/ viernes 13 de enero de 2023

Humanitas. Arte y pasión


Los Prerrafaelitas fueron un grupo de pintores, estudiantes de arte en Londres que se constituyeron en una hermandad. En 1848 se declararon Prerrafaelitas, en este primer grupo participaron Gabriel Rosetti, William Holmar Hunt y John Everett Millais, más tarde se integraron Thomas Woolner (escultor), William Michel Rosetti (hermano de Gabriel), Thomas Collinson(pintor) y George Stephens “Siete jóvenes a favor de todo tipo de nobles empresas y en contra de cosas innobles y materiales”.

Estos artistas crearon una comunidad e intentaron vivir como monjes, luchando por recuperar el espíritu místico de la Edad Media para incluirlo en su tiempo.

Despreciaban la forma renacentista que estaba de moda y decían que el pintor Rafael, el gran artista italiano renacentista, era símbolo de la mundanidad y el paganismo. Antes de Rafael el arte había sido puro y austero, atento a los designios de la fe, después de Rafael se hizo poco sincero y auto gratificante.

De ahí el nombre de Prerrafaelitas, que además abrevaron de las ideas de otra hermandad de alemanes que se hizo llamar Nazarenos, que aceptaban como maestros a los primitivos pintores italianos.

Poco a poco este espíritu se propagó por Europa, era el espíritu romántico, que estaba en la búsqueda de la vieja Europa que se había perdido durante la ilustración del siglo XVIII.

El espíritu ilustrado y la modernidad habían arrebatado la fe de la época anterior y sentían la necesidad de recuperarla, despreciando el presente y soñando en un tiempo pasado.

El siglo XVIII fue tiempo de escépticos como Voltaire que despreciaba el fanatismo religioso, y un tiempo en que la razón ocupó el lugar del absoluto.

Durante el romanticismo se pensaba que el arte era un medio para alcanzar un fin que no era mundano. Los poetas se inspiraban en “la contemplación de las verdades naturales, montañas, nubes, flores, ríos, lejos de las arbitrarias moradas del hombre”.

Los Prerrafaelitas tuvieron un teórico y defensor de su postura frente a las academias, John Ruskin, un intelectual e idealista social del siglo XIX formado en Oxford, quien en su libro Modern Painters, explicaba el porqué de su admiración por artistas como William Turner en quien veía la misma percepción de la verdad natural que en los románticos y Prerrafaelistas.

Es interesante observar en este tiempo de distopía, como en nuestra caótica ciudad, existen grupos de pintores que se reúnen en comunidad, un ejemplo son los jóvenes pintores realistas, que buscan en el oficio de la pintura la redención del arte y la vida. Om.


bobiglez@gmail.com



Los Prerrafaelitas fueron un grupo de pintores, estudiantes de arte en Londres que se constituyeron en una hermandad. En 1848 se declararon Prerrafaelitas, en este primer grupo participaron Gabriel Rosetti, William Holmar Hunt y John Everett Millais, más tarde se integraron Thomas Woolner (escultor), William Michel Rosetti (hermano de Gabriel), Thomas Collinson(pintor) y George Stephens “Siete jóvenes a favor de todo tipo de nobles empresas y en contra de cosas innobles y materiales”.

Estos artistas crearon una comunidad e intentaron vivir como monjes, luchando por recuperar el espíritu místico de la Edad Media para incluirlo en su tiempo.

Despreciaban la forma renacentista que estaba de moda y decían que el pintor Rafael, el gran artista italiano renacentista, era símbolo de la mundanidad y el paganismo. Antes de Rafael el arte había sido puro y austero, atento a los designios de la fe, después de Rafael se hizo poco sincero y auto gratificante.

De ahí el nombre de Prerrafaelitas, que además abrevaron de las ideas de otra hermandad de alemanes que se hizo llamar Nazarenos, que aceptaban como maestros a los primitivos pintores italianos.

Poco a poco este espíritu se propagó por Europa, era el espíritu romántico, que estaba en la búsqueda de la vieja Europa que se había perdido durante la ilustración del siglo XVIII.

El espíritu ilustrado y la modernidad habían arrebatado la fe de la época anterior y sentían la necesidad de recuperarla, despreciando el presente y soñando en un tiempo pasado.

El siglo XVIII fue tiempo de escépticos como Voltaire que despreciaba el fanatismo religioso, y un tiempo en que la razón ocupó el lugar del absoluto.

Durante el romanticismo se pensaba que el arte era un medio para alcanzar un fin que no era mundano. Los poetas se inspiraban en “la contemplación de las verdades naturales, montañas, nubes, flores, ríos, lejos de las arbitrarias moradas del hombre”.

Los Prerrafaelitas tuvieron un teórico y defensor de su postura frente a las academias, John Ruskin, un intelectual e idealista social del siglo XIX formado en Oxford, quien en su libro Modern Painters, explicaba el porqué de su admiración por artistas como William Turner en quien veía la misma percepción de la verdad natural que en los románticos y Prerrafaelistas.

Es interesante observar en este tiempo de distopía, como en nuestra caótica ciudad, existen grupos de pintores que se reúnen en comunidad, un ejemplo son los jóvenes pintores realistas, que buscan en el oficio de la pintura la redención del arte y la vida. Om.


bobiglez@gmail.com