…estuviste esperando sólo este momento para alzar el vuelo
Paul McCartney
Blackbird, (Mirlo) es una canción compuesta por Paul McCartney, que forma parte del repertorio del disco titulado The Beatles, mejor conocido como Álbum Blanco. La pieza hace referencia a la problemática de discriminación racial existente en Estados Unidos, y a los disturbios que se suscitaron, allá por el año de 1968.
Blackbird singing in the dead of night
Mirlo que gorjeas tu hermoso canto en medio de la oscura noche de los tiempos, ¿ya te diste cuenta que el pájaro negro que encerraste en esa cárcel está cantando una hermosa melodía? Nunca te lo habrías esperado. Lo trajiste para explotarlo, venderlo, revenderlo, para violar a las mujeres de su especie, y, mira que con el tiempo, te ha resultado un artista supremo. Ese negro cantaba aunque lo tuvieras sobándose el lomo desde la salida del sol hasta la puesta, su energía era indómita, indomable, no la vencías con nada. Se le estaba pelando la piel con tanto sol y sin embargo ¡estaba cantando! ¿No es increíble?
Lo secuestraste, lo trajiste encadenado, lo refundiste en mazmorras en un barco navegando en medio del océano. Cuando algún esclavo te retó simplemente lo arrojaste al mar para que se lo tragaran los tiburones, y todavía tuviste la osadía de celebrar destapando botellas de whisky que luego aventaste a la basura. Mientras, los otros negros te observaban, con una combinación de miedo y rabia, pero las llagas de sus tobillos les dolían al moverse. Desde entonces se grabó en su mente, memoria y corazón una sola palabra: libertad. Y en esa larga espera se dieron el lujo de cantar, cantar en los patios, cantar en las fábricas, cantar en las cárceles en donde los encerraste por quítame estas pajas. Qué limitadas son a veces las palabras. Digo cárceles y apenas vagamente se alcanza a comprenderse el significado de tal vocablo. Vivir la prisión es otra cosa. Estar encerrado, no poder salir a donde quieras, estar bajo candados…debe ser terrible.
¿Recuerdas al negro que acusaste de haber violado a una mujer blanca, cuando sabías bien que el violador había sido otro? Eso me lo contó un ruiseñor, un amigo del pájaro negro. ¿Cómo te iba a negar esta poesía nocturna? Estuviste bajo el sol más intenso y luego pasaste a la noche más siniestra. Mirlo, me enseñaste que en el lado oscuro de la vida también hay luz, me mostraste que el pájaro negro también trae buenos mensajes. Ahora haces que mis pies y mi cuerpo bailen sin poder detenerse de tanto ritmo que traías en las venas. Mira cómo bailo y cómo disfruto escuchando esa música que viene de lo más profundo de la noche. Tu esclavitud parecía que duraría para siempre, así desearon muchos que fuera, y la noche se veía tan oscura allá afuera carcomiendo todo. ¿Alguien puede creer que las palabras bastan para describir tanta amargura, tanta tristeza, tanto dolor? Los esclavistas forman parte de la historia más deleznable de la humanidad, de lo más despreciable, de lo más malvado.
You were only waiting for this moment to arise
Pájaro negro, recuerdas la primera vez que decidiste sentarte en un autobús público en Montgomery con todos, como todos. Era un primero de diciembre de 1955, varios siglos después de la llegada de los primeros africanos que trajeron como esclavos. Subiste al camión y minutos después ellos intentaron bajarte, te amenazaron. La línea pintada a la mitad marcaba muy claro las diferencias y la superioridad. Esa línea divisoria que era como una herida y estaba pintada en todos los camiones. No la saltes, no intentes borrarla, no hagas como que no la viste.
La parte trasera era para los negros. La parte media sólo se podía utilizar si el camión iba vacío. Te sentaste precisamente ahí. Un hombre blanco subió y te pidieron que te levantaras y pasaras a la parte trasera. Te negaste, con toda razón, pero no para ellos. Te amenazaron con arrestarte si no obedecías. No obedeciste. Fuiste a dar a la cárcel. Tu “delito”, no obedecer una medida racista. Con ese hecho tan simple, terminaste de derramar el vaso del hartazgo. A partir de esa acción se desataron una serie de actos de desobediencia civil, tales como no utilizar más su servicio de camiones de pasajeros. Eso los metió en un problema tan grande que tuvieron que ceder. Estaban tronando económicamente. Un muchacho de 26 anos, llamado Martin Luther King Jr. tomó la batuta y encabezó la protesta. La amenaza de quiebra los convenció. La mismísima Corte Suprema de los Estados Unidos declaró anticonstitucional esa practica discriminatoria. Fue el principio de muchas protestas civiles contra las medidas de segregación racial.
Take these broken wings and learn to fly
Después de lo de Rosa Parks, Martin Luther King Jr. entendió muy bien que era el momento oportuno para tomar las alas y volar más lejos hacia la libertad. Abraham Lincoln había abolido la esclavitud hacía ya 92 años, pero no había bastado con la Proclamación de Emancipación, promulgada en 1863. Había que dar muchos pasos más antes de lograr que se hiciera efectiva totalmente. De hecho todavía, a estas alturas del partido, en el año 2018, falta mucho por lograr. Esto lo más terrible, que para muchos discriminar sigue siendo una opción diaria.
El 28 de agosto de 1963, el pastor Martin Luther King organizó la Marcha a Washington por los Derechos Civiles cuyo objetivo era terminar de una vez por todas con la segregación y discriminación racial. Ahí pronunció el Dr. King su célebre discurso “Yo tengo un sueño”. Un día histórico para los anales de la libertad. Ahí, junto al río Potomac, en las escalinatas del Monumento a Lincoln, se dieron cita más de 200 000 integrantes de la comunidad afroamericana, junto a otros miles de hombres y mujeres libertarios de todas las razas. La Marcha influyó de manera definitoria en la instrumentación de la Ley de los Derechos Civiles (1964) y la Ley del Derecho al Voto (1965). Citando como marco para sus peticiones a la Declaración de Independencia de los Estados Unidos, la Proclamación de Emancipación, y la Constitución de los Estados Unidos, Luther King pronuncia uno de los discursos más relevantes del siglo XX, y de la historia de la oratoria en el mundo. Dice El Dr. King en su célebre discurso: “Por eso, ¡que repique la libertad desde la cúspide de los montes prodigiosos de Nueva Hampshire! ¡Que repique la libertad desde las poderosas montañas de Nueva York! ¡Que repique la libertad desde las alturas de las Alleghenies de Pensilvania! ¡Que repique la libertad desde las Rocosas cubiertas de nieve en Colorado! ¡Que repique la libertad desde las sinuosas pendientes de California! Pero no sólo eso: ! ¡Que repique la libertad desde la Montaña de Piedra de Georgia! ¡Que repique la libertad desde la Montaña Lookout de Tennesse! ¡Que repique la libertad desde cada pequeña colina y montaña de Misisipí! "De cada costado de la montaña, que repique la libertad".
Cuando repique la libertad y la dejemos repicar en cada aldea y en cada caserío, en cada estado y en cada ciudad, podremos acelerar la llegada del día cuando todos los hijos de Dios, negros y blancos, judíos y cristianos, protestantes y católicos, puedan unir sus manos y cantar las palabras del viejo espiritual negro: "¡Libres al fin! ¡Libres al fin! Gracias a Dios omnipotente, ¡somos libres al fin!" (fuente: Wikisource).
Poco a poco se abría paso la justicia en una senda muy dolorosa que incluyó el asesinato del Dr. Luther King el 4 de abril de 1968, a los 39 años de edad.
Debido a todos estos lamentables sucesos que se estaban dando en Estados Unidos por cuestiones de discriminación racial, desde Escocia, Paul McCartney escribió la canción Blackbird que es tristemente hermosa, pero a la vez llena de esperanza y futuro. Dice así: “Blackbird singing in the dead of night / Take these broken wings and learn to fly / All your life / You were only waiting for this moment to arise / Blackbird singing in the dead of night / Take these sunken eyes and learn to see / All your life / You were only waiting for this moment to be free / Blackbird fly, blackbird fly / Into the light of the dark black night / Blackbird fly, blackbird fly / Into the light of the dark black night / Blackbird singing…”
“Mirlo que cantas al morir la noche / toma estas alas rotas y aprende a volar /
Toda tu vida / Sólo has esperado este momento para levantar el vuelo. / Mirlo que cantas al morir la noche / Coge estos ojos hundidos y aprende a ver / Toda tu vida / Sólo has esperado este momento para liberarte. / Vuela mirlo, vuela mirlo / Hacia la luz de la negra oscura noche. / Vuela mirlo vuela mirlo / Hacia la luz de la negra y oscura noche. / Mirlo que cantas de madrugada / Coge estas alas rotas y aprende a volar / Toda tu vida…”
En los colores de la piel no radica el bien ni el mal, sino en los valores que habitan en la mente y el corazón de cada quien.
