Este 2022 el regreso a clases de manera presencial se postergó debido al aumento drástico de contagios por COVID-19 y la variante ómicron. Pese al llamado de la SEP, 9 estados de la república optaron por retomar el ciclo escolar 2021-2022 de forma virtual. Así pues, en Baja California, Baja California Sur, Chihuahua, Coahuila, Estado de México, Hidalgo, Quintana Roo, San Luis Potosí y Tamaulipas los alumnos no retornarán a las aulas hasta nuevo aviso.
Otras entidades federativas, como en el caso de Querétaro, han implementado un esquema híbrido —escalonado—. La Secretaría de Educación del estado de Querétaro (SEDEQ) informó que se han registrado aproximadamente 2 mil centros educativos para volver a la presencialidad, de las cuales casi la totalidad cuenta con un dictamen favorable. En dicho estado el sistema educativo está integrado del siguiente modo: 650 mil 232 alumnos, 34 mil 340 docentes y 4 mil 184 escuelas.
Este martes la secretaria de Educación, Delfina Gómez, anunció que el 71 % de las escuelas, 50 % de los alumnos y 82 % de los docentes han regresado a clases. A lo largo de veintidós meses de pandemia, la educación ha enfrentado múltiples desafíos y obstáculos. Los niños han resentido el impacto de la crisis sanitaria a nivel mental, físico, social y de aprendizaje. Baste mencionar la brecha digital existente en México. La OCDE reporta que 22 de sus países miembros subsidiaron dispositivos como apoyo a los alumnos. México no lo hizo.
La deserción escolar es otro de los retos que deberán atender oportunamente las autoridades educativas del país en coordinación con otras dependencias. El INEGI presentó los resultados de la Encuesta para la Medición del Impacto COVID-19 en la Educación (ECOVID-ED) 2020, según la cual 5.2 millones de estudiantes, de entre 3 y 29 años, no se inscribieron al ciclo escolar 2020-2021 por motivos asociados al SARS-CoV-2 (2.3 millones) o por falta de recursos económicos (2.9 millones).
Algunos estados han funcionado como modelo en el manejo del retorno a las aulas, tal es el ejemplo de Querétaro donde se abrieron alrededor de 900 escuelas en agosto del año pasado y sólo se observaron dos brotes. Ésto nos habla de una estrategia apegada a los protocolos de sanidad como el uso de cubrebocas, ventilación de espacios, sana distancia, lavado constante de manos, comités de salud, etcétera. Un aspecto adicional a considerar será la aplicación de las dosis de refuerzo a maestros y mayores de 18 años —al igual que agilizar la cobertura del esquema de vacunación en menores de edad—.
El regreso a clases nos exhorta a retomar en la discusión pública un tema olvidado: la educación. Nuestros niños y jóvenes deben ser prioridad nacional. Aun cuando descienda la ola de contagios en los próximos meses, las escuelas deberán evaluar la viabilidad de la modalidad presencial anteponiendo la salud de nuestra niñez.
¿Será el retorno seguro y ordenado a las aulas lo que no nos define?
Consultor y profesor universitario
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