/ viernes 18 de agosto de 2023

Humanitas. Arte y pasión


En su ensayo titulado "La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica", publicado en 1936, Walter Benjamin (1892-1940) reflexiona sobre cómo la aparición de la reproducción técnica, como la fotografía y el cine, transformaron la experiencia y la percepción del arte. La tesis de su texto sostiene que el aura es una cualidad única e irremplazable que solo posee el objeto artístico original, y que se pierde en la reproducción.

El aura, según Benjamin, es una "aparición única de una lejanía, por más cerca que pueda estar". Es esa cualidad misteriosa y evasiva que rodea al objeto artístico original y lo hace único e irrepetible. Esta aura se crea debido a la historia y la autenticidad del objeto, su conexión con el tiempo y el espacio en el que fue creado, y la huella de su creador que queda impregnada en él, una especie de energía, de luz que poseé el objeto artístico.

Este concepto benjaminiano de aura ha sido objeto de muchas reflexiones y críticas en donde se cuestiona si en verdad existe una aura de las cosas o mejor dicho un aura del objeto artístico. La palabra nos refiere a una iluminación, a una suerte de sonar que atrae la mirada, que nos emboba, que nos hace recordar tiempo y espacio. Sin embargo, con la llegada de la reproducción técnica, el objeto artístico original ya no es único. La fotografía, el cine y otros medios permitieron la multiplicación y la difusión masiva de la obra de arte, lo que diluye su aura. La reproducción aleja el objeto del contexto original y lo vuelve disponible para un público más amplio, pero al mismo tiempo, lo despoja de su singularidad y su carga histórica y emocional.

Benjamin sostiene que la pérdida del aura no es, no obstante, algo negativo, sino que es una característica de la modernidad y su cultura de masas. La reproducción técnica democratiza el arte y lo acerca a las masas, pero también desafía la concepción tradicional del arte y su valor como objeto único y auténtico.

Bajar el arte a las masas o subir las masas para comprender el arte, es el algoritmo que Umberto Eco aplica en “Apocalipticos e integrados” a la cultura de masas para incluir y difundir la cultura. En breve se tendra que hablar de Posapocalipticos y distópicos.
En nuestro tiempo la reproducción de objetos de arte es algo que se ha normalizado, incluso en la superficie de la discusión se encuentra hoy la inteligencia artificial y su rol protagónico y espectacular en la creación artística.

¿Los productos creados por la inteligencia artificial contienen una aura? ¿Es suficiente que un NFT(Tokens no fungibles) cuente con un archivo digital exclusivo para avalar su autenticidad y asi conseguir el beneplácito auratico?

El análisis de Walter Benjamin sobre el aura en el objeto artístico plantea cuestionamientos fundamentales sobre la naturaleza del arte en la era de la reproducción técnica y ahora en la reproducción digital y la inteligencia artificial. Este concepto nos invita a reflexionar sobre cómo percibimos y valoramos el arte en un mundo cada vez más dominado por la tecnología, la cultura de masas y el consumo.

Prevalecerá una noción de aura renovada en la obra artística autentica y reproducida. Sin embargo, está construyendo una nueva noción de arte gracias a la tecnología que podrá satisfacer a los grandes publicos que nunca tuvieron la oportunidad de aproximarse a el arte como una cercanía facinante, única e irrepetible.




En su ensayo titulado "La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica", publicado en 1936, Walter Benjamin (1892-1940) reflexiona sobre cómo la aparición de la reproducción técnica, como la fotografía y el cine, transformaron la experiencia y la percepción del arte. La tesis de su texto sostiene que el aura es una cualidad única e irremplazable que solo posee el objeto artístico original, y que se pierde en la reproducción.

El aura, según Benjamin, es una "aparición única de una lejanía, por más cerca que pueda estar". Es esa cualidad misteriosa y evasiva que rodea al objeto artístico original y lo hace único e irrepetible. Esta aura se crea debido a la historia y la autenticidad del objeto, su conexión con el tiempo y el espacio en el que fue creado, y la huella de su creador que queda impregnada en él, una especie de energía, de luz que poseé el objeto artístico.

Este concepto benjaminiano de aura ha sido objeto de muchas reflexiones y críticas en donde se cuestiona si en verdad existe una aura de las cosas o mejor dicho un aura del objeto artístico. La palabra nos refiere a una iluminación, a una suerte de sonar que atrae la mirada, que nos emboba, que nos hace recordar tiempo y espacio. Sin embargo, con la llegada de la reproducción técnica, el objeto artístico original ya no es único. La fotografía, el cine y otros medios permitieron la multiplicación y la difusión masiva de la obra de arte, lo que diluye su aura. La reproducción aleja el objeto del contexto original y lo vuelve disponible para un público más amplio, pero al mismo tiempo, lo despoja de su singularidad y su carga histórica y emocional.

Benjamin sostiene que la pérdida del aura no es, no obstante, algo negativo, sino que es una característica de la modernidad y su cultura de masas. La reproducción técnica democratiza el arte y lo acerca a las masas, pero también desafía la concepción tradicional del arte y su valor como objeto único y auténtico.

Bajar el arte a las masas o subir las masas para comprender el arte, es el algoritmo que Umberto Eco aplica en “Apocalipticos e integrados” a la cultura de masas para incluir y difundir la cultura. En breve se tendra que hablar de Posapocalipticos y distópicos.
En nuestro tiempo la reproducción de objetos de arte es algo que se ha normalizado, incluso en la superficie de la discusión se encuentra hoy la inteligencia artificial y su rol protagónico y espectacular en la creación artística.

¿Los productos creados por la inteligencia artificial contienen una aura? ¿Es suficiente que un NFT(Tokens no fungibles) cuente con un archivo digital exclusivo para avalar su autenticidad y asi conseguir el beneplácito auratico?

El análisis de Walter Benjamin sobre el aura en el objeto artístico plantea cuestionamientos fundamentales sobre la naturaleza del arte en la era de la reproducción técnica y ahora en la reproducción digital y la inteligencia artificial. Este concepto nos invita a reflexionar sobre cómo percibimos y valoramos el arte en un mundo cada vez más dominado por la tecnología, la cultura de masas y el consumo.

Prevalecerá una noción de aura renovada en la obra artística autentica y reproducida. Sin embargo, está construyendo una nueva noción de arte gracias a la tecnología que podrá satisfacer a los grandes publicos que nunca tuvieron la oportunidad de aproximarse a el arte como una cercanía facinante, única e irrepetible.