Celebran y buscan alivio a sus dolores

Eduardo Hernández

  · martes 13 de diciembre de 2016

Los fieles no sólo acuden a cantar las mañanitas, sino también a pedir favores a la Virgen de Guadalupe. (Foto: Yolanda Longino).

Con la voz quebrada y un nudo en la garganta, una pareja pide lasolidaridad de una comunidad; la mujer sostiene en brazos a lapequeña Rebeca, de cinco meses de edad, a quien los médicos lediagnosticaron tumores cerebrales y una breve vida, el paso de losdías consume la esperanza al ver que las convulsiones de las quesufre la bebé no disminuyen.

Con una mano extendida y el recitar de una esperanzadoraoración, un templo repleto de fieles suplica a la Morenita paraque alivie los dolores que los médicos son incapaces deaminorar.

Esta es una muestra de la fe y el amor que sienten losqueretanos por la venerada Virgen de Guadalupe, quienes acuden confervor este 12 de diciembre al Templo de la Congregación no sólopara cantarle las mañanitas, sino también para pedir suintercesión en preocupantes situaciones.

Gardenias, rosas, laureles, girasoles, veladoras e imágenes dela Virgen adornan las inmediaciones de La Congregación, al tiempoque son ofrecidas a los fieles para que hagan su ofrenda a laMorenita, nadie quiere pasar frente a ella con las manosvacías.

Decenas de imágenes y esculturas de la Virgen de Guadalupe seelevan para recibir la bendición del cura y cuando las gotas deagua bendita caen sobre las representaciones de la Morenita, lasmás ancianas creyentes toman un poco y se lo embadurnan en lafrente para protegerse con dicha consagración.

Un niño vestido de Juan Diego que camina por el atrio hacerecordar aquellas historias en las que la Virgen de Guadalupeapareció para encaminar el pueblo mexicano, el 12 de diciembre de1531, día en que dio muestra de su presencia y que hasta hoy sesigue celebrando.

Hasta las mascotas acuden a la veneración de la Patrona deMéxico, una mujer se acerca a donde puede escuchar la ceremonia yaunque el perro salchicha que la acompaña suelta chillidos de vezen cuando y demuestra el temor que le provoca el gran número depersonas, permanece junto a su devota dueña.

Una mujer de la tercera edad a quien le resulta difícilcaminar, acompaña un niño de aproximadamente cinco años, ambosofrecen laureles a los clientes que se acercan, no obstante, elpequeño no puede evitar contagiarse por el ánimo de los fieles,“¡Viva la Virgen Santísima de Guadalupe, viva Cristo Rey!”,pronuncia el cura, a lo que el niño emocionado responde aún conmás potencia “¡Viva!”.

Afuera, la calle Pasteur se ve ocupada por la vendimia de comidatípica, como las enchiladas, guajolotes, gorditas, tacos dorados,quesadillas, sopes, tamales y buñuelos, los cantos de los fielesllegan hasta las mesas y en combinación con el aroma de estosalimentos crean un ambiente difícil de olvidar.

Aquellos que pasan por ahí sin intención aprovechan paravisitar el templo y comprar alguno de los antojitos.

Los que cumplen años o celebran su santo el 12 de diciembre nodejan pasar la oportunidad de celebrar junto a la Virgen deGuadalupe, una corta visita al Templo de la Congregación essuficiente para conmemorar la fecha especial.

En la entrada del templo una magnífica escultura de la Virgencorona la espléndida capilla, está presente durante los mesesanteriores, pero hoy todos voltean hacia arriba, observan losdetalles y se quedan pensando en el complicado trabajo delarquitecto Mariano de las Casas.

La ceremonia termina, los fieles empiezan a salir del templocomo las olas que azotaría un mar de personas, las mañanitasempiezan a sonar y nuevos creyentes vuelven a llenar las bancas delrecinto.

Una niña vestida de la Virgen de Guadalupe recorre el templo dela mano de su madre, elige el mejor asiento, acomoda la canasta degardenias que le trajo a la Morenita y se dispone a participar enla próxima misa que está por comenzar.