/ jueves 18 de enero de 2018

El Teatro de la República

PRIMER ACTO. ¿ECONOMÍA O POLÍTICA? El debate sobre privilegiar la economía o la política es una añeja y estéril discusión. Esta dicotomía nos parece bastante absurda ya que estamos confundiendo el objetivo con el instrumento. La naturaleza social del ser humano se justifica en la búsqueda de mejores condiciones de vida. El hombre se asocia para vivir mejor. Y se vive mejor en la medida en que se tiene acceso a más y mejores satisfactores. Por ello, consideramos que en última instancia la sociabilidad natural del ser humano aterriza en terrenos económicos. No obstante, un requisito indispensable para que el andamiaje social funcione consiste en que al interior de cada comunidad existan condiciones para una convivencia pacífica y constructiva. De ahí que el objetivo primario, que es vivir mejor, quede subordinado a la capacidad de los miembros de la comunidad, particularmente de aquellos que ostentan el poder público, para generar un ambiente social adecuado para el trabajo común. Esto significa que los éxitos económicos siempre van a estar supeditados a que existan las condiciones políticas. Si aplicamos estos principios elementales, encontramos que el hecho de hacer política no puede ser en sí mismo el objetivo de ningún gobierno. La política es la herramienta pero no el fin. Lo que pasa es que una mala operación política echa al traste las más acertadas decisiones y avances económicos. De ahí que la receta que deba aplicar quien gane la elección de este año sea simple de plantear aunque muy compleja de lograr: nombrar a los mejores en los cargos, coordinarlos, déjarlos trabajar y exigirles cuentas y resultados.

SEGUNDO ACTO. FEDERACIÓN VS CHIHUAHUA. La confrontación entre los gobiernos Federal y de Chihuahua por la entrega de los recursos federales a dicha entidad, exhibe la crisis de nuestro sistema republicano y federal. Independientemente de a quien pueda asistir la razón en este asunto en particular, el pleito mismo, su publicitación y la ausencia de mecanismos efectivos para darle una pronta solución, muestran nuestra debilidad institucional. La alternancia y muchos de sus efectos llegaron tan intempestivamente a quienes forman parte del sistema político mexicano que no se han apreciado aún en su justa dimensión. Y hablamos de su novedad no obstante que ya son 18 años de “alternancia”, ya que para un sistema que se construyó en ya casi 200 años - desde la Constitución Federal de 1824 se perfiló lo que hoy es nuestro régimen -  tres sexenios no son mucho. La alternancia pues, derrumbó el andamiaje de usos, costumbres y abusos que sostenían al Presidente de la República en la cima de un sistema práctico en el que los otros dos poderes, legislativo y judicial, y todos los gobiernos estatales se encontraban sometidos a los designios del primero. Sin embargo, y en contraste con lo que ha ocurrido en el poder judicial federal, la relación del Ejecutivo con el Legislativo sigue siendo desarticulada, reactiva y coyuntural; mientras que la relación del Ejecutivo con las entidades federativas es caprichosa, depende del ánimo que se le tenga al gobernador en turno, y de alto contenido político.

TERCER ACTO. ¿DÓNDE ESTÁ EL SENADO? En estas condiciones, se supone que el Senado de la República es el colegio parlamentario que representa “equitativamente” - aunque los pluris lo desequilibraron - a la Federación y, con dicho carácter, debería ser un especio de conciliación de un enfrentamiento entre la Federación y una entidad federativa. Pero como la naturaleza de las instituciones no importa, porque todo está sometido a los dictados de la grilla, pues simplemente no interviene institucionalmente, y los senadores solamente hacen manifestaciones, como hinchas enardecidos, a favor o en contra según el equipo político en el que juegan. Triste espectáculo congresional.

TRAS BAMBALINAS. PURA GENTE BUENA. Dicen que el dirigente estatal del PRI logró lo imposible: unificar a todo el priísmo queretano… pero en su contra. Inclusive, y aunque parezca inverosímil, a figuras relevantes del propio grupo político al que pertenece y cuya cabeza ahí lo puso. Y es que, también dicen, integró su círculo íntimo de pura gente buena… para nada. El problema es que en política los amigos son de mentiras y duran lo mismo que dura el cargo, mientras que los enemigos son de verdad y para toda la vida.

Notario Público 19 de Querétaro.

ferortiz@notaria19qro.com

PRIMER ACTO. ¿ECONOMÍA O POLÍTICA? El debate sobre privilegiar la economía o la política es una añeja y estéril discusión. Esta dicotomía nos parece bastante absurda ya que estamos confundiendo el objetivo con el instrumento. La naturaleza social del ser humano se justifica en la búsqueda de mejores condiciones de vida. El hombre se asocia para vivir mejor. Y se vive mejor en la medida en que se tiene acceso a más y mejores satisfactores. Por ello, consideramos que en última instancia la sociabilidad natural del ser humano aterriza en terrenos económicos. No obstante, un requisito indispensable para que el andamiaje social funcione consiste en que al interior de cada comunidad existan condiciones para una convivencia pacífica y constructiva. De ahí que el objetivo primario, que es vivir mejor, quede subordinado a la capacidad de los miembros de la comunidad, particularmente de aquellos que ostentan el poder público, para generar un ambiente social adecuado para el trabajo común. Esto significa que los éxitos económicos siempre van a estar supeditados a que existan las condiciones políticas. Si aplicamos estos principios elementales, encontramos que el hecho de hacer política no puede ser en sí mismo el objetivo de ningún gobierno. La política es la herramienta pero no el fin. Lo que pasa es que una mala operación política echa al traste las más acertadas decisiones y avances económicos. De ahí que la receta que deba aplicar quien gane la elección de este año sea simple de plantear aunque muy compleja de lograr: nombrar a los mejores en los cargos, coordinarlos, déjarlos trabajar y exigirles cuentas y resultados.

SEGUNDO ACTO. FEDERACIÓN VS CHIHUAHUA. La confrontación entre los gobiernos Federal y de Chihuahua por la entrega de los recursos federales a dicha entidad, exhibe la crisis de nuestro sistema republicano y federal. Independientemente de a quien pueda asistir la razón en este asunto en particular, el pleito mismo, su publicitación y la ausencia de mecanismos efectivos para darle una pronta solución, muestran nuestra debilidad institucional. La alternancia y muchos de sus efectos llegaron tan intempestivamente a quienes forman parte del sistema político mexicano que no se han apreciado aún en su justa dimensión. Y hablamos de su novedad no obstante que ya son 18 años de “alternancia”, ya que para un sistema que se construyó en ya casi 200 años - desde la Constitución Federal de 1824 se perfiló lo que hoy es nuestro régimen -  tres sexenios no son mucho. La alternancia pues, derrumbó el andamiaje de usos, costumbres y abusos que sostenían al Presidente de la República en la cima de un sistema práctico en el que los otros dos poderes, legislativo y judicial, y todos los gobiernos estatales se encontraban sometidos a los designios del primero. Sin embargo, y en contraste con lo que ha ocurrido en el poder judicial federal, la relación del Ejecutivo con el Legislativo sigue siendo desarticulada, reactiva y coyuntural; mientras que la relación del Ejecutivo con las entidades federativas es caprichosa, depende del ánimo que se le tenga al gobernador en turno, y de alto contenido político.

TERCER ACTO. ¿DÓNDE ESTÁ EL SENADO? En estas condiciones, se supone que el Senado de la República es el colegio parlamentario que representa “equitativamente” - aunque los pluris lo desequilibraron - a la Federación y, con dicho carácter, debería ser un especio de conciliación de un enfrentamiento entre la Federación y una entidad federativa. Pero como la naturaleza de las instituciones no importa, porque todo está sometido a los dictados de la grilla, pues simplemente no interviene institucionalmente, y los senadores solamente hacen manifestaciones, como hinchas enardecidos, a favor o en contra según el equipo político en el que juegan. Triste espectáculo congresional.

TRAS BAMBALINAS. PURA GENTE BUENA. Dicen que el dirigente estatal del PRI logró lo imposible: unificar a todo el priísmo queretano… pero en su contra. Inclusive, y aunque parezca inverosímil, a figuras relevantes del propio grupo político al que pertenece y cuya cabeza ahí lo puso. Y es que, también dicen, integró su círculo íntimo de pura gente buena… para nada. El problema es que en política los amigos son de mentiras y duran lo mismo que dura el cargo, mientras que los enemigos son de verdad y para toda la vida.

Notario Público 19 de Querétaro.

ferortiz@notaria19qro.com