/ jueves 28 de diciembre de 2023

Mis lecturas del 2023 (1 de 2)

El libro de cabecera


Este año ha sido fabuloso para la literatura, sobre todo, para nuestras letras queretanas. Como autor y editor, pero sobre todo como lector, he disfrutado muchísimo de cada una de las experiencias literarias que comparto a continuación.

  • El infinito en un junco: la invención de los libros en el mundo antiguo de Irene Vallejo

Se trata de un cautivador viaje literario que despliega la historia de los libros a lo largo de milenios, desde los humildes códices de arcilla hasta los modernos volúmenes de plástico y luz. Con paradas en lugares emblemáticos, desde la Villa de los Papiros hasta la biblioteca de Sarajevo, Irene Vallejo teje un hilo que nos conecta a los clásicos con los debates contemporáneos sobre humor, feminismo, verdad y más, con un discurso asequible y cautivador. Más que un relato de páginas impresas, se trata de una crónica de los héroes anónimos que han salvado y protegido los libros a lo largo del tiempo. Este ensayo, más allá de explorar la evolución de un artefacto, celebra a aquellos que han hecho posible la maravillosa aventura colectiva de la literatura. Un homenaje al libro pero, sobre todo, al lector.

  • La danza vérmica: relatos queretanos de horror sobrenatural de Abiel Jiménez Delgado

En este libro, Abiel Jiménez Delgado se aventura en el universo lovecraftiano con cinco cuentos ambientados en distintas épocas de la historia de Querétaro. Adoptando la acumulación como recurso narrativo, el autor busca sumergir al lector en el horror materialista, aunque sin alcanzar a explorar la ironía característica de Lovecraft. Aunque logra capturar la esencia del cosmicismo, la excesiva repetición y la falta de exploración en la voz autónoma del autor podrían haber enriquecido la propuesta. Al insertar a Lovecraft en la narrativa local, Jiménez Delgado se arriesga, ofreciendo a los lectores una oportunidad de redescubrir al maestro del horror cósmico. Sin embargo, aún queda por explorar un tono más auténtico y fresco que contribuya a la identidad literaria queretana.

  • La historia del Necronomicón y otros relatos prohibidos de H. P. Lovecraft

La lectura de Jiménez Delgado me llevó a revisitar el fascinante mundo de H.P. Lovecraft. Sin duda, la atracción que ejerce el maestro del horror cósmico en lectores y escritores contemporáneos continúa. Más allá de las criaturas tentaculares que adornan las portadas, Lovecraft ofrece una sustancia literaria y filosófica que ha cautivado a entusiastas de lo fantástico y a críticos agudos como Borges y Houellebecq. Con miles de copias vendidas y traducido a más de quince lenguas, este libro destaca por revelar las capas profundas y la influencia perdurable de Lovecraft en la literatura moderna.

  • La amiga estupenda de Elena Ferrante

Este volumen inaugura una trilogía fascinante ambientada en el Nápoles de mediados del siglo pasado. Lenù y Lila, las protagonistas, se embarcan en una travesía para tomar las riendas de sus vidas en un entorno donde la astucia es más vital que la inteligencia. La relación tumultuosa entre ellas se enriquece con un coro de voces que retratan la cruda realidad de un barrio pobre. Ferrante, alejándose del realismo social, teje personajes auténticos, cuyas emociones impactan con fuerza y urgencia en el lector.

  • Hijos de sangre y otros relatos de Octavia E. Butler

Este libro se nos presenta como una introducción cautivadora a la obra de la destacada autora, con siete cuentos y dos ensayos escritos entre los años setenta y noventa. Esta colección incluye joyas como Hija de sangre, ganador de premios Hugo y Nebula, y Sonidos de habla. Inéditos hasta ahora, Amnistía y El libro de Martha enriquecen la antología. Cada relato viene acompañado de un epílogo muy útil de la autora, mientras que los ensayos ofrecen perspectivas sobre su experiencia como mujer negra en la literatura fantástica. Butler, con precisión, aborda temas contemporáneos como raza, familia, sexualidad y más, consolidándose como una voz poderosa y única en la literatura actual.

  • Plexo de Luis Alberto Arellano

Con relativa frecuencia regreso a la lectura de nuestros autores. Plexo es un fascinante viaje a través de la evolución estilística de Arellano. La primera sección, Mundo lento, nos presenta poemas cotidianos y confesionales, pero conforme avanzamos, la escritura se enreda en complejidades experimentales. La sección Plexo revela la destreza de Arellano al explorar la elasticidad prosódica, la incorporación de elementos externos, la ruptura de ritmo y la polifonía discursiva. Este libro no sólo es una obra poética, sino un testimonio del ingenio creativo que en su tiempo desafió las convenciones. Luis Alberto sigue presente a través de su obra.

  • Editar Guerra y paz de Mario Muchnik, con prólogo de Ida Vitale

En este diario de lectura, edición y traducción, Mario Muchnik nos introduce en la epopeya detrás de su proyecto monumental: una nueva edición de Guerra y paz de Tolstói. Un tributo a la literatura como esfuerzo colectivo y un homenaje al arte de la edición, el libro destaca a cuatro protagonistas: Mario Muchnik, Lydia Kúper, Lev Tolstói e Ida Vitale. A lo largo de cuatro años y medio, Muchnik nos lleva tras bastidores, revelando la magia y la complejidad de traer a la vida una obra maestra. Este relato es un regalo para las generaciones futuras de editores y una invitación a redescubrir a un editor fascinante y audaz. Y, por supuesto, una invitación abierta para leer a Tolstói.

  • Poesía completa de Idea Vilariño

La obra de Idea Vilariño, a pesar de su actitud discreta hacia su difusión, emerge como un clásico vivo de las letras hispanoamericanas. Su poesía, escasa pero sobria, revela una maduración lenta y una tensión palpable. La muerte, recurrente en sus versos, late en cada rincón de la vida, en los arrebatos del amor, en los embates del deseo, en la danza entre ausencia y recuerdo. Cada poema es una experiencia estética intensa, un descubrimiento de una de las voces más contundentes y secretamente hermosas de la poesía contemporánea. Imperdible.

  • Mi nombre era Eileen de Ottesa Moshfegh

Inspirada en la densa tradición de Hawthorne y Carver, Moshfegh teje una narrativa intrigante y oscura en esta novela. La historia sigue la vida de Eileen Dunlop, una mujer solitaria y con un pasado turbio. Moshfegh, adicta al trabajo, despliega una prosa precisa para crear una atmósfera opresiva y siniestra. La novela es un desafío literario que invita a la reflexión sobre obsesiones y traumas personales, una experiencia inaplazable.

Juana Adcock nos ofrece una mirada cruda y penetrante a la violencia en México. Este libro, lleno de búsqueda y aciertos, se aparta del amarillismo para cuestionar y conmover. La voz del 'yo' en la narrativa es franca, evitando caricaturas del 'nosotros'. La versión bilingüe resuena con singularidad y potencia, desafiando las fronteras entre español e inglés. Juana Adcock nos impacta con sus palabras sobre fosas, cadáveres y huérfanos, creando una cicatriz de conciencia sobre los que no amanecieron con nosotros. Es una denuncia, pero también un llamado urgente que nos hace conscientes de nuestra propia existencia en medio de la violencia en México.

  • Crónicas de un nuevo siglo de Xel-Ha López Méndez

Con un título quizás desafortunado, que se debate entre el lugar común y el discurso periodístico, los textos de este poemario tejen un tapiz literario como un manual para navegar el horror de la violencia cotidiana. Si el mayor empacho, la autora plasma la preocupación y empatía mediante imágenes elocuentes de significado, desde la poesía con manos llenas de razón hasta la tristeza de los granaderos que no pueden dormir. Un viaje literario que desentraña las complejidades de nuestro país, invitando a la reflexión sobre la realidad y las percepciones que nos rodean.

  • ¡A la carga! Cómo aprovechar al máximo el potencial de las personas de su empresa de Ken Blanchard

Siguiendo el consejo del gran editor Ramón Córdova (¡Lean todo!), me aventuré a leer este libro por cuestiones de trabajo, aunque mi interés por la literatura empresarial suele ser limitado. La travesía resultó en una historia sencilla con personajes planos y consejos básicos para potenciar el talento en la empresa. La lectura fluye de manera rápida, aunque la verdadera eficiencia se encuentra al final, donde las últimas diez páginas resumen de manera concisa los consejos esenciales. En definitiva, una obra que cumple su propósito de ofrecer orientación empresarial de manera directa y sin rodeos, listos para toparse de frente con la funesta realidad laboral nuestra de cada día.

  • Noche fiel y virtuosa de Louise Glück

Este libro emerge como una colección de poesía con la que me conecté profundamente. Louise Glück, a través de una brillante voz poética y narrativa, explora la muerte, el amor, la soledad y la conexión humana, entretejiendo nostalgia y retratos familiares. Su destreza poética se revela en el uso magistral de metáforas e imágenes que dan vida a paisajes emocionales en lo cotidiano, fusionados en la melancolía de la memoria. A pesar del patetismo, la prosodia es elegante y accesible, permitiendo que los temas complejos se expresen con claridad y emotividad. Destaca la exploración de la relación entre el yo y la naturaleza, plasmada poéticamente en imágenes de lluvia, viento y nieve. Glück, elocuente, captura la fragilidad y la belleza de la vida humana y del mundo material, reflexionando sobre su fugacidad y mortalidad.

  • Momentos estelares de la humanidad de Stefan Zweig

Este libro es magnífico, uno de mis favoritos de toda la vida, caracterizado por la prosa formidable que siempre encuentro en Zweig, con un ritmo, prosa y equilibrio perfectos. Su valor histórico es inmenso, conformado por catorce relatos que abordan eventos que han marcado puntos de inflexión en la historia, desde la muerte de Cicerón hasta la batalla de Waterloo. Como en la biografía de María Antonieta, Zweig demuestra su notable capacidad para convertir cualquier situación, ficticia o histórica, en un relato memorable. Su habilidad para transformar hechos diminutos en estelares destaca su destreza como narrador. Un libro de lectura indispensable.

  • La presa de Kenzaburō Oe

Este año, la partida de Kenzaburō Oe, premio Nobel de Literatura en 1994, me llevó a revisitar su compleja estética literaria, marcada por la exploración de temas universales. Su enfoque autobiográfico, tejido con una prosa poética y enigmática, destaca en esta novela breve. Publicada en 1957, la novela narra la impactante llegada de un aviador negro a una aldea japonesa. Oe utiliza simbolismos y una narrativa simbólica que invita a reflexionar sobre la identidad, la memoria y la conexión con la naturaleza. En este relato, autobiografía y simbolismo se entrelazan, recordándonos la maestría de Oe para convertir cualquier situación en un relato memorable.

  • Diez planetas de Yuri Herrera

Uno de los debates más reiterados en torno a este libro es si se trata de un volumen de cuentos de ciencia ficción o no. El autor nos transporta a un futuro desconocido, desafiando nuestras percepciones. Los relatos, desde un terrícola exiliado hasta una bacteria consciente, exploran la complejidad del cosmos y cuestionan nuestras categorías conocidas. Herrera, con su frescura característica, invita a mirar (¿mirarnos?) el otro lado, donde nuestras medidas convencionales se desvanecen y surge una conciencia liberadora de infinito. No obstante el debate, este libro dialoga con Le Guin y Kafka. Herrera, brillante como siempre, reinventa y lleva al extremo las obsesiones en este libro de madurez, colocando el cuento latinoamericano en el lugar pionero de la literatura innovadora, aunque no para cualquier lector.

  • La herencia de Verónica E. Llaca

En esta novela negra, Verónica E. Llaca despliega una trama intrincada, entrelazando los oscuros secretos de la familia Suárez Cervantes con el legado de La Ogresa, una infame partera asesina. La trama, ambientada en dos épocas, se sumerge en la exploración del aborto, el feminicidio y los abusos. Llaca teje hábilmente subtramas, reflexionando sobre la herencia, no solo económica sino también de maldad. Con un enfoque similar a La simetría de los árboles, la autora diseña una trama perversa, desafiante y filosófica. Los aforismos y frases poéticas enriquecen la narrativa, mientras los personajes, especialmente Manuel y Julián, encarnan la dualidad inherente al mal heredado. La violencia se describe magistralmente, y la novela resuena en el contexto de la violencia y los feminicidios en México.

  • El cuarto jinete de Verónica Murguía

Verónica Murguía desentraña la brutalidad de la peste bubónica en este soberbio libro, guiando al lector por la Francia del siglo XIV. A través de las voces del pueblo y los médicos valientes como Guy de Chauliac y Pedro de Hispania, la novela pinta un cuadro crudo y auténtico de la devastación. Murguía, destacada escritora mexicana, combina narrativa excepcional con erudición, transportando al lector a calles impregnadas de muerte y desesperación. El relato es una inmersión en la enfermedad, pero también una exploración erudita de la sociedad, la religión y los saberes médicos de la época. En los tiempos que aún resuenan de la reciente pandemia, El cuarto jinete se vuelve no solo un libro extraordinario sino esencial, resonando con la experiencia contemporánea. Un ejemplo de la disonancia entre la discreción de la buena literatura y las estridentes y engañosas campañas de marketing de los grandes consorcios editoriales.

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  • No es país para viejos de Cormac McCarthy

Cormac McCarthy, uno de mis escritores favoritos, vuelve a crear al villano perfecto, esta vez en la forma de un exasesino de fuerzas especiales llamado Anton Chigurh, inteligente, ingenioso y completamente entregado a la violencia y al caos. Chigurh está dotado de una extraña integridad, una devoción a un orden natural que, según interpreto, es la encarnación de McCarthy del mal: un hombre separado y desconectado del amor del hombre o de Dios.

El estilo narrativo conciso y contundente de McCarthy está en una forma magistral para este diálogo sobre el bien y el mal, y al igual que otras novelas de McCarthy, no presta atención a los ideales populares de lo que una historia debería decir o hacer.

McCarthy es el posmodernista por excelencia con su audaz desprecio por la estructura de trama tradicional y un desconcertante desenlace. No hay un final cálido y reconfortante de Hollywood aquí, ninguna sumación catártica. McCarthy, fallecido este año, deja al lector reflexionar sobre esta tragedia moderna sin un claro sentido de resolución.


Este año ha sido fabuloso para la literatura, sobre todo, para nuestras letras queretanas. Como autor y editor, pero sobre todo como lector, he disfrutado muchísimo de cada una de las experiencias literarias que comparto a continuación.

  • El infinito en un junco: la invención de los libros en el mundo antiguo de Irene Vallejo

Se trata de un cautivador viaje literario que despliega la historia de los libros a lo largo de milenios, desde los humildes códices de arcilla hasta los modernos volúmenes de plástico y luz. Con paradas en lugares emblemáticos, desde la Villa de los Papiros hasta la biblioteca de Sarajevo, Irene Vallejo teje un hilo que nos conecta a los clásicos con los debates contemporáneos sobre humor, feminismo, verdad y más, con un discurso asequible y cautivador. Más que un relato de páginas impresas, se trata de una crónica de los héroes anónimos que han salvado y protegido los libros a lo largo del tiempo. Este ensayo, más allá de explorar la evolución de un artefacto, celebra a aquellos que han hecho posible la maravillosa aventura colectiva de la literatura. Un homenaje al libro pero, sobre todo, al lector.

  • La danza vérmica: relatos queretanos de horror sobrenatural de Abiel Jiménez Delgado

En este libro, Abiel Jiménez Delgado se aventura en el universo lovecraftiano con cinco cuentos ambientados en distintas épocas de la historia de Querétaro. Adoptando la acumulación como recurso narrativo, el autor busca sumergir al lector en el horror materialista, aunque sin alcanzar a explorar la ironía característica de Lovecraft. Aunque logra capturar la esencia del cosmicismo, la excesiva repetición y la falta de exploración en la voz autónoma del autor podrían haber enriquecido la propuesta. Al insertar a Lovecraft en la narrativa local, Jiménez Delgado se arriesga, ofreciendo a los lectores una oportunidad de redescubrir al maestro del horror cósmico. Sin embargo, aún queda por explorar un tono más auténtico y fresco que contribuya a la identidad literaria queretana.

  • La historia del Necronomicón y otros relatos prohibidos de H. P. Lovecraft

La lectura de Jiménez Delgado me llevó a revisitar el fascinante mundo de H.P. Lovecraft. Sin duda, la atracción que ejerce el maestro del horror cósmico en lectores y escritores contemporáneos continúa. Más allá de las criaturas tentaculares que adornan las portadas, Lovecraft ofrece una sustancia literaria y filosófica que ha cautivado a entusiastas de lo fantástico y a críticos agudos como Borges y Houellebecq. Con miles de copias vendidas y traducido a más de quince lenguas, este libro destaca por revelar las capas profundas y la influencia perdurable de Lovecraft en la literatura moderna.

  • La amiga estupenda de Elena Ferrante

Este volumen inaugura una trilogía fascinante ambientada en el Nápoles de mediados del siglo pasado. Lenù y Lila, las protagonistas, se embarcan en una travesía para tomar las riendas de sus vidas en un entorno donde la astucia es más vital que la inteligencia. La relación tumultuosa entre ellas se enriquece con un coro de voces que retratan la cruda realidad de un barrio pobre. Ferrante, alejándose del realismo social, teje personajes auténticos, cuyas emociones impactan con fuerza y urgencia en el lector.

  • Hijos de sangre y otros relatos de Octavia E. Butler

Este libro se nos presenta como una introducción cautivadora a la obra de la destacada autora, con siete cuentos y dos ensayos escritos entre los años setenta y noventa. Esta colección incluye joyas como Hija de sangre, ganador de premios Hugo y Nebula, y Sonidos de habla. Inéditos hasta ahora, Amnistía y El libro de Martha enriquecen la antología. Cada relato viene acompañado de un epílogo muy útil de la autora, mientras que los ensayos ofrecen perspectivas sobre su experiencia como mujer negra en la literatura fantástica. Butler, con precisión, aborda temas contemporáneos como raza, familia, sexualidad y más, consolidándose como una voz poderosa y única en la literatura actual.

  • Plexo de Luis Alberto Arellano

Con relativa frecuencia regreso a la lectura de nuestros autores. Plexo es un fascinante viaje a través de la evolución estilística de Arellano. La primera sección, Mundo lento, nos presenta poemas cotidianos y confesionales, pero conforme avanzamos, la escritura se enreda en complejidades experimentales. La sección Plexo revela la destreza de Arellano al explorar la elasticidad prosódica, la incorporación de elementos externos, la ruptura de ritmo y la polifonía discursiva. Este libro no sólo es una obra poética, sino un testimonio del ingenio creativo que en su tiempo desafió las convenciones. Luis Alberto sigue presente a través de su obra.

  • Editar Guerra y paz de Mario Muchnik, con prólogo de Ida Vitale

En este diario de lectura, edición y traducción, Mario Muchnik nos introduce en la epopeya detrás de su proyecto monumental: una nueva edición de Guerra y paz de Tolstói. Un tributo a la literatura como esfuerzo colectivo y un homenaje al arte de la edición, el libro destaca a cuatro protagonistas: Mario Muchnik, Lydia Kúper, Lev Tolstói e Ida Vitale. A lo largo de cuatro años y medio, Muchnik nos lleva tras bastidores, revelando la magia y la complejidad de traer a la vida una obra maestra. Este relato es un regalo para las generaciones futuras de editores y una invitación a redescubrir a un editor fascinante y audaz. Y, por supuesto, una invitación abierta para leer a Tolstói.

  • Poesía completa de Idea Vilariño

La obra de Idea Vilariño, a pesar de su actitud discreta hacia su difusión, emerge como un clásico vivo de las letras hispanoamericanas. Su poesía, escasa pero sobria, revela una maduración lenta y una tensión palpable. La muerte, recurrente en sus versos, late en cada rincón de la vida, en los arrebatos del amor, en los embates del deseo, en la danza entre ausencia y recuerdo. Cada poema es una experiencia estética intensa, un descubrimiento de una de las voces más contundentes y secretamente hermosas de la poesía contemporánea. Imperdible.

  • Mi nombre era Eileen de Ottesa Moshfegh

Inspirada en la densa tradición de Hawthorne y Carver, Moshfegh teje una narrativa intrigante y oscura en esta novela. La historia sigue la vida de Eileen Dunlop, una mujer solitaria y con un pasado turbio. Moshfegh, adicta al trabajo, despliega una prosa precisa para crear una atmósfera opresiva y siniestra. La novela es un desafío literario que invita a la reflexión sobre obsesiones y traumas personales, una experiencia inaplazable.

Juana Adcock nos ofrece una mirada cruda y penetrante a la violencia en México. Este libro, lleno de búsqueda y aciertos, se aparta del amarillismo para cuestionar y conmover. La voz del 'yo' en la narrativa es franca, evitando caricaturas del 'nosotros'. La versión bilingüe resuena con singularidad y potencia, desafiando las fronteras entre español e inglés. Juana Adcock nos impacta con sus palabras sobre fosas, cadáveres y huérfanos, creando una cicatriz de conciencia sobre los que no amanecieron con nosotros. Es una denuncia, pero también un llamado urgente que nos hace conscientes de nuestra propia existencia en medio de la violencia en México.

  • Crónicas de un nuevo siglo de Xel-Ha López Méndez

Con un título quizás desafortunado, que se debate entre el lugar común y el discurso periodístico, los textos de este poemario tejen un tapiz literario como un manual para navegar el horror de la violencia cotidiana. Si el mayor empacho, la autora plasma la preocupación y empatía mediante imágenes elocuentes de significado, desde la poesía con manos llenas de razón hasta la tristeza de los granaderos que no pueden dormir. Un viaje literario que desentraña las complejidades de nuestro país, invitando a la reflexión sobre la realidad y las percepciones que nos rodean.

  • ¡A la carga! Cómo aprovechar al máximo el potencial de las personas de su empresa de Ken Blanchard

Siguiendo el consejo del gran editor Ramón Córdova (¡Lean todo!), me aventuré a leer este libro por cuestiones de trabajo, aunque mi interés por la literatura empresarial suele ser limitado. La travesía resultó en una historia sencilla con personajes planos y consejos básicos para potenciar el talento en la empresa. La lectura fluye de manera rápida, aunque la verdadera eficiencia se encuentra al final, donde las últimas diez páginas resumen de manera concisa los consejos esenciales. En definitiva, una obra que cumple su propósito de ofrecer orientación empresarial de manera directa y sin rodeos, listos para toparse de frente con la funesta realidad laboral nuestra de cada día.

  • Noche fiel y virtuosa de Louise Glück

Este libro emerge como una colección de poesía con la que me conecté profundamente. Louise Glück, a través de una brillante voz poética y narrativa, explora la muerte, el amor, la soledad y la conexión humana, entretejiendo nostalgia y retratos familiares. Su destreza poética se revela en el uso magistral de metáforas e imágenes que dan vida a paisajes emocionales en lo cotidiano, fusionados en la melancolía de la memoria. A pesar del patetismo, la prosodia es elegante y accesible, permitiendo que los temas complejos se expresen con claridad y emotividad. Destaca la exploración de la relación entre el yo y la naturaleza, plasmada poéticamente en imágenes de lluvia, viento y nieve. Glück, elocuente, captura la fragilidad y la belleza de la vida humana y del mundo material, reflexionando sobre su fugacidad y mortalidad.

  • Momentos estelares de la humanidad de Stefan Zweig

Este libro es magnífico, uno de mis favoritos de toda la vida, caracterizado por la prosa formidable que siempre encuentro en Zweig, con un ritmo, prosa y equilibrio perfectos. Su valor histórico es inmenso, conformado por catorce relatos que abordan eventos que han marcado puntos de inflexión en la historia, desde la muerte de Cicerón hasta la batalla de Waterloo. Como en la biografía de María Antonieta, Zweig demuestra su notable capacidad para convertir cualquier situación, ficticia o histórica, en un relato memorable. Su habilidad para transformar hechos diminutos en estelares destaca su destreza como narrador. Un libro de lectura indispensable.

  • La presa de Kenzaburō Oe

Este año, la partida de Kenzaburō Oe, premio Nobel de Literatura en 1994, me llevó a revisitar su compleja estética literaria, marcada por la exploración de temas universales. Su enfoque autobiográfico, tejido con una prosa poética y enigmática, destaca en esta novela breve. Publicada en 1957, la novela narra la impactante llegada de un aviador negro a una aldea japonesa. Oe utiliza simbolismos y una narrativa simbólica que invita a reflexionar sobre la identidad, la memoria y la conexión con la naturaleza. En este relato, autobiografía y simbolismo se entrelazan, recordándonos la maestría de Oe para convertir cualquier situación en un relato memorable.

  • Diez planetas de Yuri Herrera

Uno de los debates más reiterados en torno a este libro es si se trata de un volumen de cuentos de ciencia ficción o no. El autor nos transporta a un futuro desconocido, desafiando nuestras percepciones. Los relatos, desde un terrícola exiliado hasta una bacteria consciente, exploran la complejidad del cosmos y cuestionan nuestras categorías conocidas. Herrera, con su frescura característica, invita a mirar (¿mirarnos?) el otro lado, donde nuestras medidas convencionales se desvanecen y surge una conciencia liberadora de infinito. No obstante el debate, este libro dialoga con Le Guin y Kafka. Herrera, brillante como siempre, reinventa y lleva al extremo las obsesiones en este libro de madurez, colocando el cuento latinoamericano en el lugar pionero de la literatura innovadora, aunque no para cualquier lector.

  • La herencia de Verónica E. Llaca

En esta novela negra, Verónica E. Llaca despliega una trama intrincada, entrelazando los oscuros secretos de la familia Suárez Cervantes con el legado de La Ogresa, una infame partera asesina. La trama, ambientada en dos épocas, se sumerge en la exploración del aborto, el feminicidio y los abusos. Llaca teje hábilmente subtramas, reflexionando sobre la herencia, no solo económica sino también de maldad. Con un enfoque similar a La simetría de los árboles, la autora diseña una trama perversa, desafiante y filosófica. Los aforismos y frases poéticas enriquecen la narrativa, mientras los personajes, especialmente Manuel y Julián, encarnan la dualidad inherente al mal heredado. La violencia se describe magistralmente, y la novela resuena en el contexto de la violencia y los feminicidios en México.

  • El cuarto jinete de Verónica Murguía

Verónica Murguía desentraña la brutalidad de la peste bubónica en este soberbio libro, guiando al lector por la Francia del siglo XIV. A través de las voces del pueblo y los médicos valientes como Guy de Chauliac y Pedro de Hispania, la novela pinta un cuadro crudo y auténtico de la devastación. Murguía, destacada escritora mexicana, combina narrativa excepcional con erudición, transportando al lector a calles impregnadas de muerte y desesperación. El relato es una inmersión en la enfermedad, pero también una exploración erudita de la sociedad, la religión y los saberes médicos de la época. En los tiempos que aún resuenan de la reciente pandemia, El cuarto jinete se vuelve no solo un libro extraordinario sino esencial, resonando con la experiencia contemporánea. Un ejemplo de la disonancia entre la discreción de la buena literatura y las estridentes y engañosas campañas de marketing de los grandes consorcios editoriales.

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  • No es país para viejos de Cormac McCarthy

Cormac McCarthy, uno de mis escritores favoritos, vuelve a crear al villano perfecto, esta vez en la forma de un exasesino de fuerzas especiales llamado Anton Chigurh, inteligente, ingenioso y completamente entregado a la violencia y al caos. Chigurh está dotado de una extraña integridad, una devoción a un orden natural que, según interpreto, es la encarnación de McCarthy del mal: un hombre separado y desconectado del amor del hombre o de Dios.

El estilo narrativo conciso y contundente de McCarthy está en una forma magistral para este diálogo sobre el bien y el mal, y al igual que otras novelas de McCarthy, no presta atención a los ideales populares de lo que una historia debería decir o hacer.

McCarthy es el posmodernista por excelencia con su audaz desprecio por la estructura de trama tradicional y un desconcertante desenlace. No hay un final cálido y reconfortante de Hollywood aquí, ninguna sumación catártica. McCarthy, fallecido este año, deja al lector reflexionar sobre esta tragedia moderna sin un claro sentido de resolución.

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