/ jueves 23 de septiembre de 2021

Sopa de letras | Una Leyenda del Periodismo

“Siempre hay personas a la que le molesta lo que escribes”, lo decía Benjamín Bradlee, director de “The Washington Post” desde 1968 a 1991 y figura legendaria del periodismo. Lo había aprendido por experiencia, ya que é incomodó a Kennedy, Jhonson, Nixon, Carter y Reagan, cinco presidentes con los que tuvo conflictos, que en algunos casos llegaron a tribunales.

Fue siempre un periodista intimidatorio para el poder incluso para John F. Kennedy, del que era confidente y amigo íntimo. Ello no fue obstáculo para que tras su magnicidio en Dallas, escribiera una biografía muy crítica, que disgustó a su viuda Jacqueline, que le retiró la palabra por siempre.

Bradlee, del que se cumplen ahora el centenario de su nacimiento, afirmó que el fundamento del periodismo reside en la búsqueda de la verdad. Sencillo de decir y muy difícil de llevar a la práctica. Pero el director del Post fue coherente cuando las cosas se pusieron difíciles como en los casos de los papeles del pentágono y posteriormente en el Watergate los dos mayores éxitos del periódico.

La investigación de Bob Woodward y Carl Beragtein que provocó la dimisión de Nixon en agosto de 1974 no hubiera sido posible no ya solo sin el apoyo de Bradlee, que entonces dirigía el “Post”, sino además sin su experiencia y su rigor intelectual, que evitaron las trampas tendidas desde el poder. Fue el mayor éxito en la historia del periódico y un hito que cambió las relaciones entre el poder y la prensa. La investigación del Watergate duró dos años y Bradlee tuvo que sufrir las presiones de Nixon y el “establishment” republicano que no perdió ocasión de denigrar el trabajo del medio. Nixon amenazó con cerrar o arruinar el periódico si no cejaba en el empeño.

Pero al final triunfó la verdad, porqué “la verdad os hará libre”. Y el 9 de agosto de 1974 Nixon abandonó la Casablanca. Ben Bradlee recibió en 2013 la Medalla de la Libertad, que es el mayor reconocimiento civil que otorga Estados Unidos de manos del entonces Presidente Barack Obama. Murió de alzheimer el 21 de octubre de 2014. Su brillante carreta se había borrado, pero el paso del tiempo no ha hecho más que aumentar su legado como un periodista que siempre buscó la verdad.

“Siempre hay personas a la que le molesta lo que escribes”, lo decía Benjamín Bradlee, director de “The Washington Post” desde 1968 a 1991 y figura legendaria del periodismo. Lo había aprendido por experiencia, ya que é incomodó a Kennedy, Jhonson, Nixon, Carter y Reagan, cinco presidentes con los que tuvo conflictos, que en algunos casos llegaron a tribunales.

Fue siempre un periodista intimidatorio para el poder incluso para John F. Kennedy, del que era confidente y amigo íntimo. Ello no fue obstáculo para que tras su magnicidio en Dallas, escribiera una biografía muy crítica, que disgustó a su viuda Jacqueline, que le retiró la palabra por siempre.

Bradlee, del que se cumplen ahora el centenario de su nacimiento, afirmó que el fundamento del periodismo reside en la búsqueda de la verdad. Sencillo de decir y muy difícil de llevar a la práctica. Pero el director del Post fue coherente cuando las cosas se pusieron difíciles como en los casos de los papeles del pentágono y posteriormente en el Watergate los dos mayores éxitos del periódico.

La investigación de Bob Woodward y Carl Beragtein que provocó la dimisión de Nixon en agosto de 1974 no hubiera sido posible no ya solo sin el apoyo de Bradlee, que entonces dirigía el “Post”, sino además sin su experiencia y su rigor intelectual, que evitaron las trampas tendidas desde el poder. Fue el mayor éxito en la historia del periódico y un hito que cambió las relaciones entre el poder y la prensa. La investigación del Watergate duró dos años y Bradlee tuvo que sufrir las presiones de Nixon y el “establishment” republicano que no perdió ocasión de denigrar el trabajo del medio. Nixon amenazó con cerrar o arruinar el periódico si no cejaba en el empeño.

Pero al final triunfó la verdad, porqué “la verdad os hará libre”. Y el 9 de agosto de 1974 Nixon abandonó la Casablanca. Ben Bradlee recibió en 2013 la Medalla de la Libertad, que es el mayor reconocimiento civil que otorga Estados Unidos de manos del entonces Presidente Barack Obama. Murió de alzheimer el 21 de octubre de 2014. Su brillante carreta se había borrado, pero el paso del tiempo no ha hecho más que aumentar su legado como un periodista que siempre buscó la verdad.