/ sábado 16 de julio de 2022

Lo que no nos define | ¿Vecinos y amigos?


En reiteradas ocasiones hemos enfatizado la trascendencia de los vínculos y pertenencias con nuestro vecino del norte. En el ámbito político, se ha observado un diálogo permanente entre los gobiernos de México y Estados Unidos. El lunes pasado, el presidente López Obrador viajó a Washington, D.C., acompañado del canciller y miembros del gabinete económico para sostener una reunión privada con Joe Biden, quien enfrenta una baja aprobación de 38.7 por ciento de acuerdo con la encuesta de FiveThirtyEight.

Cabe mencionar que esta visita ocurre luego de que el mandatario mexicano rechazó asistir a la IX Cumbre de las Américas en Los Ángeles, California, dada la exclusión de Cuba, Nicaragua y Venezuela; ésto a fin de señalar la existencia de una relación activa. Además, dentro de las tensiones que se suscitaron destacan la discusión de la reforma eléctrica —y las posibles controversias bajo el paraguas del T-MEC—, así como las declaraciones incendiarias de Trump y un grupo de senadores republicanos.

Mucho se comentó sobre el incumplimiento del protocolo de recepción o del trato de Biden hacia la comitiva mexicana, ya que al concluir el encuentro despegó hacia Israel para realizar una gira por Medio Oriente. La realidad es que los líderes de ambas naciones conversaron sobre los principales asuntos de la agenda bilateral, marcada fundamentalmente por la crisis migratoria y los problemas de inseguridad, cuya última manifestación fueron los hechos trágicos en San Antonio, Texas.

En medio de este contexto, otro tema que agrava la situación es el entorno de presiones inflacionarias a nivel global y las reacciones de los mercados. El miércoles se dio a conocer que la inflación norteamericana —en junio— se aceleró hasta ubicarse en 9.1 por ciento en términos anuales. Ello ha generado especulación sobre la decisión de política monetaria de la Fed, misma que podría reflejarse en el anuncio del Banxico el próximo 11 de agosto. Asimismo, tras publicarse el dato, el tipo de cambio alcanzó el nivel de 21 pesos por dólar.

Esta coyuntura exige acciones coordinadas entre los dos países. Por lo cual, se sugirió ordenar el flujo migratorio y permitir la llegada a Estados Unidos de obreros, técnicos y profesionales de distintas disciplinas con visas temporales de trabajo —nuestros connacionales han enviado cifras históricas de remesas—. Por otro lado, se plantearon medidas para contener el aumento de los precios tales como la suspensión de aranceles. Esperemos que estas propuestas no se reduzcan únicamente a buenos deseos. Hago votos para que esta reunión se traduzca en mayores elementos de certidumbre, inversiones, cooperación y prosperidad compartida.

¿Será nuestra amistad con Estados Unidos lo que no nos define?


  • Consultor y profesor universitario
  • Twitter: Petaco10marina
  • Facebook: Petaco Diez Marina
  • Instagram: Petaco10marina



En reiteradas ocasiones hemos enfatizado la trascendencia de los vínculos y pertenencias con nuestro vecino del norte. En el ámbito político, se ha observado un diálogo permanente entre los gobiernos de México y Estados Unidos. El lunes pasado, el presidente López Obrador viajó a Washington, D.C., acompañado del canciller y miembros del gabinete económico para sostener una reunión privada con Joe Biden, quien enfrenta una baja aprobación de 38.7 por ciento de acuerdo con la encuesta de FiveThirtyEight.

Cabe mencionar que esta visita ocurre luego de que el mandatario mexicano rechazó asistir a la IX Cumbre de las Américas en Los Ángeles, California, dada la exclusión de Cuba, Nicaragua y Venezuela; ésto a fin de señalar la existencia de una relación activa. Además, dentro de las tensiones que se suscitaron destacan la discusión de la reforma eléctrica —y las posibles controversias bajo el paraguas del T-MEC—, así como las declaraciones incendiarias de Trump y un grupo de senadores republicanos.

Mucho se comentó sobre el incumplimiento del protocolo de recepción o del trato de Biden hacia la comitiva mexicana, ya que al concluir el encuentro despegó hacia Israel para realizar una gira por Medio Oriente. La realidad es que los líderes de ambas naciones conversaron sobre los principales asuntos de la agenda bilateral, marcada fundamentalmente por la crisis migratoria y los problemas de inseguridad, cuya última manifestación fueron los hechos trágicos en San Antonio, Texas.

En medio de este contexto, otro tema que agrava la situación es el entorno de presiones inflacionarias a nivel global y las reacciones de los mercados. El miércoles se dio a conocer que la inflación norteamericana —en junio— se aceleró hasta ubicarse en 9.1 por ciento en términos anuales. Ello ha generado especulación sobre la decisión de política monetaria de la Fed, misma que podría reflejarse en el anuncio del Banxico el próximo 11 de agosto. Asimismo, tras publicarse el dato, el tipo de cambio alcanzó el nivel de 21 pesos por dólar.

Esta coyuntura exige acciones coordinadas entre los dos países. Por lo cual, se sugirió ordenar el flujo migratorio y permitir la llegada a Estados Unidos de obreros, técnicos y profesionales de distintas disciplinas con visas temporales de trabajo —nuestros connacionales han enviado cifras históricas de remesas—. Por otro lado, se plantearon medidas para contener el aumento de los precios tales como la suspensión de aranceles. Esperemos que estas propuestas no se reduzcan únicamente a buenos deseos. Hago votos para que esta reunión se traduzca en mayores elementos de certidumbre, inversiones, cooperación y prosperidad compartida.

¿Será nuestra amistad con Estados Unidos lo que no nos define?


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