Mañana es el Día Internacional de la Mujer, 8 de marzo, reconocido en varios países como un día para conmemorar la lucha incansable de las mujeres obreras que a mediados del siglo XIX e inicios del siglo XX, levantaron la voz exigiendo justicia y mejoría de sus precarias condiciones laborales, que incluían jornadas interminables en ocasiones de más de 12 horas diarias con sueldos bajísimos además de una amplia brecha salarial si se comparaba con el sueldo percibido por los hombres.
Históricamente son reconocidas diversas marchas tanto en Europa como en América, tales como la “Huelga de Pan y Rosas” en Lawrence Massachusetts una ciudad que albergaba una gran cantidad de fábricas de textiles, cuyo lema hacía referencia al pan como el trabajo y a las rosas como las condiciones adecuadas para desempeñarlo o la “Huelga de las Camiseras” , en las que se reunían miles de mujeres que al final obtenían sólo como respuesta la intervención policiaca y en algunos casos la privación de la libertad para callarlas.
Y es que recordemos que en aquellos tiempos especialmente en las fábricas de textiles la principal mano de obra era generada tanto por mujeres como por niños, en su mayoría inmigrantes que eran explotados por sus patrones, un momento crucial para esta lucha y que pone de manifiesto tales abusos es cuando se incendia una fábrica en Nueva York y cientos de mujeres pierden la vida al no poder escapar ya que era una práctica común encerrarlas mientras trabajaban.
Hablar de una sola mujer en este movimiento seria injusto por que fueron muchas las valientes que se enfrentaron al maltrato y discriminacion de los grupos de poder sin embargo la política socialista alemana Clara Setkin es de las primeras en impulsar la igualdad de derechos, el derecho al voto así como la propuesta de conmemorar un “Día Internacional de la Mujer” o de la “Mujer Trabajadora”
Finalmente en 1975 coincidiendo con El Año Internacional de la Mujer la ONU conmemora por primera vez El Día Internacional de la Mujer un 8 de marzo, y a partir de ese momento en la mayoría de las ciudades del mundo se llevan acabo diversas marchas que se enfocan en integrar a la agenda pública la desigualdad, discriminación y violencia de la que son objeto las mujeres desde su cotidianeidad, es un movimiento que tiene mas de 100 años y aún no se han saldado muchas de las deudas por las que inició, por que sigue existiendo la brecha salarial ya que las mujeres con las mismas capacidades que los hombres perciben un salario menor desempeñando el mismo trabajo, el techo de cristal; donde parece que existiera un tope que no permite a las mujeres llegar a lugares de toma de decisiones a puestos directivos que parecen estar reservados solo para hombres.
En nuestro país, el matiz de las marchas del 8M es enfocado a la violencia de género que es una de nuestras principales problemáticas a atender, esta violencia que se perpetúa a partir del pacto patriarcal que es un sistema de acuerdos tácitos, que siguen reproduciendo los estereotipos y roles de género y fomentan conductas de poder, abuso y violencia hacia las mujeres, desde la idea errónea de que hay tareas que están destinadas a las mujeres simplemente por ser mujeres, por lo tanto se nos considera débiles y encargadas de realizar labores de hogar y familia mientras que la función de fuerte y proveedor es considerada para hombres, nada más alejado de la realidad, en la actualidad son muchas las mujeres que trabajan pero aún así al llegar a casa cumplen con un segundo turno ya que deben atender las tareas domésticas.
A pesar del trabajo que se ha realizado y de los avances importantes desgraciadamente todavía falta mucho por hacer muestra de ello son las altas tasas de desapariciones y feminicidios y si, las mujeres seguimos siendo un grupo vulnerable, objeto de discriminación y violencia en las aulas, en la casa, en el trabajo, en lugares públicos por eso es de suma importancia reconocer que no se trata de un día para festejar es un día para conmemorar y reivindicar la lucha de las mujeres que nos antecedieron, es un día para reconocer la contribución de las mujeres en todos los ámbitos de la sociedad, para ser sororarias y sobre todo reafirmar nuestro compromiso con la igualad de género.
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