional. Igualmente, es muy complicado prever oportunamente los descalabros financieros que se originan en otros mercados. El problema es que poco se han atendido de fondo dichas crisis. Casi siempre se sale al paso mediáticamente, a puro golpe de mensajes, discursos y anuncios, sin implementarse estrategias adecuadas. En la parte predecible de la economía vemos cuestiones como la disminución en la producción petrolera y la quiebra del sistema público de salud y de pensiones. Desde que recordamos se habló de la crisis de PEMEX que hoy es ya una penosa y costosa realidad. El problema es que casi nada se hizo. En otras palabras, la economía mexicana ha sido de mucho diagnóstico pero nulo tratamiento. Sin duda hoy la economía nacional pasa por una de sus etapas de mayor inestabilidad. Y no se trata de buscar culpables porque aquí concurren errores del pasado con pifias del presente. Y si bien algunos indicadores de alguna manera se han contenido, desde hace varios meses estamos sumergidos en una recesión. Pero lo más indignante es la obsesión por mantener el maquillaje de una bonanza que simple y sencillamente no se ve. El no ejercicio suficiente y oportuno de los recursos públicos es pecado mortal en la frágil economía de un país con las apremiantes necesidades sociales que tiene el nuestro.

TERCER ACTO. LABORAL. En lo laboral, no obstante el incremento al salario mínimo, en términos reales se sigue acumulando un gigantesco rezago. Las ofertas de más empleos se han convertido en menos puestos de trabajo. Se diga lo que se diga, el compromiso de mejores salarios se ha traducido en menores percepciones y en menores prestaciones. Especialmente a quienes laboran en el servicio público. ¿Cómo tratar el asunto de los jubilados y pensionados? Una de las mayores injusticias de nuestro régimen para con millones de hombres y mujeres que dejaron su vida en diferentes actividades en beneficio del país. Simplemente diremos que las pensiones son miserables y que la cosa se va a poner peor.

TRAS BAMBALINAS. DE TERROR. Finalmente, la inseguridad e impunidad han alcanzado niveles hasta hace poco insospechados. Y todo esto rebasa la responsabilidad particular de políticos o partidos, tampoco se limita a un color o época determinada. Exhibimos una aparentemente inmutable incapacidad para instaurar buenos gobiernos.

Notario Público 19 de Querétaro.

ferortiz@notaria19qro.com

PRIMER ACTO. MUNDO RARO. En franca alusión a la famosa canción del inolvidable compositor mexicano José Alfredo Jiménez, podemos afirmar que la situación integral de nuestro país se ha transformado en un mundo raro. Nuestro sistema de convivencia es hoy día un universo en donde lo común es lo inédito y lo excepcional lo cotidiano. Y frente a esta realidad, el problema es que tanto los ciudadanos comunes y corrientes como los propios actores de la vida pública parecemos estar sumidos en una actitud de indolente y quizás convenenciera modorra. Desde hace un par de décadas la coherencia, la prudencia, el consenso y el equilibrio son simples referencias a un deber ser del que cada día nos alejamos más. Los excentricismos y las extravagancias se han convertido en el pan nuestro de cada día. Las declaraciones absurdas, las gracejadas, las confrontaciones y la falta de brújula en el ejercicio del poder son lo habitual. Además, el actuar político se ha trivializado en forma alarmante. En este momento podemos identificar claramente algunas disfunciones de nuestro mundo raro. Y para lograr una aproximación a este curioso microcosmos mexicano, vamos a referirnos a algunos ámbitos relevantes.

SEGUNDO ACTO. ECONOMÍA. Sucede que en la economía las condiciones del país han tenido vaivenes complejos, si bien algunos visibles y otros impredecibles, todos finalmente atendibles. En un mundo integrado los acontecimientos internacionales no predecibles - como la pandemia del Corovi-19 - impactan duramente en la economía nacional. Igualmente, es muy complicado prever oportunamente los descalabros financieros que se originan en otros mercados. El problema es que poco se han atendido de fondo dichas crisis. Casi siempre se sale al paso mediáticamente, a puro golpe de mensajes, discursos y anuncios, sin implementarse estrategias adecuadas. En la parte predecible de la economía vemos cuestiones como la disminución en la producción petrolera y la quiebra del sistema público de salud y de pensiones. Desde que recordamos se habló de la crisis de PEMEX que hoy es ya una penosa y costosa realidad. El problema es que casi nada se hizo. En otras palabras, la economía mexicana ha sido de mucho diagnóstico pero nulo tratamiento. Sin duda hoy la economía nacional pasa por una de sus etapas de mayor inestabilidad. Y no se trata de buscar culpables porque aquí concurren errores del pasado con pifias del presente. Y si bien algunos indicadores de alguna manera se han contenido, desde hace varios meses estamos sumergidos en una recesión. Pero lo más indignante es la obsesión por mantener el maquillaje de una bonanza que simple y sencillamente no se ve. El no ejercicio suficiente y oportuno de los recursos públicos es pecado mortal en la frágil economía de un país con las apremiantes necesidades sociales que tiene el nuestro.

TERCER ACTO. LABORAL. En lo laboral, no obstante el incremento al salario mínimo, en términos reales se sigue acumulando un gigantesco rezago. Las ofertas de más empleos se han convertido en menos puestos de trabajo. Se diga lo que se diga, el compromiso de mejores salarios se ha traducido en menores percepciones y en menores prestaciones. Especialmente a quienes laboran en el servicio público. ¿Cómo tratar el asunto de los jubilados y pensionados? Una de las mayores injusticias de nuestro régimen para con millones de hombres y mujeres que dejaron su vida en diferentes actividades en beneficio del país. Simplemente diremos que las pensiones son miserables y que la cosa se va a poner peor.

TRAS BAMBALINAS. DE TERROR. Finalmente, la inseguridad e impunidad han alcanzado niveles hasta hace poco insospechados. Y todo esto rebasa la responsabilidad particular de políticos o partidos, tampoco se limita a un color o época determinada. Exhibimos una aparentemente inmutable incapacidad para instaurar buenos gobiernos.

Notario Público 19 de Querétaro.

ferortiz@notaria19qro.com