/ martes 25 de mayo de 2021

Neurona ciudadana | L@s niñ@s, l@s grandes olvidados

Para tener una sociedad sana y cohesionada necesariamente debemos reconstruir nuestro tejido social, ese que por desgracia ha sido resquebrajado por diversos factores como el crimen organizado, la inequidad y la injusticia social que han generado un entorno violento en lo general, pero que afecta de manera particular a mujeres y niños.

Así como hemos levantado la voz para erradicar la violencia en contra de las mujeres, debemos hacer lo mismo con nuestra niñez, un sector que ha padecido el embate de esa degradación social.

Maltrato físico y psicológico, abandono, abuso sexual o no brindarles los cuidados necesarios para que gocen de una buena alimentación, salud o educación son las formas más visibles de la violencia que sufren miles de niños en nuestro país y es algo que se debe visibilizar y ser atendido urgentemente por los diferentes niveles de gobierno.

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, tan sólo en 2016, se calcula que hasta mil millones de niños de entre 2 y 17 años en todo el mundo fueron víctimas de abusos físicos, sexuales, emocionales o de abandono. El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) señala que 8 mil 644 niños, niñas y adolescentes fueron asesinados en el país entre 2010 y 2016; y 6 mil 257 estaban registrados como desaparecidos hasta noviembre de 2017. La Encuesta Nacional de Niños, Niñas y Mujeres (ENIM) 2015, coordinada por la UNICEF y el Instituto Nacional de Salud Pública indica que el 47% de los niños de 6 a 23 meses en México, no recibieron una dieta mínima aceptable. El 63% de los niños y niñas de 1 a 14 años de edad fue sometido al menos a una forma de castigo psicológico o físico por algún miembro adulto del hogar durante el mes anterior a dicha encuesta y el 6% de los niños y niñas fue sometido a un castigo severo. La ONU estima que el 50% de los niños que no asisten a la escuela primaria viven en zonas afectadas por conflictos.

Datos fríos y aterradores que nos tienen que llevar a la acción inmediata.

En este sentido, quiero destacar la labor que ha realizado desde hace varios años la Fundación Vida Plena I.A.P. que desarrolla un programa llamado Corazones Mágicos y que entre otras cosas atienden el problema de la violencia sexual infantial en nuestro estado. Con el objetivo de sumar a todos los actores, hace unos días suscribieron una alianza con los partidos políticos con la intención de crear esquemas efectivos de protección a niños, niñas y adolescentes de esta forma de violencia como el impulso a la capacitación de profesionistas dedicados a la impartición y procuración de justicia que tienen bajo su cuidado a niños, niñas y adolescentes víctimas de violencia sexual, entre otras propuestas. Aplaudimos esta iniciativa, pues si queremos tener una sociedad justa, robusta y libre de violencia tenemos que empezar por el cuidado de nuestros niños. Es urgente.

Para tener una sociedad sana y cohesionada necesariamente debemos reconstruir nuestro tejido social, ese que por desgracia ha sido resquebrajado por diversos factores como el crimen organizado, la inequidad y la injusticia social que han generado un entorno violento en lo general, pero que afecta de manera particular a mujeres y niños.

Así como hemos levantado la voz para erradicar la violencia en contra de las mujeres, debemos hacer lo mismo con nuestra niñez, un sector que ha padecido el embate de esa degradación social.

Maltrato físico y psicológico, abandono, abuso sexual o no brindarles los cuidados necesarios para que gocen de una buena alimentación, salud o educación son las formas más visibles de la violencia que sufren miles de niños en nuestro país y es algo que se debe visibilizar y ser atendido urgentemente por los diferentes niveles de gobierno.

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, tan sólo en 2016, se calcula que hasta mil millones de niños de entre 2 y 17 años en todo el mundo fueron víctimas de abusos físicos, sexuales, emocionales o de abandono. El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) señala que 8 mil 644 niños, niñas y adolescentes fueron asesinados en el país entre 2010 y 2016; y 6 mil 257 estaban registrados como desaparecidos hasta noviembre de 2017. La Encuesta Nacional de Niños, Niñas y Mujeres (ENIM) 2015, coordinada por la UNICEF y el Instituto Nacional de Salud Pública indica que el 47% de los niños de 6 a 23 meses en México, no recibieron una dieta mínima aceptable. El 63% de los niños y niñas de 1 a 14 años de edad fue sometido al menos a una forma de castigo psicológico o físico por algún miembro adulto del hogar durante el mes anterior a dicha encuesta y el 6% de los niños y niñas fue sometido a un castigo severo. La ONU estima que el 50% de los niños que no asisten a la escuela primaria viven en zonas afectadas por conflictos.

Datos fríos y aterradores que nos tienen que llevar a la acción inmediata.

En este sentido, quiero destacar la labor que ha realizado desde hace varios años la Fundación Vida Plena I.A.P. que desarrolla un programa llamado Corazones Mágicos y que entre otras cosas atienden el problema de la violencia sexual infantial en nuestro estado. Con el objetivo de sumar a todos los actores, hace unos días suscribieron una alianza con los partidos políticos con la intención de crear esquemas efectivos de protección a niños, niñas y adolescentes de esta forma de violencia como el impulso a la capacitación de profesionistas dedicados a la impartición y procuración de justicia que tienen bajo su cuidado a niños, niñas y adolescentes víctimas de violencia sexual, entre otras propuestas. Aplaudimos esta iniciativa, pues si queremos tener una sociedad justa, robusta y libre de violencia tenemos que empezar por el cuidado de nuestros niños. Es urgente.