Caleb Lara supo que combinar sabores, crear platillos y cocinarlos era a lo que se quería dedicar toda su vida desde que tenía seis años y veía cocinar a su abuelo con gran pasión, “Me encantaba ver todo lo que hacía junto con mis tías; esas fueron mis primeras clases” cuenta nostálgico.
Aunque estudió la carrera de computación su gran sueño fue convertirse en un profesional de la gastronomía mexicana e internacional, es así que decide ingresar a la universidad y aprender lo que realmente le gustaba.
El chef Lara plática que desde el segundo semestre de la carrera, buscó la forma de trabajar y practicar, aunque sus maestros le decían que era muy pronto, él no desistió y desde entonces no ha parado. “Estuve en comedores industriales donde aprendí todo lo que se requiere para llevar un restaurante, trabajé para CANACO y otras empresas de gran nivel que hicieron, que se reforzara mi gusto al recibir mis primeros sueldos”.
Por azares del destino e invitación de uno de sus maestros fue como llegó a la docencia, la cual combina con los talleres y cursos que da a través de programas que el gobierno del estado lleva a diferentes comunidades con ICATEQ, donde enseña este arte a lugares como Santa Rosa Jáuregui, Montenegro y El Salitre, solo por mencionar algunos y que le han dado grandes satisfacciones.
Al preguntarle quien le ha inspirado además de su abuelo, respondió: “mi mentora sin duda es Beatriz Díaz ya que ella me enseñó todo lo que hay que desarrollar y organizar”. El maestro de las artes culinarias ha implementado varias técnicas y mezclado sabores a todas sus creaciones que a su decir son combinaciones con plantas ancestrales que muchas veces poco se utilizan, pero que al degustarlas dejan un gran sabor de boca.
Aunque todo pareciera ser miel sobre hojuelas, hay algo que extraña y es estar con la familia y amigos “a veces es complicado poderse reunir con sus seres queridos en fiestas o reuniones importantes, el no poder convivir con la gente que amas o tus amigos, si causa tristeza”, platicó. Sin embargo todo se recompensa según dice cuando ve los frutos de su trabajo y el reconocimiento que le dan por la dedicación con el que lo realiza.
En 2021 planea ya tener todo estructurado, su taller de cocina para diversas comunidades, además de escribir un libro, esto cuenta: “me encanta escribir, era el típico niño que hacía las cartas de amor a sus amigos, para que se las dieran a sus novias; entonces quiero plasmar el amor por la cocina, contando historias, pero no las que ya se escribieron, sino las buenas y malas vivencias que te pueden dejar al estar cocinando”.
Lara comenta que si a sus platillos tuviera que sazonarlos sólo con dos ingredientes estos serían el amor y el agradecimiento, porque sin eso no podrías tener un platillo completo.
