El fortalecimiento de la educación artística, así como la profesionalización y especialización, es la vocación del Centro de las Artes (Ceart) de Querétaro. Alojado en el edificio que correspondió al Real Colegio de Santa Rosa de Viterbo, este espacio se incorporó en septiembre de 2011 a la Red de Centros, a partir de la cooperación entre el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), ahora Secretaría de Cultura Federal; por medio del Centro Nacional de las Artes (Cenart), y el Gobierno del Estado de Querétaro, a través del Instituto Queretano de la Cultura y las Artes, ahora Secretaría de Cultura.
El Ceart estuvo a cargo de Ituriel Hernández, quien fungió como su primer director, lugar que después ocupó Araceli Ardón. Desde el pasado mes de mayo, el historiador y exjefe municipal del departamento de Patrimonio y Servicios Culturales, Valentín García Márquez, es quien dirige este espacio cultural.
“Ha sido muy intenso, lo encontré en muy buen estado de salud. Estamos haciendo ajustes donde se debían de hacer y estamos conservando lo que estaba bien hecho y funcionando, de manera que aquello que detecté que era susceptible de mejorarse, pues se está haciendo para corregir el rumbo y hacerlo más adecuado a lo que es la vocación del espacio”, refirió en entrevista García Márquez.
Bajo esta nueva directriz, el director aseguró que el rumbo del Ceart continua igual, “debe cumplir con una vocación que es aparte del fortalecimiento, es también la profesionalización, un espacio donde los artistas encuentren la respuestas a las inquietudes que están surgiendo, un espacio donde mostrar sus talentos, desarrollar sus proyectos, sobre todo los vanguardistas que es algo en lo que estamos poniendo mucho énfasis, el atender y recibir propuestas vanguardistas”, destacó.
Con mira a lo vanguardista
Al poco tiempo de estar frente a este centro, asegura, comenzó a tener un acercamiento con la comunidad teatral interesada en desarrollar algunos de los proyectos.
“La idea es que la comunidad lo sienta suyo y puedan venir para presentar su oferta. Estamos con una agenda muy intensa para el último periodo de este año (…) no se debe perder el rumbo, que es el fortalecimiento de la educación artística y balanceando la oferta de disciplinas artísticas, porque lo que sí encontré es que no teníamos una oferta muy amplia”, refirió.
El espacio cuenta con un auditorio, foro al aire libre, cinco salones, tres salones de música y galerías. Dentro de su oferta están una diversidad de talleres, que abarcan la mayoría de las disciplinas artísticas, tanto del lado plástico como la danza o la música. Hoy en día están por iniciar la última temporada de actividades con cerca de 27 talleres.
“Cualquier artista que debe entregar un proyecto… justo está abierta la convocatoria para el 2019, que se ciñan a los lineamientos que nos pide el Centro Nacional, trayectoria, que tenga buena calidad, no tenemos de iniciación, sino de especialización”, dijo.
Los proyectos vanguardistas y novedosos son una de las prioridades de esta nueva dirección, “tenemos una apertura muy amplia, no nos espantamos de cosas que a veces surgen”, reiteró el historiador. Sin embargo, las actividades que tienen que ver con el patrimonio cultural también está en la lista.
Darle impulso al taller de grabado, cerámica y litografía que se inauguraron en el 2017 se encuentra dentro de las prioridades. Ubicados originalmente en los edificios llamados “leprosarios” por su antigua vocación hospitalaria del lugar, buscarán reubicarlos.
“Pensamos darle mucho impulso, considero que las artes gráficas en Querétaro están despuntando, el equipo y las instalaciones que tenemos están como para que se vuelva un referente en el bajío de las artes gráficas. La calidad de maestros que tenemos y combinando con un taller de cerámica”, dijo García Márquez.
Con el objetivo de dar una mayor presencia y prestigio al espacio, buscarán que cada taller culmine con una exposición que muestre lo trabajado durante ese periodo de tiempo.
“El Centro está innovando en esta interdisciplinariedad. Los estamos combinando con exposiciones, los artistas que están en los talleres tienen acceso a esto, también con el objetivo de mostrar que es lo que se está haciendo, si no demostramos lo que hacemos la gente sólo sabrá del nombre y no los resultados y la calidad. El espacio va adquiriendo un prestigio a partir de ese trabajo”, resaltó.
La apropiación del artista y del público
A través del préstamo de espacios, el Ceart se ha convertido en un espacio acogido por gran parte de la comunidad artística para el desarrollo de proyectos así como para los ensayos, ejemplos de esto son el proyecto Escénica Q.
Pese a ser un espacio acogido por la comunidad, acercarlo al público y que éste se apropie de él es uno de los retos a los que se enfrentan.
“Esto se logrará con trabajo y más trabajo, constancia y simplemente hacer que la gente encuentre la manera de hacer los proyectos que tiene”, refirió.
Pues explica que este es un trabajo sinérgico entre el artista y el centro, “no se suman dos, sino muchos más. El resultado es beneficiar a un tercero que es el público, hoy en día la economía no da para que paguen una gran entrada y vaya un espectáculo musical o teatral, si tenemos la oportunidad de ofrecerlo de forma gratuita, lo haremos. Si logramos vincularnos con la comunidad artística para ofrecer espacios de profesionalización, experimentación y logramos que las familias, el público acuda asiduamente a los espectáculos que se presenten tendremos que estarán en contacto con las artes y generar que la gente pueda comprender el otro, sensibilizarse y finalmente la labor de la cultura en general es hacer mejores seres humanos, es el resultado más allá del Centro de las Artes”, explicó.
