La escritora mexicana Ana Clavel conoció al poeta Darío Galicia (1953-2019) en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM en la década de los 80, cuando ella era apenas una joven veinteañera. Desde entonces, y como muchos otros, quedó prendada de la personalidad extravagante y avasalladora que caracterizaba al escritor.
Con el tiempo, Ana perdió la pista del poeta cercano al movimiento de los infrarrealistas y autor de Historias cinematográficas (1987) y La ciencia de la tristeza (1994), como también la perdió todo el mundo; por lo que el poeta estuvo ausente durante varias décadas; algunos decían que estaba desaparecido, otros incluso lo daban por muerto.
Y es que aunque Darío Galicia estaba ausente, aún cargaba con la leyenda negra de una lobotomía a la que fue sometido por sus padres, en 1973, cuando él tenia 23 años de edad, para “curar” su homosexualidad, tema del que el escritor se sentía orgulloso y hablaba constantemente en sus escritos y poemas, uno de los más famosos Fábula de amor.
Fue hasta 2019 cuando Mario Raúl Guzmán, Luis Antonio Gómez y la propia Ana Clavel lo reconocieron entre las calles de la Ciudad de México, en condiciones precarias, viviendo casi en la indigencia y con una apariencia mucho más envejecida, que no correspondía a su edad.
Una vez que lo encontraron, los escritores apoyaron a Darío constantemente, lo llevaban a comer, a que le cortaran el cabello y que lo bañaran, le compraron ropa e incluso una máquina de escribir, en su afán por sacarlo de la miseria y el abandono en que vivía, a causa de la lobotomía (algunos dicen que fue una neurocirugía debido a un aneurisma cerebral) que nunca más le permitió ser el escritor lúcido y vivaz que era.
Este encuentro entre la escritora Ana Clavel y el poeta Darío Galicia, es el centro de su más reciente libro Por desobedecer a sus padres (Alfaguara, 2022), en el que Clavel hace el recuento de la vida y obra de este autor. Pero no de manera ordinaria, sino de forma ficcionada y surreal, en la que mezcla testimonios de colegas, amigos y del mismo Galicia, con escenas recreadas y fantasiosas al más puro estilo de Lewis Carroll, autor del clásico Las Aventuras de Alicia de en el País de las Maravillas, del que Galicia y Clavel, son admiradores.
Galicia murió ocho meses después de haber sido encontrado por los escritores mexicanos. Tenía 66 años.
“Cuando empecé a investigar más sobre Darío, a preguntar dónde estaba, qué le había pasado, vi muchas posibilidades literarias, pero en ese momento yo no sabía que Galicia había desaparecido, y menos que iba a volver a aparecer. En estos testimonios con la gente que lo conoció me entero que los poetas infras lo están buscando, me reuno con ellos, unimos esfuerzos y resultó que sí estaba ahí, muy deteriorado, muy enfermo, como un viejito de 80 años cuando tenía 65 o 66 años.
“Se enteró de que estaba haciendo su novela, me preguntaba cómo iba el libro y para mí era muy angustiante porque quería rescatarlo de la miseria, incluso dejé de escribir hasta que él murió, no fue hasta entonces que pude retomar el personaje. Me reuní con él varias veces, pero era complicado hablar con él, pocas veces estaba lúcido y la mayor parte del tiempo repetía y repetía las cosas, estaba ya en su mundo”, comparte la escritora.
En su obra, Clavel también se adentra en una investigación sobre la práctica de la lobotomía, en la que detalla en qué tiempo se realizaban, por qué razones, quienes promovían su práctica y sobre todo, las consecuencias para los llamados lobotomizados.
Aunque algunos retoman la historia de Darío Galicia para reprochar un abandono del Estado hacia sus grandes promesas literarias, Ana Clavel detalla que su libro no tiene esa intención, pues nunca le ha gustado decirle a la gente qué debe o no pensar. Señaló que al leer el libro se conocerán varios ángulos de la misma historia, y entonces sí, el lector podrá concluir lo propio.
Por desobedecer a sus padres fue editado por Alfaguara, ya está disponible en todas las librerías.
