Los recientes hechos ocurridos en el Monumento a la Independencia en el que se manifestaron mujeres demandando su legítimo derecho a la no violencia y a la no agresión, deja un justificado testimonio sobre los muros de este monumento que funciona como un palimpsesto, es decir, este memorial inaugurado un 16 de septiembre de 1910, cobra un nuevo sentido con la causa feminista, que redibuja otra condición sobre la representación de la independencia en pleno siglo XXI y ante el feminicidio y la violencia desmesurada contra las mujeres de este país. La pieza intervenida por las manifestantes, con consignas coloreadas, graffiteada en su pedestal y bases, se convierte en un memorial para la reflexión, la memoria y la toma y construcción de nuevos sentidos en nuestra sociedad contemporánea.
Si bien para los puristas y ortodoxos se trató de un acto vandálico para nosotros no. Recordemos que este monumento fue supervisado y dirigido por Antonio Rivas mercado, inaugurado por Porfirio Díaz en 1910, y más tarde deteriorado por la madre naturaleza en el año de 1957, cuando un temblor de casi 7 grados sacudió la ciudad de México. La columna de orden Corintio se deslizó y provocó que el remate que es una Victoria alada (Nike) obra del escultor italiano Enrique Alciati,(llegado a México alrededor 1890) cayera al suelo y se hiciera pedazos. Luego de esto se tuvo que realizar una nueva Victoria alada para sustituir a la original.
Después del sismo de 1985 tuvo que ser nuevamente intervenida por los daños estructurales a la columna y las esculturas. Estos fenómenos si han deteriorado al monumento las feministas no. Lamento mucho que las autoridades de la ciudad de México hayan cerrado el acceso a dicho monumento, cubriendo además las intervenciones de las mujeres que denunciaron una condición que las luces del poder, que encandilan a algunos no permiten mirar las sombras que esas mismas luces producen.
