La fe se sobrepuso a las indicaciones oficiales de la Diócesis de Querétaro para evitar la peregrinación por motivos de pandemia de Covid-19, situación que poco importó a las llamadas peregrinas "rebeldes", quienes llegaron a la Basílica de Guadalupe al grito de "¡Sí se pudo!".
"Nosotras llegamos con fe y con hartas ganas de llegar con nuestra madrecita. Fue un camino más solo que otros porque nos vinimos solas, pero aquí estamos, por fin, al pie de la Basílica para pedirle a la virgencita que nos cuide", indicó Teresa, peregrina proveniente de Ezequiel Montes.
Muchas de ellas recorrieron cientos de kilómetros algunas originarias de la zona serrana y del semidesierto queretano, así como de la zona metropolitana en una conjunción de municipios que optaron por salir por su cuenta pese a las indicaciones de la Diócesis de Querétaro.
Estas mujeres fueron las primeras en llegar a la Ciudad de México, acompañadas de patrullas estatales y municipales de Querétaro, además de Protección Civil del estado y la Cruz Roja. En todo momento se les acompañó para evitar cualquier altercado, protegidas por las autoridades.
"Siempre hubo gente acompañándonos, hasta la Guardia Nacional. No tuvimos miedo porque íbamos todas juntas y sí tuvimos que hacer esto de desobedecer, pero es que tenemos nuestras mandas. Nosotras siempre hacemos esto y tenemos que caminar", refirió Carmen, de la colonia Menchaca en la capital queretana.
Las peregrinas "rebeldes" se expusieron a lo que pudiera suceder en el camino, sin embargo, la fe en la virgen de Guadalupe y la continuidad de la tradición de esta peregrinación reconocida como Patrimonio Cultural Inmaterial en el estado, lo que motivó a que se embarcaran en ese recorrido.
"Es la fe lo que mueve. Solo la fe. Nosotras venimos a cumplir como cada año y la pandemia no nos detiene. Ahora solo venimos y nos vamos de vuelta a ver qué pasa el otro año", mencionó Carmen, también peregrina de la zona serrana.
Este pequeño grupo fue apoyado también por quienes llegaron en autobús gracias a la Diócesis de Querétaro, muchos de ellas se bajaron a la entrada de la Ciudad de México para acompañarlas en el último recorrido, lo que habla de una unión comunal entre ellas, independientemente de lo que las autoridades recomiendan o dispongan.
