/ viernes 2 de febrero de 2018

El Síndrome del ama de casa

Por Lucía Villarreal

 

 

Cuando me encuentro con alguien a quien tenía mucho tiempo de no ver, y me pregunta “¿a qué te dedicas?”, he estado tentada a responderle:

“Fíjate que me gradué de Mercadotecnia Internacional. Trabajé un tiempo en marcas en la industria de bienes de consumo. El ambiente laboral no era muy bueno, así comencé a buscar otras opciones. Se me presentó una oportunidad en el mercado de bienes industriales. Estuve un buen tiempo ahí y aprendí mucho de comercio exterior. Exportábamos a veintitrés países en los cinco continentes. Era un trabajo muy gratificante y no pensaba dejarlo, pero conocí a alguien con experiencia en investigación y desarrollo. Nos asociamos hace ya casi quince años y nos ha ido bien.

En un comienzo estuve tanto en el área productiva, como en la parte administrativa. Llegué a hacerme cargo de abastecimientos y manejo del material peligroso. Desde hace como seis años dejé por completo la parte productiva para enfocarme más a otras áreas. En este momento, tengo a mi cargo todo lo relacionado con suministros, relación con proveedores, cuentas por pagar, relaciones públicas, responsabilidad social, imagen de la empresa, diseño de áreas verdes y mantenimiento preventivo de todos los activos, con excepción de lo relacionado con tecnología de la información. Tanto esta área como todo lo de ingeniería, son el expertise de mi socio. A mí me toca administrar el recurso humano; toda la parte motivacional, administración del talento, coordinación de capacitación externa, e impartición de la capacitación interna. Tenemos un programa de “Cero Accidentes” y llevamos once mil seiscientas cuarenta horas sin accidente. Vamos por la meta de veinticinco mil. También administro el área de enfermería y primeros auxilios. Varias veces hemos cambiado ubicación de la empresa. Cuando esto sucede, se incrementa mucho el trabajo: hay que buscar nuevos proveedores de servicios, comenzar de cero con la imagen corporativa y trabajar muy duro en el área de relaciones públicas. Con el tiempo, las cosas vuelven a su curso normal y baja un poco el estrés.

En este bimestre tuvimos sesiones de trabajo relacionadas con inversión, pasivos y capacitación de los asociados.

Hemos redefinido la misión del negocio un par de veces. Mi socio sigue el lema de aquel filósofo español: “Renovarse o Morir”. Trabajo no falta.

Eso sí, reconozco que no hemos hecho esfuerzo alguno por separar el trabajo del placer.  Me acuesto con él.  Esa es la mejor parte de la sociedad”. (Memorias de una Trailing Wife, extracto)

 

escribe@luciavillarreal.net

Por Lucía Villarreal

 

 

Cuando me encuentro con alguien a quien tenía mucho tiempo de no ver, y me pregunta “¿a qué te dedicas?”, he estado tentada a responderle:

“Fíjate que me gradué de Mercadotecnia Internacional. Trabajé un tiempo en marcas en la industria de bienes de consumo. El ambiente laboral no era muy bueno, así comencé a buscar otras opciones. Se me presentó una oportunidad en el mercado de bienes industriales. Estuve un buen tiempo ahí y aprendí mucho de comercio exterior. Exportábamos a veintitrés países en los cinco continentes. Era un trabajo muy gratificante y no pensaba dejarlo, pero conocí a alguien con experiencia en investigación y desarrollo. Nos asociamos hace ya casi quince años y nos ha ido bien.

En un comienzo estuve tanto en el área productiva, como en la parte administrativa. Llegué a hacerme cargo de abastecimientos y manejo del material peligroso. Desde hace como seis años dejé por completo la parte productiva para enfocarme más a otras áreas. En este momento, tengo a mi cargo todo lo relacionado con suministros, relación con proveedores, cuentas por pagar, relaciones públicas, responsabilidad social, imagen de la empresa, diseño de áreas verdes y mantenimiento preventivo de todos los activos, con excepción de lo relacionado con tecnología de la información. Tanto esta área como todo lo de ingeniería, son el expertise de mi socio. A mí me toca administrar el recurso humano; toda la parte motivacional, administración del talento, coordinación de capacitación externa, e impartición de la capacitación interna. Tenemos un programa de “Cero Accidentes” y llevamos once mil seiscientas cuarenta horas sin accidente. Vamos por la meta de veinticinco mil. También administro el área de enfermería y primeros auxilios. Varias veces hemos cambiado ubicación de la empresa. Cuando esto sucede, se incrementa mucho el trabajo: hay que buscar nuevos proveedores de servicios, comenzar de cero con la imagen corporativa y trabajar muy duro en el área de relaciones públicas. Con el tiempo, las cosas vuelven a su curso normal y baja un poco el estrés.

En este bimestre tuvimos sesiones de trabajo relacionadas con inversión, pasivos y capacitación de los asociados.

Hemos redefinido la misión del negocio un par de veces. Mi socio sigue el lema de aquel filósofo español: “Renovarse o Morir”. Trabajo no falta.

Eso sí, reconozco que no hemos hecho esfuerzo alguno por separar el trabajo del placer.  Me acuesto con él.  Esa es la mejor parte de la sociedad”. (Memorias de una Trailing Wife, extracto)

 

escribe@luciavillarreal.net

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