Eran las tres de la tarde, la Alameda Hidalgo en la Avenida Zaragoza esperaba recibir a esas “revoltosas” tan criticadas incluso por otras de su mismo género; amigas, hijas, hermanas, primas, tías, abuelas y madres, se iban reuniendo con pancartas en mano, otras ocupando el tiempo de espera para hacerlo.
Cada una de ellas, llegaban por sus propios motivos, con una historia, una preocupación, un sentimiento encontrado para dejar todo una tarde de viernes y reunirse con otras de “su manada”, para exigir lo que por años se nos ha dejado.
¿Qué hay detrás de la marcha del 8M?
“Mis hijas (14 y 16 años), me pidieron venir (…) ellas viven un proceso de abuso para otras compañeras que entrenan en el Parque Querétaro 2000 por parte de un “entrenador”, ellas han visto como autoridades del lugar han hecho caso omiso, pero seguimos en pie de lucha; desde jovencitas se han dado cuenta por desgracia, que las mujeres tenemos que alzar la voz y exigir que se nos respete”, mencionó una madre preocupada y ocupada de hacer entender a sus pequeñas que ser violentadas de cualquier forma no es normal y que todas merecemos respeto, tengamos la condición que sea.
“Mataron a mi amiga Florencia Nathali, la impunidad, las “relaciones” con políticos y el dinero, dieron como resultado que ella había fallecido por un accidente automovilístico, por lo que el cabrón que la mató, está libre, pagó una fianza, porque así es la justicia (…) ¡con dinero baila el perro!; pero estamos aquí por Flo, nadie nos va a callar hasta que se haga justicia”, advierte una joven que junto con otras mujeres buscan que Moisés N, presunto agresor de Florencia pague su delito.
“Cuando era niña fui abusada por mi hermano mayor, era una niña de 6 años y él tenía 17, cuando pude comprender lo que pasaba, mi mamá me dijo que me callara, que mi hermano no estaba bien y que eso era una vergüenza (…) pero imagínate la pinche vergüenza era para mí, por “ofrecida”, ese perro era la “víctima” de una niña de seis años”, confiesa con una risa irónica, entre amargura, rencor y sin entender que la familia prefiere callar y culpar a la que fue violentada, antes que tocar a su abusador para no ser blanco de críticas y que la familia “intachable”, sea señalada por una sociedad doble moral."
“Quiero que mi hija sea libre, que pueda caminar e ir por las calles tranquila, sin abusos, sin sentirse amenazada, por eso vengo y vendré todas las veces que sea necesarias, para lograr un mundo mejor para ella”, afirma una mamá que va de la mano de su pequeña de tres años, vestida con su tutú morado, sin comprender que ella es una nueva generación que desde temprana edad tiene que manifestarse para nunca sentirse acosada y abusada por ningún sistema, persona u ocasión que la vulnere solo por el simple hecho de haber nacido mujer.
“El padre de mis hijos desde que se fue, nunca ha dado pensión, prefiere andar en “trabajillos” donde le pagan por fuera para decir que gana el mínimo; he sido padre y madre de mis tres hijos, no me pesa, pero si me indigna, no pienso callarme más y alzó la voz por ellos”, señala una joven, mientras en un poste pega la foto del deudor.
Sería imposible plasmar el sentir de cada una de las mujeres que marchó, historias llenas de frustración, muchas otras de terror y otras como forma de prevención, cada una sabe perfectamente bien, porque se planta en una marcha que por desgracia solo tiene foco un día del año,
“si se ha ganado, pero no lo suficiente, aún no podemos cerrar una brecha laboral y de maltratos que hemos llevado por siglos las que nacemos mujeres. No vamos a parar mientras nos sigan viendo como ciudadanos de segunda, como un objeto y pidiendo que dejemos las cosas como están y nos resignemos”, dice una de las dirigentes del contingente de abogadas que se unió a esta mega marcha.
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Si bien, como ella dice, solo es viralizada un vez al año y por desgracia en la mayoría de las ocasiones solo se habla de los disturbios, quema, pintas y vandalismo que hacen un pequeño sector de la participantes, no se debe dejar de lado que la mayoría van en un ambiente de respeto, de paz, ¿indignadas?, si, y mucho ...con rabia, frustración por tener que salir a gritar y exigir la seguridad que por el simple hecho de ser ciudadanas se debería de tener.
