El pasado 1 de julio del 2020, entró en vigor el T- MEC es un triunfo que pervivirá en la memoria colectiva mexicana. Los augurios fueron favorables y los procesos constitucionales consumieron el proceso de ratificación de este tratado. Ahora es momento de conjugar el pretérito en tiempo presente. El veredicto resulta contundente el T- MEC es sin duda un laurel para los Estados Unidos y Canadá.
Nuestras bibliotecas, archivos, hemerotecas, pinacotecas; de alto nivel por desgracia, son muy pocas, y en muchas ocasiones aquellas que han sido formadas a lo largo de años por investigadores o grandes intelectuales, son compradas en el extranjero, en lugar de que haya una correcta disposición por parte del Gobierno de la República, para adquirirlas. Como sucedió en la época de la peste negra en 1918, y a principios de los años 20 en nuestro país. Así lo hicieron los herederos de esas grandes bibliotecas como la colección García Iscabalzeta y la Genaro García; adquiridas por la Nettie Lee Benson Latín American Colecction de la Universidad de Texas en Austin la más famosa en el mundo. Y otras Universidades, Museos, fundaciones coleccionistas privados en Canadá y EEUU. De ahí que existe el hito de una reciprocidad imposible entre México EEUU y Canadá en lo cultural y muy mal aprovechada por nuestro país.
El TLCAN, entró en vigor el 1 de enero de 1994 y desde su Concepción el Estado Mexicano fue más que omiso en cuanto al capítulo cultural. Los tres países convinieron que esas disposiciones sólo continuarían vigente para Canadá y USA, art, 2106 y su Anexo. Las industrias culturales protegidas en el TLCAN eran muy extensivas y solo citaré algunas: Publicación, distribución, o venta de libros, revistas, diarios impresos, producción, distribución, venta o exhibición de grabación de películas, o video, comunicaciones por radio, entre otros, por lo tanto al margen de esa salvaguarda.
México quizá perdió la batalla cultural más importante de su historia sin haber encontrado la más mínima resistencia social. La Matriz del T- MEC con sus especificidades propias como propiedad intelectual, robotización, inteligencia artificial, solo por citar algunas; responde en el ámbito cultural al TPP y adoptó un régimen iberrimo en esa materia con claras inequidades para los creadores culturales mexicanos. El contra modelo europeo, así como otros tratados y acuerdos comerciales e internacionales que las cláusulas culturales son una práctica común, pero no lo entendió así el Estado Mexicano, que una y otra vez a mantenido una insólita narrativa mercantilista en los foros comerciales. Con ello deja a los creadores y actores culturales mexicanos, en total desvalimiento y en una reciprocidad imposible cultural.