/ sábado 6 de abril de 2024

Lo que no nos define | Entre tensiones y cambios


La reciente declaración de la OTAN sobre Rusia como su amenaza más significativa y directa no es una sorpresa en un contexto de creciente tensión geopolítica. Sin embargo, la Alianza Atlántica está ampliando su mirada más allá de Ucrania para abordar las operaciones de influencia y desestabilización del Kremlin en otros puntos críticos de Europa, como Bosnia, Moldavia y Georgia. Estos países, considerados eslabones débiles de Europa, se enfrentan a una creciente presión por parte de Rusia, que busca revertir su acercamiento a la Unión Europea y la OTAN.

El informe de la OTAN resalta la preocupación por las acciones desestabilizadoras de Moscú, no sólo en Europa, sino también en el norte de África y el Sahel, donde se ha observado un aumento de la presencia de organizaciones vinculadas a Rusia. Este panorama refleja una estrategia global del Kremlin para expandir su influencia y minar la estabilidad en regiones clave para la seguridad europea.

Uno de los focos de atención está en los Balcanes, donde países como Bosnia son objeto de campañas destinadas a socavar su relación con la UE y la OTAN. Rusia busca explotar la inestabilidad política en la región y utilizar territorios ocupados, como Osetia del Sur y Abjasia en Georgia, como palancas desestabilizadoras. Esta estrategia se extiende a Moldavia, otro socio vulnerable con territorios ocupados por tropas rusas.

La OTAN, ante esta realidad, está revisando sus estrategias y considerando medidas para contrarrestar las acciones rusas. Esto incluye fortalecer la capacidad de países como Bosnia, Georgia y Moldavia, así como aumentar las campañas de información y explorar formas de cooperación económica a través de programas de la Alianza.

La situación se complica aún más con la presencia rusa en el Sahel, una región cada vez más inestable donde la UE ha reducido su presencia militar. Rusia está tejiendo relaciones diplomáticas y aumentando su influencia en países como Níger, Malí y Chad, lo que plantea nuevos desafíos para la seguridad regional y global.

Los expertos advierten sobre el esfuerzo de Rusia por alimentar a partidos afines y políticos nacionalistas en estos países, mientras intenta mantener vínculos económicos que le otorguen influencia y poder de presión. Ante esta situación, la OTAN contempla diversas opciones para contrarrestar estas maniobras, como el fortalecimiento de las capacidades militares de los socios en riesgo y una mayor cooperación económica.

En este contexto, la Alianza debe revisar su enfoque y fortalecer la cooperación con los países eslavos y otros socios estratégicos. Es crucial entender que el cambio en el mapa geopolítico de Europa implica una respuesta colectiva y coordinada para mantener la estabilidad y la seguridad en la región.

El desarrollo de Albania y otros países de los Balcanes será determinante en la integración de la región en el resto de Europa. A medida que las diferencias en el nivel de vida se reduzcan y se fortalezcan los lazos económicos y políticos, se podrá avanzar hacia una Europa más unida y resiliente ante los desafíos emergentes.

¿O será la defensa lo que no nos define?


  • Consultor y profesor universitario

  • Twitter: Petaco10marina

  • Facebook: Petaco Diez Marina

  • Instagram: Petaco10marina



La reciente declaración de la OTAN sobre Rusia como su amenaza más significativa y directa no es una sorpresa en un contexto de creciente tensión geopolítica. Sin embargo, la Alianza Atlántica está ampliando su mirada más allá de Ucrania para abordar las operaciones de influencia y desestabilización del Kremlin en otros puntos críticos de Europa, como Bosnia, Moldavia y Georgia. Estos países, considerados eslabones débiles de Europa, se enfrentan a una creciente presión por parte de Rusia, que busca revertir su acercamiento a la Unión Europea y la OTAN.

El informe de la OTAN resalta la preocupación por las acciones desestabilizadoras de Moscú, no sólo en Europa, sino también en el norte de África y el Sahel, donde se ha observado un aumento de la presencia de organizaciones vinculadas a Rusia. Este panorama refleja una estrategia global del Kremlin para expandir su influencia y minar la estabilidad en regiones clave para la seguridad europea.

Uno de los focos de atención está en los Balcanes, donde países como Bosnia son objeto de campañas destinadas a socavar su relación con la UE y la OTAN. Rusia busca explotar la inestabilidad política en la región y utilizar territorios ocupados, como Osetia del Sur y Abjasia en Georgia, como palancas desestabilizadoras. Esta estrategia se extiende a Moldavia, otro socio vulnerable con territorios ocupados por tropas rusas.

La OTAN, ante esta realidad, está revisando sus estrategias y considerando medidas para contrarrestar las acciones rusas. Esto incluye fortalecer la capacidad de países como Bosnia, Georgia y Moldavia, así como aumentar las campañas de información y explorar formas de cooperación económica a través de programas de la Alianza.

La situación se complica aún más con la presencia rusa en el Sahel, una región cada vez más inestable donde la UE ha reducido su presencia militar. Rusia está tejiendo relaciones diplomáticas y aumentando su influencia en países como Níger, Malí y Chad, lo que plantea nuevos desafíos para la seguridad regional y global.

Los expertos advierten sobre el esfuerzo de Rusia por alimentar a partidos afines y políticos nacionalistas en estos países, mientras intenta mantener vínculos económicos que le otorguen influencia y poder de presión. Ante esta situación, la OTAN contempla diversas opciones para contrarrestar estas maniobras, como el fortalecimiento de las capacidades militares de los socios en riesgo y una mayor cooperación económica.

En este contexto, la Alianza debe revisar su enfoque y fortalecer la cooperación con los países eslavos y otros socios estratégicos. Es crucial entender que el cambio en el mapa geopolítico de Europa implica una respuesta colectiva y coordinada para mantener la estabilidad y la seguridad en la región.

El desarrollo de Albania y otros países de los Balcanes será determinante en la integración de la región en el resto de Europa. A medida que las diferencias en el nivel de vida se reduzcan y se fortalezcan los lazos económicos y políticos, se podrá avanzar hacia una Europa más unida y resiliente ante los desafíos emergentes.

¿O será la defensa lo que no nos define?


  • Consultor y profesor universitario

  • Twitter: Petaco10marina

  • Facebook: Petaco Diez Marina

  • Instagram: Petaco10marina