/ jueves 18 de enero de 2024

Rompe el silencio | ¿Por qué la gente no se atreve a recibir psicoterapia? Mitos y realidades

David Ballesteros Solís*


Entender la razón detrás de la desconfianza que todavía se le da a la atención psicoterapéutica implica reconocer el fenómeno social que nos ha venido acompañando ya por bastantes años en el desarrollo de nuestra cultura social mexicana, y observar los efectos de este fenómeno no es tan difícil como parece.

Seguramente, en algún momento de nuestras vidas, hemos alcanzado a escuchar al grupo de tíos que se sentaron a beber y decidieron opinar que en sus tiempos si tus hijos no querían hacer caso o hacer lo que debían, con unas nalgadas era suficiente para “ponerlos en su lugar”; o escuchar a las tías decir que seguramente su sobrina está loca porque se enteraron que empezó a acudir al psicólogo debido a un invento de excusa para no buscar marido llamado “depresión”.

Son pequeños elementos como estos los que conforman la vox populi en la que estamos inmersos y la cual construye el concepto popular de lo que los mexicanos creemos sobre la atención a la salud mental; inclusive tan arraigados tenemos dichos atributos que cuando surge ya alguna situación personal que esté dándonos bastantes estragos emocionales y nos esté haciendo pasar un muy mal momento, buscamos entre un sinfín de alternativas como sustancias psicoactivas o creencias mágicas dejando, lamentablemente, hasta el final la atención psicológica.

Sin embargo, afortunadamente podemos destacar que las nuevas generaciones poco a poco van ocupando posiciones de poder que les permiten expresarse al respecto de los grandes y problemáticos efectos negativos que emergen al minimizar la salud mental y su influencia en las diferentes áreas de nuestra vida.

Es por esto que es importante romper el silencio y hablar sobre el poder oportuno que posee la psicoterapia no solo a nivel individual, sino también a nivel comunitario y social. Con el motivo de seguir impulsando el cambio social a través de la concientización, hoy hablaremos sobre algunos mitos que aún rebotan de boca en boca, esto con el objetivo de frenarlos y promover el conocimiento como estrategia de prevención y transformación social que tanto necesitamos, pero antes vamos a entender qué es la psicoterapia.

“La psicoterapia es un proceso colaborativo entre un profesional de la salud y un individuo o grupo, y su objetivo es ayudar a las personas a comprender sus pensamientos, emociones, comportamientos y sus relaciones con los demás para trabajar hacia cambios positivos y favorables en sus vidas”.

La necesidad de autoconocimiento y curación emocional se remonta a nuestros ancestros primitivos quienes abordaban los desafíos de la mente con rituales y prácticas espirituales, pero es en el siglo XIX cuando la psicoterapia comienza a formarse en lo que conocemos hoy como la psicoterapia moderna. Gracias a figuras como Sigmund Freud, Virginia Satir, Carl Rogers y Aaron T. Beck, entre otros, la psicoterapia ha experimentado un significativo desarrollo y crecimiento a lo largo de la historia. Desde las revolucionarias ideas sobre el inconsciente y la infancia hasta los enfoques centrados al cliente, estas valiosas contribuciones han enriquecido el panorama y han creado un campo diverso y valioso para la práctica terapéutica, la cual se ha convertido en una invaluable herramienta para el tratamiento de los trastornos mentales y para mejorar la salud mental.

Ahora bien, algunos mitos populares sobre la psicoterapia no solo buscan desinformar, sino también alejarnos de su utilidad. Por ejemplo, el mito de que sólo las personas con problemas graves necesitan psicoterapia es falso pues los beneficios de esta práctica son para todo tipo de personas y es diversamente útil para afrontar desafíos cotidianos, mejorar el bienestar emocional y promover el desarrollo personal.

Uno de los más populares es el mito que dice que la psicoterapia es solo para los locos y es probablemente uno de los más usados para excusarse de su uso o para desalentar a las personas a iniciar su proceso psicoterapéutico, pero de igual manera es falso ya que no se limita a tratar trastornos mentales graves, sino que también aborda el manejo del estrés y el ansiedad, los desafíos personales y el crecimiento personal; además, asistir a psicoterapia no es algo de “locos”, es un reflejo de valentía y esfuerzo por tomar la decisión de cuidar su bienestar psicológico personal.

Por último, tenemos el mito que dice que la psicoterapia es solamente ir a hablar de tus problemas y que te los resuelvan con consejos, el cual es falso ya que el trabajo que se da en ese espacio es colaborativo, lo que significa que implica tanto al psicoterapeuta como al paciente, y en lugar de dar consejos, el terapeuta trabaja para facilitar la reflexión y el autoconocimiento con el objetivo de comprender mejor los patrones de pensamiento y comportamiento, ayudar a desarrollar habilidades para afrontar las dificultades personales y encontrar soluciones adecuadas para los objetivos y las metas terapéuticas.

En conclusión, abordar la desconfianza que existe hacia la psicoterapia y desmantelar los mitos arraigados en nuestra cultura mexicana ayuda a que la búsqueda de atención psicológica no sea postergada o considerada como último recurso. Es importante recordar que la psicoterapia es una herramienta valiosa y necesaria para el bienestar mental, ofrece mejorar la calidad de vida y promueve el cambio a nivel individual, comunitario y social.

Al desmitificar la psicoterapia podemos fomentar una cultura que abrace a la salud mental y la reconozca como un pilar esencial para el bienestar de todas, todos y todes.


*Psicólogo clínico psicoanalítico en formación

David Ballesteros Solís*


Entender la razón detrás de la desconfianza que todavía se le da a la atención psicoterapéutica implica reconocer el fenómeno social que nos ha venido acompañando ya por bastantes años en el desarrollo de nuestra cultura social mexicana, y observar los efectos de este fenómeno no es tan difícil como parece.

Seguramente, en algún momento de nuestras vidas, hemos alcanzado a escuchar al grupo de tíos que se sentaron a beber y decidieron opinar que en sus tiempos si tus hijos no querían hacer caso o hacer lo que debían, con unas nalgadas era suficiente para “ponerlos en su lugar”; o escuchar a las tías decir que seguramente su sobrina está loca porque se enteraron que empezó a acudir al psicólogo debido a un invento de excusa para no buscar marido llamado “depresión”.

Son pequeños elementos como estos los que conforman la vox populi en la que estamos inmersos y la cual construye el concepto popular de lo que los mexicanos creemos sobre la atención a la salud mental; inclusive tan arraigados tenemos dichos atributos que cuando surge ya alguna situación personal que esté dándonos bastantes estragos emocionales y nos esté haciendo pasar un muy mal momento, buscamos entre un sinfín de alternativas como sustancias psicoactivas o creencias mágicas dejando, lamentablemente, hasta el final la atención psicológica.

Sin embargo, afortunadamente podemos destacar que las nuevas generaciones poco a poco van ocupando posiciones de poder que les permiten expresarse al respecto de los grandes y problemáticos efectos negativos que emergen al minimizar la salud mental y su influencia en las diferentes áreas de nuestra vida.

Es por esto que es importante romper el silencio y hablar sobre el poder oportuno que posee la psicoterapia no solo a nivel individual, sino también a nivel comunitario y social. Con el motivo de seguir impulsando el cambio social a través de la concientización, hoy hablaremos sobre algunos mitos que aún rebotan de boca en boca, esto con el objetivo de frenarlos y promover el conocimiento como estrategia de prevención y transformación social que tanto necesitamos, pero antes vamos a entender qué es la psicoterapia.

“La psicoterapia es un proceso colaborativo entre un profesional de la salud y un individuo o grupo, y su objetivo es ayudar a las personas a comprender sus pensamientos, emociones, comportamientos y sus relaciones con los demás para trabajar hacia cambios positivos y favorables en sus vidas”.

La necesidad de autoconocimiento y curación emocional se remonta a nuestros ancestros primitivos quienes abordaban los desafíos de la mente con rituales y prácticas espirituales, pero es en el siglo XIX cuando la psicoterapia comienza a formarse en lo que conocemos hoy como la psicoterapia moderna. Gracias a figuras como Sigmund Freud, Virginia Satir, Carl Rogers y Aaron T. Beck, entre otros, la psicoterapia ha experimentado un significativo desarrollo y crecimiento a lo largo de la historia. Desde las revolucionarias ideas sobre el inconsciente y la infancia hasta los enfoques centrados al cliente, estas valiosas contribuciones han enriquecido el panorama y han creado un campo diverso y valioso para la práctica terapéutica, la cual se ha convertido en una invaluable herramienta para el tratamiento de los trastornos mentales y para mejorar la salud mental.

Ahora bien, algunos mitos populares sobre la psicoterapia no solo buscan desinformar, sino también alejarnos de su utilidad. Por ejemplo, el mito de que sólo las personas con problemas graves necesitan psicoterapia es falso pues los beneficios de esta práctica son para todo tipo de personas y es diversamente útil para afrontar desafíos cotidianos, mejorar el bienestar emocional y promover el desarrollo personal.

Uno de los más populares es el mito que dice que la psicoterapia es solo para los locos y es probablemente uno de los más usados para excusarse de su uso o para desalentar a las personas a iniciar su proceso psicoterapéutico, pero de igual manera es falso ya que no se limita a tratar trastornos mentales graves, sino que también aborda el manejo del estrés y el ansiedad, los desafíos personales y el crecimiento personal; además, asistir a psicoterapia no es algo de “locos”, es un reflejo de valentía y esfuerzo por tomar la decisión de cuidar su bienestar psicológico personal.

Por último, tenemos el mito que dice que la psicoterapia es solamente ir a hablar de tus problemas y que te los resuelvan con consejos, el cual es falso ya que el trabajo que se da en ese espacio es colaborativo, lo que significa que implica tanto al psicoterapeuta como al paciente, y en lugar de dar consejos, el terapeuta trabaja para facilitar la reflexión y el autoconocimiento con el objetivo de comprender mejor los patrones de pensamiento y comportamiento, ayudar a desarrollar habilidades para afrontar las dificultades personales y encontrar soluciones adecuadas para los objetivos y las metas terapéuticas.

En conclusión, abordar la desconfianza que existe hacia la psicoterapia y desmantelar los mitos arraigados en nuestra cultura mexicana ayuda a que la búsqueda de atención psicológica no sea postergada o considerada como último recurso. Es importante recordar que la psicoterapia es una herramienta valiosa y necesaria para el bienestar mental, ofrece mejorar la calidad de vida y promueve el cambio a nivel individual, comunitario y social.

Al desmitificar la psicoterapia podemos fomentar una cultura que abrace a la salud mental y la reconozca como un pilar esencial para el bienestar de todas, todos y todes.


*Psicólogo clínico psicoanalítico en formación