/ martes 8 de mayo de 2018

Diálogo Universitario - Liberalismo

Estamos en la víspera de un periodo electoral mexicano excepcional con grandes cambios, digno del Siglo XXI. Los viejos aparatos partidistas tradicionales se aferran al poder para no perder el mando del gobierno que les deja muchos privilegios e impunidad. Y para ello, en la contienda, se valen de un discurso que les permite acusar de populistas a sus adversarios.

¿Cuál es la postura alternativa al populismo según ellos? La respuesta inmediata es: el liberalismo. Pero, ¿que representa en realidad el liberalismo? Un mundo donde los hombres gozan de libertad, de un estado de derecho que tenga acotado al estado y se resguarde los principios de la propiedad privada. El estado solamente será garante de la aplicación del derecho.

Los principios liberales se oponen al despotismo que puede ejercer una persona con un poder absoluto. En tanto que el liberalismo, en teoría tiene su base en la democracia representativa, así como en la existencia de una división de poderes, con los que se construyen los principios republicanos.

El liberalismo también se presenta como un sistema porque se rige de procedimientos basados en la creencia religiosa y defiende la libertad de pensamiento y desde luego la libertad de expresión.

Es un sistema porque tiene su esfera económica, su esfera social y la esfera política. El liberalismo político se enfoca a que los ciudadanos sean quienes elijan a sus representantes. En ese sentido también se plantea el liberalismo social porque defiende la libertad del individuo en lo que se refiere su democracia representativa.

Las llamadas sociedades “modernas” son proclives al liberalismo, aseguran que estamos viviendo la mejor de las épocas en la historia de la humanidad, en tanto que tenemos mejores condiciones que antes, porque no sufrimos grandes hambrunas, no nos azotan enfermedades y tenemos mejor situación y calidad de vida. Y sobre todo, cada quien progresa mediante su mejor esfuerzo y méritos individuales. Con ello, dicen, se favorece la competencia y la búsqueda de la calidad y mejores condiciones para el individuo y la comunidad.

La pregunta es, si esto es así, ¿entonces porque hay tanta desigualdad y tanta pobreza en el mundo? Y ¿porque existe en México una enorme cantidad de personas con un alto nivel de pobreza y poco acceso a los bondades y beneficios de esa “modernidad”?

El liberalismo tiene como uno de sus principales efectos la desigualdad económica, y por consiguiente desigualdad social. Los liberales son promotores del capitalismo corporativo donde los individuos cuentan menos como sujetos de derecho y más como objetivos del mercado.

Por lo tanto, el liberalismo busca su predominio político para que no se trastoque ese sistema de creencias y principios que acotan al estado a intervenir para la ayuda de los individuos, para que se dejen a merced del mercado.

No obstante esta oportunidad que presenta el liberalismo a los individuos, presenta paralelamente una perversidad, porque no les otorga a todos la misma disposición de igualdad y acceso a los beneficios creados en competencia.

Los partidos políticos tradicionales, anquilosados en el poder, se mueven dentro de un liberalismo en crisis actualmente, pero utilizando perversamente estrategias populistas, tanto para privilegiar a elites empresariales, no así a los empresarios que si impulsan el desarrollo, para tratar de mantener como prisioneros a grandes segmentos de la población. Los partidos tradicionales se aferran a un pensamiento liberal caduco y que amenaza a la democracia.


@manuelbasaldua

Estamos en la víspera de un periodo electoral mexicano excepcional con grandes cambios, digno del Siglo XXI. Los viejos aparatos partidistas tradicionales se aferran al poder para no perder el mando del gobierno que les deja muchos privilegios e impunidad. Y para ello, en la contienda, se valen de un discurso que les permite acusar de populistas a sus adversarios.

¿Cuál es la postura alternativa al populismo según ellos? La respuesta inmediata es: el liberalismo. Pero, ¿que representa en realidad el liberalismo? Un mundo donde los hombres gozan de libertad, de un estado de derecho que tenga acotado al estado y se resguarde los principios de la propiedad privada. El estado solamente será garante de la aplicación del derecho.

Los principios liberales se oponen al despotismo que puede ejercer una persona con un poder absoluto. En tanto que el liberalismo, en teoría tiene su base en la democracia representativa, así como en la existencia de una división de poderes, con los que se construyen los principios republicanos.

El liberalismo también se presenta como un sistema porque se rige de procedimientos basados en la creencia religiosa y defiende la libertad de pensamiento y desde luego la libertad de expresión.

Es un sistema porque tiene su esfera económica, su esfera social y la esfera política. El liberalismo político se enfoca a que los ciudadanos sean quienes elijan a sus representantes. En ese sentido también se plantea el liberalismo social porque defiende la libertad del individuo en lo que se refiere su democracia representativa.

Las llamadas sociedades “modernas” son proclives al liberalismo, aseguran que estamos viviendo la mejor de las épocas en la historia de la humanidad, en tanto que tenemos mejores condiciones que antes, porque no sufrimos grandes hambrunas, no nos azotan enfermedades y tenemos mejor situación y calidad de vida. Y sobre todo, cada quien progresa mediante su mejor esfuerzo y méritos individuales. Con ello, dicen, se favorece la competencia y la búsqueda de la calidad y mejores condiciones para el individuo y la comunidad.

La pregunta es, si esto es así, ¿entonces porque hay tanta desigualdad y tanta pobreza en el mundo? Y ¿porque existe en México una enorme cantidad de personas con un alto nivel de pobreza y poco acceso a los bondades y beneficios de esa “modernidad”?

El liberalismo tiene como uno de sus principales efectos la desigualdad económica, y por consiguiente desigualdad social. Los liberales son promotores del capitalismo corporativo donde los individuos cuentan menos como sujetos de derecho y más como objetivos del mercado.

Por lo tanto, el liberalismo busca su predominio político para que no se trastoque ese sistema de creencias y principios que acotan al estado a intervenir para la ayuda de los individuos, para que se dejen a merced del mercado.

No obstante esta oportunidad que presenta el liberalismo a los individuos, presenta paralelamente una perversidad, porque no les otorga a todos la misma disposición de igualdad y acceso a los beneficios creados en competencia.

Los partidos políticos tradicionales, anquilosados en el poder, se mueven dentro de un liberalismo en crisis actualmente, pero utilizando perversamente estrategias populistas, tanto para privilegiar a elites empresariales, no así a los empresarios que si impulsan el desarrollo, para tratar de mantener como prisioneros a grandes segmentos de la población. Los partidos tradicionales se aferran a un pensamiento liberal caduco y que amenaza a la democracia.


@manuelbasaldua

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